¿Traidor a su patria? United States v. Aaron Burr o el proceso a un founding father

AutorJorge Pérez Alonso
Páginas351-424

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En 1803 el Tribunal Supremo de los Estados Unidos se vio inmerso en el epicentro de una tormenta política, el culmen del enfrentamiento entre federalistas y republicanos que se venía gestando desde tiempo atrás y que estalló abruptamente tras la derrota de los primeros en las elecciones presidenciales del año 1800. El caso Marbury v. Madison provocó una verdadera avalancha de acusaciones entre ambos partidos y únicamente la habilidad del chief justice John Marshall pudo, merced a un elaborado ardid jurídico, dar íntegramente la razón al demandante federalista en cuanto al fondo del asunto mientras que desestimaba su pretensión por motivos exclusivamente formales, basándose en la inconstitucionalidad de la ley que atribuía al órgano judicial la competencia para conocer tal asunto1, evitando así un conflicto entre el poder judicial y el ejecutivo republicano. Y es que el caso Marbury fue en realidad un enfrentamiento en toda regla entre federalistas (que utilizaron a William Marbury como punta de lanza en el caso) y republicanos (el Secretario de Estado James Madison, aliado y hombre de confianza de Thomas Jefferson), pero a la vez significó una feroz batalla no sólo entre dos poderes, el ejecutivo y el judicial, sino entre las dos personas que en aquel momento concreto encarnaban tales poderes: Thomas Jefferson y John Marshall quienes, casualmente, eran parientes lejanos aunque no precisamente bien avenidos.

Tan solo cuatro años más tarde, en 1807, ese mismo enfrentamiento volvió a escenificarse igualmente en el seno de un proceso, en esta ocasión el que tuvo lugar en el Tribunal de Circuito de Virginia con motivo de la célebre causa United States v. Aaron Burr. Los ojos del país, entre curiosos y expectantes, se volvieron hacia la capital del estado sureño, donde el gobierno estadounidense había iniciado acciones legales frente a uno de los héroes de la revolución que entre los años 1801 y 1805, precisamente durante el primer mandato presidencial de Thomas Jefferson, había ostentado el cargo de Vicepresidente de los Estados Unidos y a quien ahora el ejecutivo acusaba nada más y nada menos que de traición a la patria por haber intentado sublevar o “revolucionar” la parte occidental del territorio estadounidense para separarla de la federación y crear un imperio con el propio Burr como supremo regidor del mismo. Nuevo enfrentamiento, pues, entre el poder ejecutivo (encarnado nuevamente por Jefferson, quien se encontraba ahora en el ecuador de su segundo mandato como presidente) y el judicial (de nuevo John Marshall, aunque en esta ocasión no como chief justice, sino como magistrado del Tribunal de Circuito de Virginia, el competente para conocer de dicha

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causa). Mas el proceso judicial que debía afrontar Aaron Burr no sólo despertó el interés de la población por el enfrentamiento político que subyacía y por la atractiva personalidad del acusado, sino porque en su seno se plantearon cuestiones de máximo interés jurídico, como el executive privilege y el propio concepto jurídico de traición, tan escasamente desarrollado a nivel jurisprudencial en una nación con poco menos de un cuarto de siglo de existencia. No faltaron quienes vieron en el proceso un deseo de Thomas Jefferson de saldar definitivamente cuentas con su antiguo vicepresidente y, aprovechando la ocasión, lanzar un nuevo órdago a la judicatura, a quien el mandatario continuaba viendo como un bastión federalista reacio a someterse a los dictados del pueblo (revelando con ello lo que el profesor Leonard Levy denominó en los años sesenta el “lado oscuro” de Jefferson). El asunto tuvo tanta importancia a nivel jurídico, que pese a quedar cerrado en el Tribunal de Circuito de Virginia y no haber llegado por vía de apelación al Tribunal Supremo, la obra más completa que aborda la historia de dicha institución, la Oliver Wendell Holmes Devise History of the Supreme Court, dedica varias nutridas páginas al mismo en el volumen que aborda los primeros años de John Marshall como presidente2.

