VEINTISÉIS LETRAS HACIA LA RECUPERACIÓN

AUTOMÓVILLA CONFIANZA EN LOS COCHES 'MADE IN SPAINCuando la crisis se hizo presente en 2008, la mayor parte de la industria española del automóvil había hecho sus deberes. Como consecuencia de ello, aunque las fábricas españolas no han podido evitar un fuerte impacto en su actividad y en su nivel de empleo, sí han contado con un arsenal de herramientas laborales, comerciales, estratégicas con las que, al menos, limitar los daños y prepararse para el momento en que los tiempos cambien a mejor.

En los últimos dos años, las fábricas españolas se han garantizado compromisos de inversiones superiores a 6.500 millones de euros a través de la producción de 12 nuevos modelos. «La industria del automóvil ha seguido apostando por nuestro país, lo que ha permitido mantener a España en la segunda posición del ranking europeo de fabricantes de vehículos y primero de vehículos industriales», destaca Mario Armero, vicepresidente ejecutivo de la asociación de fabricantes de automóviles, Anfac. >REPUTACIÓNSi las plantas han logrado esa confianza en un terreno como el de la fabricación de vehículos es porque se la han ganado gracias a la reputación de calidad en su producción, a la flexibilidad para adecuar las horas y turnos de trabajo a la demanda, al diálogo social para los sacrificios salariales de los empleados y a la ayuda de las administraciones a través de planes industriales de apoyo. «Somos competitivos porque trabajamos para serlo. Sólo así es posible que los proyectos que las compañías ponen encima de la mesa vengan a nuestras fábricas», explica José Vicente de los Mozos, presidente de Renault España y director de Fabricaciones de las plantas de vehículos de Renault a nivel mundial. Además de Renault, Ford, por ejemplo, tiene previstas inversiones de 812 millones de euros en Valencia para que su fábrica de Almussafes produzca dos nuevos vehículos en los próximos años: el todocamino Kuga y la furgoneta Transit Conect. La decisión conllevará dejar de fabricar el modelo Fiesta este año, además del Focus. El resultado del canje de modelos es incierto pero hay que tener en cuenta que el desembolso desde 2009 de 1.100 millones se ha debido en gran parte a la voluntad de los trabajadores de adaptarse a los nuevos tiempos.

La planta gallega de PSA, que además de ser su mayor instalación en el mundo cuenta con una de las plantillas más flexibles de España, ha recibido 1.162 millones de euros para los lanzamientos de dos vehículos de clase media para los mercados emergentes. A ellos se suman las versiones eléctricas de las furgonetas Berlingo-Partner, que saldrán al mercado en 2013 y que suponen una inversión adicional de 100 millones. Los ejemplos pueden extenderse a Opel, cuya planta en Zaragoza ha salido fortalecida del proceso de reestructuración del fabricante en Europa o, más recientemente, a Seat, decidida a centrar su futuro en dos pilares como son la expansión internacional y la flexibilidad. La plantilla de la empresa con sede en Barcelona recibió como un estímulo la asignación del Audi Q3 por parte de Volkswagen. A cambio, el grupo alemán exigió rentabilidad. Y Seat, a través de su presidente James Muir, ya ha puesto sobre la mesa el convenio laboral más flexible en la historia de la empresa para los próximos cinco años, además de crecimientos de dos dígitos en mercados como Alemania (21%), Francia (14%) o México (35%). La semana pasada partió de Barcelona el primer barco con 250 modelos de Seat León hacia China. Saldrá uno al mes también con Ibizas, de la misma manera que se quiere llegar a Rusia. El caso es no permanecer sentado esperando, porque el objetivo es saturar las instalaciones de Barcelona con una producción de 500.000 unidades cuando ahora se trabaja a dos tercios de capacidad. Los trabajadores son los primeros interesados porque además de empleo, las subidas de sueldo y bonus dependerán de la productividad. «La exportación es la clave. La marca España debe internacionalizarse con mayor intensidad», opina Muir, que añade que nuestro país tiene «la oportunidad de rediseñar sus bases para ser más competitivo, moderno y atractivo para invertir y crear empleo». No se trata de una cuestión puramente sectorial. La importancia de que estos contratos de producción se hayan renovado está en que el sector del automóvil es el mayor exponente de la actividad exportadora española en un momento en que las ventas al exterior sostienen buena parte de la economía. «Es importante que defendamos el made in Spain. No todo el mundo sabe, por ejemplo, que por las carreteras mundiales circulan más de 25 millones de vehículos hechos en España», apunta Armero. Con una cuota sobre las exportaciones cercana al 20% y una facturación de alrededor de 35.000 millones de euros, los vehículos made in Spain llegan a 130 países, fundamentalmente socios de la UE como Francia, Alemania o Reino Unido. Y no lo hacen de cualquier manera porque modelos como el Ford Fiesta, producido en Valencia, el Volkswagen Polo, fabricado en Pamplona, o el Opel Corsa, que sale de Figueruelas en Zaragoza, son líderes de ventas absolutos o en sus segmentos en los mayores mercados europeos. Fabricar este tipo de automóviles económicos y eficientes desde el punto de vista del consumo ha sido un escudo contra la crisis. Ahora que la mayor parte de los principales clientes de las fábricas contraen el gasto, es una razón de peso para quienes en los años de bonanza defendían que, antes de subir de división y producir modelos de gama más alta con mayor valor añadido, la industria española debía centrarse en la flexibilidad como arma competitiva contra los menores costes en Europa del Este, Asia o incluso el Norte de África. Así es como en 2011 las plantas españolas fabricaron 2,32 millones de vehículos, un 1,4% menos que el año anterior y exportaron 2.120.489 unidades, casi un 2% más, lo que es más que positivo si se tiene en cuenta el exceso de capacidad que tiene el sector en Europa y el agravamiento de la crisis en la segunda mitad de 2011. De cara a este año, no hay fabricante que espere un ejercicio fácil. Las dificultades económicas de Italia, Francia y Reino Unido hacen esperar una bajada de las matriculaciones, con lo que 2012 se cerrará con un volumen de 2,2 millones de coches, 200.000 menos que este año. Y las consecuencias de este recorte de producción sobre las plantillas de Renault, Ford y Volkswagen se ha traducido en la aplicación de ERE temporal y la supresión de contratos eventuales. Así, de los casi 60.000 empleados que trabajan en las factorías españolas, 20.000 ya están sujetos a algún tipo de regulación temporal para hacer frente a los desajustes futuros de la producción. En los fabricantes de componentes y sus auxiliares, este número se multiplica por tres. / CÉSAR URRUTIA BRASILEMERGENTES: OPORTUNIDAD EN LO PEOR DE LA CRISISEl martes, el Banco Mundial revisó a la baja sus espectativas de crecimiento global para el año 2012. Según sus estimaciones, el conjunto de las economías mundiales crecerá tan solo un 2,5% este año y un 3,1% en 2013. Sin embargo, el organismo internacional considera que habrá una significativa diferencia: mientras los países desarrollados lo harán al 1,4% (y la zona euro con una contracción del 0,3%), los países en vías de desarrollo crecerán al 5,4%.

