Tipología de terrorismos

AutorJulián López-Muñoz
Páginas231-294
4. TIPOLOGÍA DE TERRORISMOS
Son numerosos los movimientos terroristas que han existido y siguen exis-
tiendo, de distinto signo atendiendo a su ideología, legitimidad, o motivación,
todos ellos tuvieron y continúan teniendo en común la utilización sistemática
del terror para doblegar a la población civil. Los tipos de terrorismo que siguen
existiendo son el anarquista, el etnonacionalista, el revolucionario de izquier-
das, el religioso, el sal sta yihadista, el terrorismo de estado, y otros de signo
transnacional.
4.1. Terrorismo Anarquista
Anarquía es una palabra cuyo origen etimológico proviene del griego y lo
componen el prefejo an (no, sin) y la palabra arkhê (origen, principio, mandato,
poder). El anarquismo es una doctrina, losofía o ideología, que surgió a co-
mienzos del siglo XIX, y se fue desarrollando a lo largo de ese siglo con diferentes
corrientes que negaban la autoridad del Estado, dado que en él se concentraba
el poder respondiendo a intereses de clase por cuanto es incapaz de establecer
condiciones de vida dignas, para otras clases y especialmente la clase trabajado-
ra. Al ser el Estado la génesis de la dominación, conviene la desaparición de sus
organismos e instituciones para así acabar con el mismo Estado, siendo ésta una
manera de que el individuo alcance la libertad por encima de cualquier autori-
dad. Para llegar a conseguir una sociedad sin clases en la que la persona quede
libre hay que derrocar al sistema de poder mediante la violencia, con acciones
encaminadas a los dirigentes que representan la ostentación autoritaria, a las
instituciones estatales, al sistema social con huelgas y sabotajes a la producción,
propiciando boicots a los comercios y a los propietarios de la tierra. Esta losofía
política de la utilización de la violencia condujo a la producción de atentados
selectivos contra instituciones, edi cios, comisarías, teatros, cuarteles, iglesias,
y asesinatos o intentos contra guras preeminentes del Estado.
El terrorismo anarquista junto a otros terrorismos surgidos en el S.XIX, como
el de los narodniki rusos o el llevado a cabo por los nacionalistas irlandeses, ha
sido categorizado como el primero que consiguió una dimensión internacional.
Los anarquistas no solo atentaban en sus países, lo hacían también en otros aun
cuando solo fuera por el sentido romántico de vengar a sus compañeros muertos,
este sería el caso de Michele Angiolillo, italiano que en 1897 asesinó al jefe del
Gobierno de España, Antonio Cánovas del Castillo.
Criminalidad organizada y terrorismo
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Basándose en su estructura desorganizada el terrorismo anarquista, en
sus inicios, llevaba a cabo atentados en pequeños grupos o de manera aislada,
mientras el movimiento anarquista en su conjunto creaba un clima intelectual y
moral de ataque al Estado y al capital, convirtiendo en héroes y mártires a los que
morían por la causa, en los intentos o consumación de magnicidios.
El anarquismo en Italia se enmarcó en el Congreso de Rímini, que la Asocia-
ción Internacional de Trabajadores (AIT), en su federación italiana, celebró en
1872 y en el que la línea de pensamiento de Bakunin tomó un protagonismo único.
Sus atentados iban dirigidos principalmente a reyes y gobernantes, en 1878 es-
talló un artefacto cuando se celebraba un homenaje fúnebre al rey Victor Manuel
II, y pocos meses después se dio un intento de asesinato del rey Humberto I, no
sería el primero. En general surgió una ola de atentados en Europa, afectando a
países como España, Alemania, Francia, Italia, Suiza o Rusia. Los anarquistas al
no poder enfrentarse con los ejércitos optaban por cometer asesinatos selectivos
sobre los dirigentes políticos, y fueron varios los que fallecieron, como el jefe del
gobierno español, Cánovas del Castillo por la acción de Michele Angiolillo; la em-
peratriz Isabel de Austria-Hungría punzada, con arma blanca, por Luigi Lucheni;
o el rey Humberto I asesinado en 1900 por Gaetano Bresci. La revolución social
propugnada por el anarquismo para acabar con la burguesía condujo a cometer
también atentados indiscriminados como los ocurridos en el teatro del Liceo de
1893 o en la procesión del Corpus de la iglesia de Santa María del Mar de 1896,
ambos en Barcelona, aunque no todos los anarquistas, incluso algún terrorista,
estuvieron de acuerdo con este último atentado; o el intento de asesinato de
Alfonso XIII el día de su boda con la reina Victoria Eugenia en Madrid, en el que
Mateo Morral arrojó una bomba camu ada en un ramo de ores al paso de la
comitiva provocando la muerte a veintitrés personas314.
En general puede decirse que el anarquismo no consiguió levantar una insu-
rrección. En España en la ciudad de Alcoy hubo un inicio de ella, pero se trató más
de una manifestación fácilmente reprimible que de un auténtico levantamiento,
como ocurriría también en otros lugares. Las pretensiones revolucionarias se
hacían a golpe de cuchillo, pistolas o dinamita. Los ataques se dirigían contra la
máxima autoridad política o contra la realeza y también de forma indiscriminada
contra la multitud reunida. Eran atentados que se llevaban a cabo con facilidad
dado que tanto la protección de las personalidades como la seguridad ciudadana,
en general, era muy básica. Entre 1894 y 1921 los anarquistas asesinaron a un
presidente de la República de Francia, un presidente de Estados Unidos, una
emperatriz de Austria-Hungría, un rey de Italia, tres presidentes de gobiernos
de España, y varios intentos de asesinato incluido el del shah de Persia cuando
visitaba París. De manera indiscriminada atentaron contra personas en Barcelona,
Madrid, Nueva York, y Milán.
Fue, y sigue siendo, un terrorismo transnacional, su estrategia en la acción
terrorista era la participación de un número reducido de personas y preferen-
temente que no formaran parte de un grupo preexistente ya que este podría ser
314 AVILÉS FARRÉ, J y HERRERÍN LÓPEZ, A.: El nacimiento del terrorismo en occidente: Anarquía,
nihilismo y violencia revolucionaria. Ed. Siglo XXI, Madrid 2008. Pág 8 y ss.
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Capítulo 4. Tipología de terrorismos
conocido por la policía; lo ideal para ellos consistía en ejecutar la acción de forma
individual por una persona que no fuera vecino o ciudadano del lugar donde se
cometía, de ahí los múltiples atentados llevados a cabo en Francia, Suiza, Alemania
o España cometidos por anarquistas italianos. Si acaso con un mínimo apoyo en
la ocultación posterior, que no siempre se daba. Seguían la doctrina de “la propa-
ganda por el hecho”315, a través de las acciones de terror propagaban el ideario
anarquista sin necesidad de arengas o discursos, consiguiendo no solo el miedo
en la audiencia sino también la promoción de la rebeldía. Un informe de la policía
francesa, de 1894, basado en fuentes de información ubicadas en el interior del
anarquismo mantenía que aunque todos los anarquistas perseguían los mismos
nes que eran la subversión social a través de la violencia, respecto a la ejecución
del atentado siempre era una “acción aislada”. Este sistema facilitaba la exibili-
dad, incluso la improvisación como en el caso de Sissi; los grupos de anarquistas
estables en la ciudad donde se producía el hecho facilitaban la huída, el dinero
como medio de apoyo, o el refugio en forma de casa segura para el terrorista; y
también se servían de la propaganda causada316.
La prensa tuvo un papel importante en la difusión de la información terrorista,
a veces de proselitismo, dando a conocer los mensajes y la causa revolucionaria,
entrando en detalles de la comisión, de las declaraciones ante la autoridad judi-
cial e incluso del desarrollo de los juicios y la ejecución de las condenas. De esta
manera se creaban mártires entre los individuos que cometían los atentados y
que generosamente se habían sacri cado por la causa, al mismo tiempo que se
aterrorizaba a la burguesía. Esta estrategia, transcurridos los siglos, también ha
sido copiada por las organizaciones sala stas yihadistas, que emplean individuos
aislados de otras células o pequeños grupos de dos o tres personas para atentar,
lo que di culta la prevención, dado que la detección es más complicada, utilizan
la propaganda y las redes sociales con so sticados montajes para aterrorizar a
la población mundial a la que llega el mensaje.
A mediados de los años noventa del pasado siglo surge el “anarquismo insu-
rreccionalista” que se desarrolló en Italia y ha sido con la globalización y la llegada
del S.XXI cuando este movimiento toma un carácter transnacional expandiéndose
a países como España, Rusia, y Grecia, y trascendiendo a otros continentes como
Asia, en Indonesia, o como en Hispanoamérica, en Méjico o Chile, promoviendo
manifestaciones contra organizaciones mundiales como la del comercio, donde
emplean tácticas de guerrilla urbana o ataques a instituciones. Otras células sur-
315 El término “propaganda por el hecho” se publicó por primera vez en el boletín de la
Federación del Jura de la Asociación Internacional de Trabajadores. Esta federación agrupaba
militantes de la región francófona del Jura (Suiza), donde se habían refugiado algunos anarquistas
extranjeros como el ruso Piotr Kropotkin. Cabe apuntar que el artículo no se refería con ello a
acciones terroristas, sino a manifestaciones que habían tenido lugar en ciertas ciudades de Rusia
y Suiza, y principalmente a la insurrección próxima a la ciudad de Benevento, en la región del
Matese (Italia), hechos concebidos por sus protagonistas como actos de propaganda y no como
actos encaminados a iniciar una revolución.
316 AVILÉS FARRÉ. J, y MORÁN PALLARÉS, M.: “¿Ha vuelto Matero Morral? El anarquismo
insurreccionalista del S. XXI y sus antecedentes históricos.” En Cuadernos de Historia Contemporánea,
nº 38, 2016. Ediciones Complutense. Madrid. Págs. 143 y ss.

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