Valoración económica del agua

AutorVictoria Eugenia Sánchez García
Páginas157-168
De manera genérica, podemos decir que el interés de valorar
económicamente los activos medioambientales radica, al menos, en dos
aspectos fundamentales. Por un lado, constituye un paso imprescindible
para intentar identificar con alguna aproximación el nivel de actividad
económica compatible con una afección al entorno natural que sea
aceptable socialmente, lo cual requiere el cálculo de los costes externos.
Por otro lado, permite evaluar y juzgar la racionalidad de actuaciones de
política ambiental, cuyos costes financieros sí pueden estar
perfectamente cuantificados, pero en los que los beneficios generalmente
se manifiestan de forma más difusa, como mejoras de la calidad de vida,
no reflejadas necesariamente en la Contabilidad Nacional.
Incluso desde el punto de vista de la preservación medioambiental,
los sistemas naturales podrían tener más probabilidades de recibir
protección si se dispusiese de una valoración económica de los servicios
que prestan.
El problema de valorar económicamente los recursos naturales y el
medio ambiente es que requiere tomar referencia de las distintas
funciones que cumplen en el sistema económico y esto dista mucho de
ser sencillo. En todo caso hay que dejar constancia de que
necesariamente hay que utilizar un patrón común para medir las pérdidas
o ganancias de utilidad, de satisfacción, de bienestar y en definitiva, las
preferencias individuales o sociales.
El indicador que mejor se ajusta a los objetivos señalados es la unidad
monetaria, aunque ello sea el centro de frecuentes críticas e incluso a
veces sea prácticamente imposible llevarlo hasta sus últimos términos, y
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