Usos generales y conceptos básicos para el inversor offshore

AutorJosé María Martínez Selva
Cargo del AutorCatedrático de Psicología en la Universidad de Murcia. Miembro del Offshore Institute. Profesor de la Escuela de Negocios de Dirección y Administración de Empresas (ENAE) de Murcia.
Páginas61-85

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La filosofía básica

Desde el momento en que las motivaciones, expectativas e intereses de personas y empresas son muy variados, el uso de servicios bancarios y financieros en el exterior debe entenderse más como una estrategia general a largo plazo de acumulación y protección de bienes que como un esquema de recetas fijas. Los detalles concretos aplicables a cada persona o empresa varían y las circunstancias y planes para el futuro son diferentes en cada caso. En conjunto, todos los clientes y posibles clientes de los centros offshore comparten la idea de intentar aprovecharse de las diferencias en los regímenes fiscales entre el interior y el exterior del país donde residen.

Cuando el interés del cliente va más allá de la apertura de una cuenta bancaria, debe quedar bien entendido que las operaciones financieras en el exterior distan de ser sencillas, por lo que es importante una adecuada planificación. Los encargados de abrir la cuenta, ya sea el propio banco o un intermediario, sugieren siempre, para mayor protección y privacidad, constituir una compañía o, añadiendo mayor complejidad, un "trust" o fiduciaPage 62 que actúa como titular de la cuenta o de los depósitos. Todo ello complica las cosas y encarece los costes. Por ello, antes de tomar ninguna decisión y de emprender ningún gasto, es preciso saber lo que se quiere hacer para diseñar la correspondiente estructura offshore, sea ésta sencilla o compleja. Saber lo que se quiere es bastante difícil, incluso para detalles menores de la vida, por lo que exponemos a continuación una serie de principios generales que pueden ser de ayuda en la toma de decisiones. Como poco, saber lo que se quiere lleva a cometer menos errores.

Todos los planes de inversión tienen la peculiaridad de ser eso: planes. Requieren una preparación y un estudio previo que no pueden hacerse a la ligera. La selección de un centro offshore es tan importante como el seguimiento continuo de la evolución de las inversiones. Como hemos indicado anteriormente, en un momento u otro es necesario recurrir a asesores fiscales y financieros, dependiendo del volumen de fondos que se manejen. El conocimiento previo de las características de los bancos y de las inversiones offshore que se encuentra en este libro será siempre útil para ello.

Principios generales del inversor en el exterior

1. Casi todos los países, excepto donde uno reside habitualmente, pueden considerarse paraísos fiscales. Dicho de otra manera: un paraíso fiscal puede ser cualquier sitio excepto la jurisdicción donde uno vive, trabaja y obtiene ingresos regulares. Un paraíso fiscal para un no residente puede ser un lugar de alta tributación para una persona que vive y trabaja en él. Curiosamente, nuestro país de residencia puede ser un paraíso fiscal para otras personas, turistas o jubilados, que viven en España de forma casi permanente sin ningún control de la Hacienda de su país o de la nuestra. En los últimos años, y con el fin de atraer profesionales de alto nivel, España ha suavizado la tributación de los no residentes como se verá a continuación.

Los paraísos fiscales presentan ofertas y peculiaridades muy diversas: unos están cerca, otros son buenos para constituir empresas, otros para utilizar sus servicios bancarios, otros para invertir desde ellos y algunos para residir. Uno de los pasos iniciales es estudiar sus peculiaridades para valorar cuál es, de entre ellos, el que mejor se ajusta a cada uno.

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El concepto offshore se separa cada vez más de la imagen de isla recóndita, pequeños principados y países bananeros. Reino Unido, Holanda, Bélgica y España pueden ser paraísos fiscales adecuados en determinadas circunstancias para cualquier inversor internacional. Reiteramos que la mayor parte de los países considerados como fiscalmente hostiles han desarrollado o están desarrollando más y más nichos o abrigos fiscales para empresas que quieran establecerse en ellos, en condiciones muy ventajosas.

No existe, por otro lado, ningún paraíso fiscal a prueba de cualquier contingencia. Las grandes naciones, de muy distintas formas, pueden influir sobre un territorio offshore concreto. No obstante, hay también diferentes maneras de mitigar estas influencias.

