De la tierra al cielo y regreso. La reflexión de Hans Blumenberg sobre la posición del hombre en el cosmos después de la empresa astronáutica
| Autor | Emanuela Mazzi |
| Páginas | 21-41 |
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De la tierra al cielo y regreso. La reflexión
de Hans Blumenberg sobre la posición del hombre
en el cosmos después de la empresa astronáutica
EMANUELA MAZZI
Al regresar de la misión Apolo 8, el astronauta William Anders dijo: «Hemos he-
cho todo este camino para explorar la Luna, y lo más importante es que hemos
descubierto la Tierra» (citado en Colangelo, 2009, 79). Estas pocas líneas podrían
ser consideradas como una eficaz síntesis de la interpretación de Blumenberg de
la empresa astronáutica, la cual se nos presenta, de hecho, como expresión de un
movimiento propio del ser humano que elige el nomadismo y las grandes desvia-
ciones, para luego volver a la «caverna» de la cual había partido, aquel espacio
seguro al que retornar. ¿Cómo se llegó, pues, a definir la fuerza centrífuga hacia el
exterior? ¿Y cómo, por el contrario, tal movimiento ha generado un retorno cen-
trípeto hacia la Tierra? Para tratar de responder a estas preguntas, nos centrare-
mos en las reflexiones de Blumenberg sobre el hombre y sobre el impulso que le
lleva a conocer el espacio, puntos claves para definir su interpretación de la astro-
náutica. En esta investigación surgen, sin embargo, al hilo de estas reflexiones y
desde una perspectiva más amplia, elementos que integran su análisis antropoló-
gico, basado precisamente en el hecho de que no se puede entender al hombre sin
su relación con el cosmos.
La reflexión antropológica blumenberguiana tiene una evidente dimensión
histórica, concretamente está vinculada a la época moderna, la era de la autoafir-
mación y de la autoconciencia, con sus propios logros, con la ilustración y, en
algunos casos, con la ampliación del conocimiento antropológico sobre las di-
mensiones cósmicas del hombre, como por ejemplo, la de la excentricidad y la de
la abertura al exterior.
En este sentido, vamos a señalar los dos principales aspectos que caracteriza
la posición del hombre sobre la Tierra y el cosmos, a partir de la reflexión sobre
los resultados de la astronáutica. Primero, la fuerza centrífuga, considerada a par-
tir de la excentricidad de la naturaleza humana y de la ardiente curiosidad que
nos empuja hacia el exterior. Segundo, la fuerza centrípeta o geotrópica, que de-
termina la vuelta post-astronáutic a. Sobre este último aspecto cabe decir que, por
una parte, el retorno al hombre será objeto de una nueva reflexión antropológica
gracias al aspecto de la exterioridad y la crítica absoluta del cosmos por parte de
la empresa astronáutica y del imaginario conectado a la misma, como una suerte
de «laboratorio» de la condición humana. Por otra, la vuelta a la tierra será apre-
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22 BLUMENBERG: LA APUESTA POR LA ILUSTR ACIÓN TARDÍA
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ciada como un reconocimiento de las raíces terrenales del hombre; raíces que
analizaremos desde una perspectiva más crítica que la propuesta por Blumen-
berg, la que nos proporciona Lévinas y Blanchot.
1. La fuerza centrífuga
1.1. La dimensión cósmica del ser humano
El universo en el que el hombre se reconoce a sí mismo inmerso no es, según
Blumenberg, únicamente objeto de interés cognitivo, sino que, de una forma mucho
más profunda, constituye una referencia imprescindible de su «ser hombre» y de
su existencia en el planeta, a partir de algunos aspectos fundamentales que pue-
den ser rastreados en la excentricidad constitutiva del hombre como ser carente y
en la contemplatio coeli como prerrogativa de la naturaleza humana.
1.1.1. Excentricidad
Blumenberg ha desarrollado, de forma independiente, la definición de la antro-
pología filosófica del hombre como ser con deficiencias, falto de una equipa-
ción dada a priori, condición que permite el salto sustancial que supone el paso
del animal al hombre. Esto provoca que el ser humano no cuente con la garantía
de un medio específico predeterminado como correlato de un organismo o sis-
tema biológico, y que se vea expuesto al «absolutismo de la realidad» (Blumen-
berg, 1991 [1979], 25-27) en todas aquellas condiciones de su existencia que no
es capaz de controlar. Más que un ser pr ivilegiado, el hombre parece ser el resul -
tado de un caso de vigoroso esfuerzo de la naturaleza (Blumenberg, 1997b, 109).
Sobre este asunto, la astronomía, desde Copérnico y sobre todo a partir de los
recientes estudios en torno a la velocidad de la luz y la entropía (Blumenberg,
1997b, 273-274), ha demostrado la tremenda y desoladora singularidad y ex-
centricidad del hombre en un cosmos que no está hecho a su medida. Desde el
principio, hay una división entre el mundo y la vida, expresada en la distinción
entre tiempo de la vida y tiempo del mundo (Blumenberg 1996 [1986]), que no
permite al hombre sentirse en casa en la esfera en que vive, ya que su vida es un
evento puntual con respecto a la superabundancia de tiempo del que goza la
naturaleza: «no soy más que un episodio en el mundo» (Blumenberg, 1997a,
10). Por lo demás, parece que la naturaleza humana, además de no estar equipa-
da para un medio predeterminado, no está hecha para su propio planeta, pues
la gravitación terrestre constituye una fuerza que no favorece su estar sobre el
suelo sólido, obligando al hombre a contrarrestarla para poder mantenerse en
pie (Blumenberg, 2005² [1987], 85).
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