Transporte marítimo

AutorMª Remedios Zamora Roselló
Cargo del AutorDoctora en Derecho. Doctorado Europeo. Profesora Ayudante-Doctor de Derecho Administrativo. Universidad de Málaga
Páginas523-545

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I Introducción

El medio marino es la principal vía de transporte para el comercio internacional, las cifras sobre el aumento constante en el volumen del tráfico de contenedores ponen de manifiesto la relevancia de un modo de comunicación que lleva milenios satisfaciendo las demandas de movilidad de pasajeros y mercancías.

Estos datos se corroboran en el seno de la Unión Europea y a nivel nacional. Según las últimas publicaciones de Puertos del Estado, España ocupa una posición destacada en los listados mundiales y europeos en materia de transporte marítimo. Nuestro país es la tercera potencia europea en número total de contenedores, y ha conseguido posicionar a cinco puertos entre los 125 primeros del mundo, en concreto, los puertos españoles de Valencia, Bahía de Algeciras, Barcelona, Las Palmas y Bilbao; además, otros puertos nacionales como los de Alicante, Bahía de Cádiz, Castellón, Málaga, Tarragona, Vigo y Santa Cruz de Tenerife han destacado por la progresión experimentada en los últimos años y se sitúan entre los 200 más importantes del mundo.

A la vista de sus perspectivas de crecimiento corresponde elaborar un estudio sobre los principales desafíos a los que se enfrentará el sector del transporte marítimo en los próximos años; destacando su impacto ambiental y los riesgos que ocasiona en el entorno marítimo, con especial atención sobre las fuentes energéticas alternativas y su aplicación a este sector. Además de la importancia de la seguridad y la protección marítimas, como ejes de las medidas adoptadas a nivel internacional y nacional para garantizar la viabilidad de este sistema de comunicación.

La relevancia de las iniciativas comunitarias sobre esta materia y su infiuencia en el desarrollo interno de cada uno de los Estados miembros y en la adopción de decisiones a nivel internacional, hacen necesario llevar a cabo un análisis

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más detallado de las propuestas de la Unión Europea. Sin perjuicio de las referencias a las disposiciones más relevantes que se han adoptado y se continúan debatiendo en el seno de los organismos internacionales. El mercado global al que se dirige el transporte marítimo, marcado por una competitividad que no conoce de fronteras, y la propia naturaleza del medio marino condicionan la adopción de disposiciones en este ámbito, haciendo necesario un esfuerzo para la implantación de estándares de actuación aplicables en todos los mares y océanos.

II Iniciativas comunitarias: las autopistas del mar

A lo largo de la primera década del siglo XXI, la Unión Europea inició un despertar en cuestiones marítimas que le llevó a la necesidad de desarrollar una política marítima integrada. De esta forma se trataba de ofrecer una respuesta coordinada a las múltiples facetas del sector marítimo. Hasta la adopción de esta iniciativa de integración, en el ámbito comunitario se habían adoptado numerosas disposiciones que desde variadas perspectivas regulaban el entorno marítimo y las actividades que se desarrollaban en este espacio; no obstante, estas iniciativas siempre se aglutinaban bajo otros epígrafes, como la protección ambiental.

La publicación de la Comunicación sobre una política marítima integrada de la Unión Europea1supone la consagración del sector marítimo como uno de los pilares de la Unión. Frente a un modelo tradicionalmente terrestre, marcado por las explotaciones agrícolas y ganaderas, la industria y la energía derivada de los recursos generados en tierra firme y un modelo de transporte centrado en las comunicaciones ferroviarias y por carreteras, se reconocía la importancia del espacio marítimo que, a pesar de la tradición de buena parte de los Estados comunitarios, había quedado reducido a un segundo plano en las políticas comunitarias.

Como resultado de este esfuerzo por potenciar el sector marítimo, la Comisión adoptó una Comunicación en 2009 en la que se analizaban los objetivos estratégicos y recomendaciones para la política de transporte marítimo de la Unión Europea hasta 20182. Uno de los principales desafíos a los que se enfrenta el transporte marítimo de los Estados miembros es su posicionamiento en el escenario mundial; el alto nivel de competencia de este modelo de transporte exige que la fiota comunitaria se encuentre capacitada para hacer frente a los registros de terceros países. Teniendo presente el riesgo de la deslocalización de las empresas de transporte marítimo y las industrias marítimas, desde la Comisión se insta

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a desarrollar propuestas que permitan resistir al sector del transporte frente a la ralentización económica, a la vez que adoptar unas directrices claras en cuanto a los impuestos por tonelaje y sobre la renta, así como sobre las ayudas estatales.

