La transición energética requiere un nuevo mercado eléctrico

AutorDavid Robinson
Cargo del AutorSenior Research Fellow Oxford Institute for Energy Studies
Páginas111-132
CAPÍTULO IV
LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA REQUIERE UN NUEVO
MERCADO ELÉCTRICO*
David ROBINSON
Senior Research Fellow
Oxford Institute for Energy Studies
SUMARIO: 1. INTRODUCCIÓN.—2. LA LCCTE: COMENTARIOS SOBRE LA LEY: 2.1. Art. 3. 2.2. Art. 5. 2.3. Art. 30. 2.4. Con-
sideraciones generales para tomar en cuenta en el desarrollo de la LCCTE: 2.4.1. Buscar consenso político. 2.4.2. Hacer
efectivo el Comité de Personas Expertos. 2.4.3. Aclarar el papel del Estado y el mercado. 2.5. Riesgos de inversión
y de apoyo social.—3. LA VISIÓN DEL FUTURO SECTOR ELÉCTRICO DESCARBONIZADO: 3.1. El papel clave del
sector eléctrico. 3.2. Liberalización verde.—4. EL DISEÑO DEL FUTURO MERCADO ELÉCTRICO DESCARBONIZA-
DO: 4.1. Las nuevas condiciones económicas y tecnológicas en el siglo XXI. 4.2. Diseño del mercado del futuro eléctrico
descarbonizado: 4.2.1. El mercado eléctrico original. 4.2.2. Problemas con el modelo actual ante la descarbonización.
4.3. Modelos alternativos: 4.3.1. El enfoque «dos mercados».—5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES.—6. RE-
FERENCIAS.
1. INTRODUCCIÓN
Los editores me sugieren enfocar este capítulo sobre tres artículos de la Ley
de Cambio Climático y Transición Energética (LCCTE): los objetivos (art. 3), la
estrategia de descarbonización a 2050 (art. 5) y los recursos públicos destinados a
la lucha contra el cambio climático (art. 30). El capítulo ofrece comentarios sobre
estos artículos y sobre algunos desafíos para la implementación de la LCCTE. Sin
embargo, va un tanto más allá para enfocarse en el desarrollo de un nuevo diseño
del mercado eléctrico que, en mi opinión, será necesario para cumplir los objetivos
de la LCCTE y la estrategia de descarbonización dentro de los limitados recursos
públicos. La necesidad de un nuevo diseño de mercado es cada vez más urgente y
evidente; este capítulo contribuye al debate sobre las alternativas.
Aunque la LCCTE y los citados artículos son bienvenidas y coherentes, la prue-
ba de fuego sería su implementación. Hay tres problemas que pueden entorpecer la
implementación. El primero es que la ley no tuvo un apoyo amplio en el Congreso,
* Este capítulo incluye textos revisados del libro de ARIÑO (2020). Los textos que incluyo en este
capítulo corresponden a la segunda parte del libro y en particular a textos de que yo era el autor princi-
pal. Agradezco al equipo la colaboración detrás del libro y a mis coautores del libro por la autorización
de utilizar y revisar estos textos. Soy responsable por el texto f‌inal de este capítulo y por cualquier error.
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abriendo una duda sobre como futuros gobiernos actuarán. El segundo es que los
gobiernos españoles han demostrado una disposición a cambiar por sorpresa el
sistema regulatorio de forma que perjudican a los inversores. Estos dos factores in-
troducen riesgos políticos y regulatorios para los inversores que pueden enfriar la
inversión o incrementar el coste de la transición. En tercer lugar, los gobiernos en
España y en otros países están dirigiendo las decisiones sobre el mix, la cantidad y
la ubicación de la inversión en actividades que, según la legislación europea, están
abiertos a la competencia, como la generación eléctrica. Cuando los gobiernos to-
man decisiones erróneas, que pasa con frecuencia, los costes pasan a los consumi-
dores. Resumiendo, hay un riesgo que la transición energética fracase porque los
costes son más altos de lo necesario y los ciudadanos se rebelen, de forma pasiva o
activa, contra los planes de los gobiernos.
Como alternativa a la política actual, especialmente con referencia a la inver-
sión, el capítulo propone aprovechar más la competencia en las actividades «libe-
ralizadas», especialmente en el sector eléctrico, dejando mayor control de las deci-
siones en manos de los consumidores y el proceso competitivo. Todos los expertos
reconocen que la electricidad verde es la clave de la descarbonización y que, para
conseguir la neutralidad climática, la electricidad tendrá que suministrar entre
el 50 y el 70 por 100 de la demanda energética f‌inal en 2050, en claro contraste
con el 20-25 por 100 que representa hoy. Si añadimos el uso de electricidad reno-
vable para producir hidrógeno verde, la cuota de electricidad puede llegar a más de
80 por 100 de la demanda. Aunque una parte de esta inversión es para actividades
reguladas, especialmente las redes, la mayoría se dedicará a actividades abiertas
a la competencia, como la generación de energías renovables, el almacenamiento
y la electrif‌icación de actividades de consumo energético en transporte, edif‌icios e
industria.
La pregunta es cómo conseguir que la competencia juegue un papel efectivo.
El problema es que los mercados actuales (de «solo energía») están rotos, entre
otros motivos por la forma en que los gobiernos incentivaron la penetración de
energías renovables, con remuneración fuera del mercado, y porque las energías
renovables con costes marginales muy bajos presionen a la baja los precios mayo-
ristas. El resultado es que los mercados eléctricos actuales no ofrecen incentivos
ef‌icientes y, en particular, no pueden f‌inanciar las inversiones necesarias por los
bajos precios esperados en las próximas décadas. Seguir con los mercados actua-
les requiere un apoyo indef‌inido del gobierno —fuera del mercado— para f‌inan-
ciar la inversión. Este capítulo sostiene que una penetración profunda de energías
renovables y de los recursos de energía distribuida (como placas solares, baterías,
vehículos eléctricos, bombas de calor, demanda f‌lexible) requiere un nuevo diseño
del mercado eléctrico que ofrezca señales ef‌icientes, y no necesita apoyo conti-
nuo del gobierno fuera del mercado. Este nuevo mercado tiene que ref‌lejar las
características tecnológicas y económicas del sector energético del siglo XXI.
Como respuesta, el capítulo introduce y recomienda el «doble mercado» como
candidato para el futuro modelo de mercado eléctrico descarbonizado 1. Este mo-
delo incluye dos mercados: uno para las energías renovables intermitentes y otro
para los recursos energéticos f‌irmes y f‌lexibles, incluyendo generación, almacena-
miento y demanda f‌lexible. A cada uno de los dos mercados corresponde su precio.
En el mercado de energía renovable intermitente, el precio (para el generador y
para el consumidor) es estable y ref‌leja el coste incremental de largo plazo de la
tecnología, similar a los contratos actuales y las subastas para renovables. En el
1 Vid. KEAY y ROBINSON (2017).

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