Tratado de los derechos de garantía
| Autor | María del Carmen Gómez Laplaza |
| Cargo | Catedrática de Derecho civil Universidad Complutense de Madrid |
| Páginas | 1311-1313 |
CARRASCO PERERA, Ángel/CORDERO LOBATO, Encarnación/MARÍN LÓPEZ, Manuel Jesús: Tratado de los derechos de garantía. Ed. Aranzadi, Pamplona, 2002, 1087 pp.
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En un momento en que el mercado editorial nos ofrece tan amplio fondo monográfico, no parece fácil el encontrar una obra que, por su indudable calidad, destaque tanto como la presente. Conocía desde hace tiempo el empeño del Profesor Carrasco en elaborar una monografía sobre los derechos de garantía y su dedicación infatigable al tema. Sólo su calidad científica, así como la de sus colaboradores, hacían presagiar el que, a pesar de las dificultades, culminaría con éxito la tarea. Efectivamente. Se trata de un libro que, como se afirma en el prólogo, aspira a ser la referencia universal de un sector de lo jurídico. Con la modestia propia del investigador que sabe de la limitación de su labor, considera que, sin embargo, es «una aspiración nunca conseguida por entero». Pero lo cierto es que los resultados obtenidos son de tal nivel que creo que la aspiración tiene todos los visos de convertirse en realidad.
Es demasiado habitual en el género «recensiones» el rodear de loas la obra sometida a supuesta crítica. Eso, como en todos los ámbitos de la vida, plantea el problema al lector de discernir cuando se trata de mero tópico al uso y cuando la alabanza obedece a la realidad. Por ello, en este caso, creo que más que atenerse a lo que aquí se diga, no queda más remedio al jurista, destinatario de una obra como ésta, que formarse su propio juicio, tras la ineludible consulta directa de la misma.
A pesar de lo anterior, me permito introducir sucintamente al lector en el estilo, la estructura y contenido del libro. Ciertamente que para ello me bastaría con remitirle al prólogo, en el que el profesor Carrasco resume magistralmente, mucho mejor de lo que puedo hacerlo yo, la finalidad, estructura, planteamientos, etc., de su estudio. Pero me cumple abordarlo ahora a mí, no sin recomendar vivamente la lectura del mismo.
Ante todo, no se piense que estamos ante una obra de carácter especulativo en el que hallen cabida interminables controversias doctrinales o citas meramente eruditas. Quizá uno de sus mayores méritos es que los autores han sabido abordar toda y cada de las materias con un estilo directo, enfrentándose a los problemas y ofreciendo soluciones a ellos, pero sin alardes inútiles. Sabiendo el enorme bagaje científico de los autores, este logro no es baladí y sólo puede...
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