Pese a ser uno de los episodios más notorios, importantes y decisivos de la historia político-jurídica estadounidense, y aunque el asunto afectaba de lleno a intereses españoles (no en vano la acusación presidencial imputaba igualmente a Burr un deseo de invadir las posesiones de México), el asunto no ha recibido tratamiento alguno en nuestro país3. Por ello, el presente estudio intenta acercar al público español a uno de los juicios más célebres que tuvieron lugar en los Estados Unidos de América en aquellos años del despertar de la recién creada nación. No obstante, es absolutamente imprescindible para comprender el asunto en su integridad, detenernos un momento para conocer los antecedentes personales del procesado, Aaron Burr jr., una de las personalidades más atractivas, interesantes e incomprendidas de los Estados Unidos de América y a la vez una persona cuyo carácter quizá pecó de ser bastante adelantado para su época; y, dentro de su biografía, centrarnos de manera especial en los dos acontecimientos que marcaron a

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fuego su destino y la visión que del mismo se tuvo a partir de entonces: su actuación en la crisis ocasionada por el empate a voto compromisario en las elecciones presidenciales de 1800 y el duelo que en 1804 mantuvo con Alexander Hamilton y que costó a éste la vida y a Burr su carrera política. Sólo entonces podrá entenderse cómo se desencadenó toda una serie de acontecimientos que situaron a Aaron Burr en el banquillo de los acusados y a su antiguo aliado, Thomas Jefferson, ejerciendo a distancia de prosecutor.

I AARON BURR: La agitada vida de un héroe de la revolución
1.1. El difícil camino hacia el triunfo político (1756-1800)

the political4 world that Burr entered was fiercely competitive, as a new partisan climate emerged that relied on nasty public attacks, the circulation of vicious rumors, and occasionally led to duels5.

Aaron Burr jr nació el día 6 de febrero de 1756 en Newark, Nueva Jersey, y fue el segundo vástago del matrimonio formado por Aaron Burr sr. y Esther Edwards Burr, quienes dos años antes habían tenido su primera hija, Sally. De todos los padres fundadores de los Estados Unidos, Aaron Burr era quizá el único que podría presumir de formar parte de una familia situada en la élite intelectual de las colonias británicas. Su padre fue el rector del College of New Jersey y su abuelo materno, Jonathan Edwards, uno de los más reputados teólogos del continente americano y autor de innumerables y severas admoniciones en forma de sermón que tendían a hacer ver la gravedad del pecado (baste indicar algunos de los títulos de sus predicaciones, The justice of God in the damnation of sinners o Sinners in the hands of an angry God6). Sin embargo cuando apenas contaba con dos años de edad, Burr ya había perdido a casi toda su familia, pues en septiembre de 1757 fallecía su padre, en marzo

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de 1758 su abuelo materno, en abril de 1758 su madre y en octubre de ese mismo año su abuela materna. Acogidos temporalmente por William Shippen, un amigo de la familia, dos años después, en 1760, Aaron Burr y su hermana fueron llevados a Stockbridge, en Massachussets, para ser acogidos por su tío materno, Timothy Edwards, quien apenas dos años más tarde se trasladó con toda su familia a Elizabethtown, en Nueva Jersey, donde comenzó a ejercer como abogado; allí el pequeño Aaron Burr creció rodeado de sus primos Mathias y Aaron Odgen y trabó amistad con Jonathan Dayton. Como responsable de la educación de los niños sometidos a su tutela, Timothy Edwards contrató a Tapping Reeve como preceptor del joven Burr, y, cuando éste alcanzó la edad para ello, solicitó el ingreso en Princeton, donde se graduó en 1772. Un año más tarde comienza los estudios para convertirse en sacerdote, pero súbitamente muda de opinión y se inclina hacia la carrera jurídica, por lo que decide acudir a Litchfield y entrar en el despacho de su antiguo preceptor y ahora cuñado Tapping Reeve, quien había contraído matrimonio con Sally, la hermana de Burr.

Tras los sucesos de Lexington y Concord, Aaron Burr y su amigo Mathias Odgen se trasladan en agosto de 1775 a Cambridge, Massachussets, para enrolarse como voluntarios en el recién creado ejército continental y es allí donde entran a formar parte de la expedición de Benedict Arnold para la invasión de Canadá. Durante los años en que Burr estuvo en el ejército (1777-1779) se comportó heroicamente a lo largo de todos esos años y según su biógrafa Nancy Isemberg, Burr tuvo la extraña habilidad de resolver problemas logísticos de una manera rápida y eficaz, pero sin ofender a los oficiales superiores. Y así, el día 31 de diciembre de 1775 realizó su primera hazaña al intentar rescatar el cuerpo inerte del general Montgomery, caído en el asalto a Quebec ese mismo día, hecho que le valió una gloriosa mención en el poema de Hugh Henry Brackenridge “The death of general Montgomery” (aunque en la célebre pintura de John Trumbull no aparezca Burr y, por el contrario, se sitúe en su lugar a Mathias Odgen, que, cosas del destino, no se...

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