Violencia y trauma

AutorDavid Lorenzo Morillas Fernández - Rosa María Patró Hernández - Marta María Aguilar Cárceles
Cargo del AutorProfesor Titular de Derecho Penal y Criminología,Universidad de Murcia - Profesora Asociada de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico,Universidad de Murcia - Profesora del Departamento de Historia Jurídica y de Ciencias Penales y Criminológicas, Universidad de Murcia
Páginas370-380
370 D. L. Morillas Fernández – R. Mª Patró Hernández – M. Mª Aguilar Cárceles
I. VIOLENCIA Y TRAUMA
1. Concepto y clasificación de la violencia
La violencia es un fenómeno sumamente complejo que está presen-
te en la comisión de distintos delitos y cuya definición no siempre ha
resultado fácil, puesto que la noción de lo que son comportamientos
aceptables e inaceptables, o de lo que constituye un daño, está influida
por la cultura y sometida a una continua revisión a medida que los va-
lores y las normas sociales evolucionan. En sentido amplio, una de las
definiciones más completas y más aceptadas es la que la Organización
Mundial de la Salud realiza en su Informe Mundial sobre la Violencia
y la Salud (OMS, 2002), en el que se define la violencia como: “El uso
deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o
efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que
cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños
psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”. Dicha definición
comprende tanto la violencia interpersonal como el comportamiento
suicida y los conflictos armados, considerando una gama de actos que
van más allá del acto físico para incluir el abuso de poder o las amena-
zas e intimidaciones. Contempla también la definición las repercusio-
nes sobre la víctima. Además de la muerte y las lesiones, abarca tam-
bién otras consecuencias del comportamiento violento, como los daños
psíquicos, las privaciones y las deficiencias del desarrollo que compro-
meten el bienestar de los individuos, las familias y las comunidades.
La OMS señala que la complejidad, la ubicuidad y la diversidad de
los actos violentos requieren de un marco analítico o una clasificación
que esclarezca la naturaleza del problema y, consecuentemente, las
acciones necesarias para afrontarlo, prestando una especial atención
a los rasgos comunes y las relaciones entre los distintos tipos de vio-
lencia, de manera que se pueda adoptar una perspectiva holística y
ecológica destinada a su prevención. Con ese objetivo, la clasificación
utilizada por la OMS divide la violencia en tres grandes categorías se-
gún el autor del acto violento:
a) Violencia autoinflingida, dirigida contra uno mismo, que com-
prende los comportamientos suicidas y las autolesiones.
b) Violencia interpersonal, infligida por otro individuo o grupo peque-
ño de individuos y, que a su vez, se divide en dos subcategorías:

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