2. Por algunos de los motivos expuestos en el capítulo anterior, todos ellos importantes y algunos frecuentes, lo razonable es que, a partir de una determinada cantidad de dinero disponible, cualquier persona, en previsión de lo que pueda pasar, debería considerar el poseer una cuenta con fondos fuera de la jurisdicción donde reside y desempeña sus tareas profesionales. Todas las personas del mundo civilizado están rodeadas de amenazas económicas (problemas fiscales, quiebras, recesión económica), políticas (terrorismo, confiscación) y legales (demandas por responsabilidades profesionales, divorcio). Algunas de estas amenazas aparecen rápidamente y de forma imprevista. Se ha calculado que unas tres veces en la vida de una persona ocurren este tipo de acontecimientos. Vivimos en un mundo de incertidumbre, donde lo único seguro es el cambio. El planteamiento y utilización de una estructura offshore requiere tiempo y una adecuada planificación y no debería esperar a hacerse cuando se necesite de forma urgente.

3. El consejo más fácil de dar y más difícil de seguir: mantener una vida discreta donde uno vive y trabaja. Como norma general no debe comunicarse a nadie nada acerca de una cuenta en el extranjero. Igualmente, no hay que dar la impresión de que se posee mucho dinero. Al mínimo atisbo o señal de peligro, por ejemplo el que se pueda sufrir una reclamación legal, se percibe claramente la conveniencia de no haber informado a nadie de la existencia de fondos en el extranjero.

Es precisamente el conocimiento de que se dispone de medios en el exterior, o la simple sospecha de ello, un criterio que utilizan los jueces paraPage 64 decretar la prisión incondicional sin fianza en demandas graves, además de retirar el pasaporte. La mejor protección, insistimos, es llevar una vida discreta. Es éste realmente un consejo contra natura, que desafía tanto nuestros impulsos más básicos como los principios generales del comportamiento social y económico actual. Sin embargo debería evitarse el alardear de riqueza. La discreción, y la protección derivada de ella, es un valor superior a cualquier esquema complejo de ocultación de bienes.

4. Cuando se busca privacidad debe tenerse en cuenta que nunca existe un secreto bancario absoluto, como se verá en el capítulo siguiente. Lo que hay son diferentes procedimientos que garantizan un alto grado de encubrimiento de las operaciones bancarias y dificultan la detección del auténtico titular. La mayor garantía de confidencialidad se obtiene separando las cuentas y operaciones bancarias locales de las exteriores, realizadas en la jurisdicción offshore. La separación es completa, sin rastro electrónico, de papeles y sin conexión entre una y otra. Esta confidencialidad se refuerza si no se utilizan intermediarios y no se habla de ello con nadie. Aunque un mínimo de asesoramiento puede ahorrar el cometer errores importantes, conviene si es posible hacer todas las operaciones bancarias por sí mismo. Ponerse en manos de banqueros locales o de abogados y expertos internacionales aumenta la exposición pública (ya que hay más personas que saben las cosas) y, especialmente, los gastos.

5. Los negocios financieros, y en especial la banca, se apoyan en la relación de confianza entre el profesional y su cliente. Los bancos y los banqueros con los que se trabaje deben inspirar confianza, ya que está en juego el dinero del cliente. Las relaciones personales son importantes no sólo por la confianza, sino por el mutuo conocimiento. Los profesionales con los que se trabaja deben conocer los deseos, inquietudes y manera de ser del cliente. Recíprocamente, éste debe conocer bien a los responsables y la manera de proceder de los bancos y compañías de inversiones cuyos servicios utiliza.

Debe hacerse el máximo esfuerzo en escoger buenos profesionales y buenos bancos y, siempre que se pueda, en diversificar los riesgos. En gran parte de las ocasiones, el seguimiento de las inversiones en el exterior es un proceso bastante activo. Exige una monitorización más o menos continua de las operaciones y de la situación financiera. En otras ocasiones, como en el caso del inversor "perezoso" que se limita a invertir su dinero en unPage 65 fondo y "olvidarse" de ello, la actividad requerida no es mucha aunque sí periódica, pero conlleva un precio que, con algo de suerte y planificación, no necesita ser muy elevado. Internet ayuda a realizar muchas operaciones desde casa y con un coste mínimo, aunque sin olvidar que la red no es segura.

6. Las condiciones sociales, políticas y económicas son cambiantes: en nuestro propio país, en los paraísos fiscales y en todo el mundo. Por ejemplo, España era casi un paraíso fiscal completo hasta que a finales de los años 70 comenzó la regularización y modernización impositiva del país. Como hemos mencionado antes, aun así éste puede ser un buen territorio offshore para muchos...

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