Transhumanismo y literatura

AutorJuan Manuel de Prada
Páginas113-123
TRANSHUMANISMO Y LITERATURA
Juan Manuel DE PRADA
Escritor (España)
1. UNA VOCACIÓN PLENAMENTE HUMANA
Siempre hallamos en el hombre, desde la noche de los tiempos, la tentación de salirse de
la casilla de su naturaleza, anticipando el destino glorioso que le ha sido prometido. Hay en la
naturaleza humana una nostalgia de divinidad, pues no en vano fuimos creados a imagen y
semejanza de Dios, hemos participado de los beneficios de la Redención y sabemos que nos
aguarda una existencia eterna y «transhumanada», una metamorfosis misteriosa que nos hará
resplandecientes e inmortales, sin renunciar a nuestros cuerpos. Esta vocación plenamente
humana, alimentada de promesas divinas, encontró su parodia en aquella promesa que la anti-
gua serpiente deslizó a Eva en el Edén: «Seréis como dioses». Es decir, podréis disfrutar de esa
naturaleza «transhumanada» rebelándoos contra el acto creador de Dios, rechazando los be-
neficios de la Redención, anticipando el disfrute de una naturaleza gloriosa al margen de los
planes divinos. Todas las triquiñuelas luciferinas se resumen, a la postre, en la promesa de un
Paraíso en la Tierra que anticipe los gozos ultraterrenos y glorifique nuestra carne mortal, a
costa de privarla de la gloria eterna. Y entre todas estas triquiñuelas ninguna tan sugestiva y
perturbadora como hacernos dioses desembarazándonos de los límites biológicos de nuestra
naturaleza. Así, el hombre deja de ser criatura, para convertirse en creador de sí mismo.
2. MITOLOGÍA Y «SEMILLAS DEL LOGOS»
Si volvemos la vista atrás, hasta los relatos mitológicos, comprobaremos enseguida que
esta nostalgia de divinidad o anhelo de alcanzar una existencia más plena se expresa de formas
pintorescas y balbucientes. Aquellas mitologías paganas no estaban bendecidas por la luz de la
Revelación, ciertamente; pero encontramos en ellas lo que SAN JUSTINO denominaba «semillas
del Logos» que les permiten expresar ese anhelo humano irrenunciable (y también, por cierto,
su parodia demoníaca). El pagano no podía sino vislumbrar confusamente los planes divinos

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR