Violencia filio-parental. Concepto, delimitación y factores de riesgo

AutorAlfredo Abadías Selma
Páginas33-129
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CAPÍTULO I.
VIOLENCIA FILIO-PARENTAL. CONCEPTO,
DELIMITACIÓN Y FACTORES DE RIESGO
1. VIOLENCIA FILIO-PARENTAL.
CONCEPTO Y DELIMITACIÓN
Creo que es necesario en primer lugar distinguir entre agresividad y violencia.
La agresividad forma parte del hombre como una potencialidad innata de imponerse
ante situaciones vitales necesarias utilizando si cabe la fuerza. La agresividad no tiene el
porqué causar ningún daño a nada ni a nadie, y constituye un factor determinante del
desarrollo del hombre en su medio de vida, así ALONSO y CASTELLANOS10. Por
poner un ejemplo, la agresividad puede mostrarse por un deportista cuando tiene que
realizar un último sprint en una competición de 1500 m. libres de natación con el n
de ganar a sus rivales. Sin embargo HERRERO HERRERO distingue entre agresivi-
dad positiva y agresividad negativa11.
10 ALONSO, J. M./ CASTELLANOS, J.L.: «Por un enfoque integral de la violencia familiar», en
Intervención Psicosocial, nº. 15, 2006, págs. 253-274.
11 Vid. HERRERO HERRERO, C.: Criminología (Parte general y especial), Dykinson, Madrid,
2007, págs. 292-293, donde el autor distingue la agresividad negativa de la positiva en estos tér-
minos: «Agresividad negativa es la representada en una conducta destinada a inigir, de forma di-
recta o vicaria, física o moralmente, daños a las personas (o instituciones), sin que éstas provoquen
aquélla de forma suciente...», GARCÍA ANDRADE añade que: «...Toda la criminología gira en
torno a la agresividad, que en contra de los sociólogos que la consideran como una respuesta a la
frustración engendrada por la vida social y sus necesidades, hay que estimarla como una actitud
de lucha preformada biológicamente en todo ser vivo»; Vid. GARCÍA ANDRADE, J.A.: «Raíces
de violencia. Un estudio sobre el mundo del delito», Madrid, 1982, pág. 7.
LA VIOLENCIA FILIO-PARENTAL Y LA REINSERCIÓN DEL MENOR INFRACTOR ALFREDO ABADÍAS SELMA
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La distinción entre agresividad y violencia la delimita nítidamente ROPERTI
PÁEZ-BRAVO cuando arma que: «Para entender el fenómeno hay que partir de
una distinción: agresividad y violencia no son lo mismo. Si bien la primera es un
impulso normal que bulle dentro de cada ser humano, la violencia, en cambio, es
una pauta de comportamiento aprendida e inadecuada, una forma de relación y de
resolución de problemas que no es algo natural»12.
En el sentido más exacto de la palabra, «violencia» siguiendo a GILINSKI
signica: «…causar daño físico, vulnerar la inviolabilidad física. Por violencia se
entiende también la actitud hostil hacia el objeto del atentado, plasmada en acciones
encaminadas a su destrucción, (daño o eliminación)»13.
Por otra parte, la violencia sería una conducta aprendida que puede por lo
tanto educarse y modicarse. La conducta violenta sí puede provocar daños a cosas,
animales y personas perturbando su paz natural. La violencia puede ser fruto de
construcciones culturales según ciertos modelos que se van transmitiendo de forma
transgeneracional. La violencia se dene como una modalidad cultural de la agresi-
vidad, conformada por conductas destinadas a obtener el control y la dominación
sobre otras personas14. En tanto que valor cultural, las semillas de la violencia se
siembran en los primeros años de la vida, se cultivan y desarrollan durante la infan-
cia15 y comienzan a dar sus frutos malignos en la adolescencia16.
La violencia es un concepto cambiante que está delimitado por contextos so-
cio-culturales concretos y es perfectamente evitable si se actúa educando al hombre.
GELMAN de VEINSTEIN, curiosamente, distingue dos tipos de violencia,
la maligna y la benigna. Esta autora indica que el desequilibrio que sentimos está
dentro de la tolerancia a la presión de la necesidad y cuando se cuenta con recursos
para adaptarnos, se genera un estado de estrés positivo o eustrés, que moviliza res-
12 ROPERTI PÁEZ-BRAVO, E.: Padres víctimas, hijos maltratadores, Espasa Calpe, Madrid,
2006, págs. 23 y 24.