Pocos discuten a estas alturas que los países emergentes han afrontado mejor que nadie la crisis. Lo destacaba orgulloso esta semana en Madrid Enrique Iglesias, secretario general Iberoamericano. Los emergentes son una enorme oportunidad de inversión para empresas de todo el mundo. Y al mismo tiempo, las compañías de bandera de Asia y América Latina están empezando a hacerse fuertes en los mercados de Europa y EEUU. Hace un año China se mostró dispuesta a comprar deuda soberana de países en dificultades. Y hace apenas unas semanas, CIC, el fondo soberano chino CIC, anunció un partida de 50.000 millones de dólares para inversiones en infraestructuras en Europa. Pekín, incluso, está formando un nuevo fondo con 300.000 millones más para compras masivas. >BRICSAlgunos discuten también que el milagro emergente está empezando a enfriarse. La subida del precio de las materias primas y otras commodities, así como el menor impacto financiero generado por la crisis, ha permitido que los BRIC (Brasil, Rusia, India y China) hayan superado los últimos cuatro años con una gran endereza. Hasta el punto de que el FMI los está presionando para conseguir 1 billón de dólares extra para financiar su capacidad de préstamo. Sin embargo, como señala Raiffeisen Capital Management en su último informe, aunque «estén relativamente bien pertrechados (...) sería absurdo esperar que no se vean influidos por lo que sucede en la Unión Europea y en EEUU». De cara a todos ellos, España, ahora, está bien posicionada. Quizás mejor que nunca antes. Así se explica en el reciente libro Las economías emergentes y el reequilibrio global: retos y oportunidades para España, coordinado por Javier Santiso, ex economista jefe del Centro de Desarrollo de la OCDE y profesor en Esade Business School. En el pasado ejercicio, por ejemplo, se cerraron operaciones multimillonarias, como la entrada de la argelina Sonatrach en Gas Natural, de la mexicana Pemex en Repsol YPF (con escándalo incluido) o del fondo Qatar Holding en Iberdrola. Es, según Santiso, de «una oportunidad única para España, un país que ha sabido apostar masivamente por estas economías». Incluso para empresas más pequeñas hay buenas perspectivas. Un reciente estudio de la consultora A.

T. Kearney refleja que «las condiciones de los países desarrollados hace que los mercados emergentes sean una fuente, cada vez más importante, para el crecimiento de las empresas minoristas internacionales», empezando por India y siguiendo por Rusia, China o los Emiratos Árabes Unidos.

Brasil representa mejor que nadie la situación de los emergentes. Es el país de moda. Organizará el Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos. Atrae inversion (más de 60.000...

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