El establecimiento de un marco regulador que permita garantizar las condiciones de igualdad en el mercado de todos los actores implicados es uno de los principales desafíos de la Unión; en este sentido, se enmarcan las propuestas de apoyo al establecimiento de unas condiciones comerciales internacionales marítimas y de acceso a los mercados justas, así como la colaboración para lograr condiciones equitativas para el transporte marítimo, la homogenización de las normas de competencia fundamentales, y el refuerzo de los derechos y responsabilidades de las naciones en su calidad de Estados de abanderamiento. Desde esta perspectiva se plantea la colaboración en el plano internacional, con el refuerzo de la participación en las organizaciones internacionales especializadas, como la OMI o la OIT, así como la implantación de acuerdos bilaterales y de diálogos con socios comerciales y de transporte marítimo.

A pesar de su potencial económico el transporte marítimo se encuentra condicionado, al igual que buena parte del sector marítimo, por la escasez de profesionales. La dureza de las condiciones de trabajo de la gente de mar y las dificultades de promoción, se encuentran entre los principales obstáculos para la promoción de este tipo de empleos. Por ello, la Comisión aboga por potenciar la imagen del sector y mejorar sus posibilidades laborales, a la vez que introducir mejoras en el marco normativo en cuanto a las condiciones laborales y de seguridad de las tripulaciones de los buques, y potenciar el empleo de las tecnologías de la información y la comunicación para mejorar la calidad de vida en el mar. Junto a estos fines, adquiere especial relevancia la necesidad de profesionalizar este sector, ofreciendo formación de calidad a las tripulaciones como elemento básico para que el transporte marítimo sea seguro y cumpla con las medidas de protección del medio ambiente.

El aumento exponencial de las operaciones de transporte marítimo que se prevé para los próximos años obliga a incorporar unos estándares de calidad aún más elevados para garantizar la protección y conservación del medio ambiente, la seguridad, la protección y la vigilancia. El aumento de la fiota y un nuevo modelo de transporte marítimo basado en naves muy grandes van a multiplicar los riesgos y aumentar la presión sobre el espacio marítimo. La consecución para el año 2020 de un "buen estado ecológico" de las aguas marinas obliga a marcar como objetivo final la viabilidad de un transporte marítimo sin residuos ni emisiones.

La Comisión propone la continuidad de las medidas implantadas sobre instalaciones portuarias receptoras de desechos, desguace de buques y emisiones, entre otras; a la vez que insta a la adopción de nuevas propuestas que permitan reducir el impacto ambiental del transporte marítimo. Otro de los extremos destacados es la relación entre el transporte marítimo y la seguridad energética,

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consecuencia de que buena parte de los productos energéticos se transportan por vía marítima.

El potencial económico del entorno marítimo es una realidad a la que las instituciones comunitarias se han acercado de forma paulatina en los últimos años, principalmente a través de los conceptos "crecimiento azul" y "economía azul". En 2012 la Comisión presentó su Comunicación "Crecimiento azul: Oportunidades para un crecimiento marino y marítimo sostenible", con la finalidad última de aprovechar el potencial de los océanos, mares y costas para la creación de empleo y el crecimiento económico3. El crecimiento azul de la Unión Europea se basa en cinco ejes de actuación: la energía azul, la acuicultura, el turismo marítimo, costero y de cruceros, los recursos minerales marinos y la biotecnología azul.

Un mes después de la publicación de la Comunición de la Comisión sobre el "crecimiento azul", los ministros europeos de asuntos marítimos respaldaron la Estrategia Europa 2020, dotándola de un sólido pilar marítimo en la denominada "Declaración de Limassol"4. Incidiendo en el desarrollo del crecimiento, la competitividad y el empleo en el sector marítimo se pronuncia sobre la configuración de unos principios de actuación, a modo de hoja de ruta, para la consecución de un modelo de economía azul sostenible.

El establecimiento de esta Agenda Marina y Marítima Europea presta especial atención a un conjunto de iniciativas vinculadas a la industria y la energía. En este sentido se proponen actuaciones para el aumento de la competitividad del sector del transporte marítimo, el desarrollo del turismo costero y marítimo, y el impulso a la innovación en la industria de construcción y equipamiento. Estas propuestas se completan con...

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