13 GILINSKY, Y.: «Violencia social: teoría y la realidad rusa», en Procesos de infracción de normas y
de reacción a la infracción de normas: Dos tradiciones criminológicas. Nuevos estudios en homenaje
al profesor Alfonso Serrano Gómez, SERRANO MAÍLLO, A./ GUZMÁN DÁLBORA, J.L.
(Eds.), Dykinson, Madrid, 2008, pág. 70.
14 CORSI, J. (Coord.) et alii.: Maltrato en el ámbito doméstico: fundamentos teóricos para el estudio
de la violencia en las relaciones familiares, Paidós, Buenos Aires, 2003, pág. 20.
15 Sobre conductas problemáticas en la infancia e intervención, Vid. MACÍAS ANTÓN, D.:
Problemas cotidianos de conducta en la infancia. Intervención psicológica en el ámbito clínico y
familiar, Pirámide, Madrid, 2007.
16 Vid. ROJAS MARCOS, L.: «Semillas y antídotos de la violencia en la intimidad», en Violen-
cia: tolerancia cero, Fundación «La Caixa», Barcelona, 2005.
CAPÍTULO I. VIOLENCIA FILIO-PARENTAL. CONCEPTO, DELIMITACIÓN Y FACTORES DE RIESGO
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puestas adecuadas para volver a establecer un nuevo equilibrio que deviene en desa-
rrollo y cambios positivos (violencia benigna). GELMAN de VEINSTEIN arma
también que cuando esos desequilibrios por presión intolerable o por debilidad de
las respuestas se convierten en estados de distrés (no hay posibilidad de adaptación),
se maniestan los desbordes emocionales (estados violentos) que llevan a acciones de
daño hacia sí mismo o hacia los otros (violencia maligna)17.
En una misma línea, CURBET HEREU, hace una muy interesante reexión,
en estos términos: «En unos casos la descarga de tensión acumulada encontrará un
conducto socialmente aceptado, desde la práctica deportiva hasta cualesquiera adic-
ciones legales y, en otras ocasiones se desbordará más allá de los límites de las nor-
mas, desde el homicidio hasta el suicidio, pasando por toda una gama de violencias
interpersonales. De esta forma, el conicto interno se enraíza, se expande epidémi-
camente, interactúa con otros conictos internos y, con suma facilidad, se cronica
en círculos perversos de violencia generalizada»18.
MARTÍNEZ QUINTANA nos indica un correlato entre agresividad y vio-
lencia, así: «la agresividad y la violencia en la ciencia sociológica entran en el ámbito
de las normas sociales que rigen las conductas en las sociedades y, a continuación en
las conductas desviadas. En las deniciones y conceptos, la agresividad se situaría en
la antesala de la violencia, que sería esta última la consecución de la explosión y de
la ejecución de lo contenido»19.
Esta correlación entre agresividad y violencia también la expresa ABEIJÓN
cuando indica que: «…aquel tipo de agresividad de gran intensidad e ímpetu, que
se sale de los patrones considerados tolerables y necesarios para que el individuo
domine el mundo que le rodea y se adapte a la relación con el otro; violencia como
intensidad e ímpetu que provocan daño, es decir, que dejan una huella dolorosa.
Agresividad y violencia comparten espacio relacional, separándose en medidas de
intensidad y en capacidad de daño…»20.
17 GELMAN de VEINSTEIN, S.B.: «Hacia una pedagogía preventiva y correctora de las vio-
lencias malignas», en Del RÍO SADORNIL, D. et alii (Coords).: Orientación y educación
familiar, UNED, Madrid, 2003, pág. 271.
18 CURBET HEREU, J.: «(In)seguridad: visión integral», en Intermíting, la seguridad en la socie-
dad del riesgo, Cátedra Ferrater Mora, Girona, 2011, pág. 28. (La traducción del catalán a la
Lengua Española, es mía).
19 MARTÍNEZ QUINTANA, V.: La sociedad y los problemas sociales, UNED-Académicas, Ma-
drid, 2012, pág. 298.
20 ABEIJÓN MERCHÁN, J. A.: «La violencia en su contexto», en PEREIRA, R. (Coord.):
Psicoterapia de la violencia lio-parental. Entre el secreto y la vergüenza, Morata, Madrid, 2011,
pág. 24.

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