El nuevo terrorismo y las nuevas amenazas en las relaciones Europa-Magreb: la inmigración como arma del Yihadismo

AutorGustavo M. de Arístegui y San Román
Cargo del AutorDiplomático y Diputado a Cortes
Páginas199-224

    Publicado anteriormente en G. de ARÍSTEGUI, La Yihad en España: la obsesión por reconquistar Al-Andalus, Capítulo VII, Madrid, La Esfera de los Libros, 2005.

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I Introducción. El fenómeno de la inmigración

En las democracias avanzadas se deben diseñar políticas de inmigración integrales que tengan en cuenta una serie de pilares.

El primero debe ser un control serio e integral de las fronteras exteriores, no sólo porque nos lo imponen como obligación los Tratados de los que somos signatarios, la razón principal es que una irresponsable política de "puertas abiertas", podría llegar a significar que quienes legítimamente vienen a nuestros países a buscar una vida mejor o huyendo de cualquier tipo de persecución, acabarían por compartir miseria y marginalidad y no la prosperidad, tranquilidad y protección que buscaban. El Tratado de Schengen ha sido tildado por la extrema derecha como el coladero que aprovechan los musulmanes para colonizar Europa. Semejante estupidez no merece ser comentada, bien al contrario, el Tratado que establece un espacio de libre circulación en el seno de una parte de la UE, como cooperación reforzada1 es un instrumento muy eficaz de cooperación policial, pero sobre todo de control fronterizo más exigente, por la política común de visados que establecePage 200 unos requisitos comunes más exigentes que los que los Estados signatarios tenían antes de la creación de este espacio. Es evidente que hay muchísimo margen de mejora, pero no lo es menos que si no tuviésemos este instrumento estaríamos infinitamente peor. Por otra parte no conviene olvidar que los miembros del Tratado pueden reimponer los controles fronterizos unilateralmente por circunstancias excepcionales de seguridad, o bien por el grave incumplimiento de alguna de las obligaciones que el Tratado impone a sus miembros, especialmente en lo que se refiere al control de fronteras.

El segundo pilar fundamental lo constituyen las políticas eficaces de integración, puesto que en España cada una de las administraciones tiene medios y competencias en materia de integración, y que la necesidad de la imprescindible coordinación es un fenómeno relativamente reciente por serlo el Estado descentralizado de las Autonomías, pero sobre todo por ser la inmigración en las proporciones que la conocemos hoy un fenómeno novísimo, no olvidemos que es en España donde con mayor velocidad ha crecido la inmigración en toda Europa en los últimos nueve años. Hemos pasado de menos de un punto porcentual de nuestra población, a más del 8,5% en un periodo muy corto de tiempo. La distinta procedencia de los inmigrantes representa también la necesidad de adaptar los procesos y políticas de integración a sus particularidades, especificidades y su procedencia. No siempre es un proceso fácil, pero una sociedad moderna en la que llegan miles de ciudadanos de diferentes partes del mundo, debe hacer un esfuerzo muy especial para que las políticas de integración no supongan la creación de bolsas de comunidades marginales y que no se caiga, bajo ningún concepto, en la tentación de aceptar las inaceptables tesis de individuos como Tariq Ramadán, que defienden que los musulmanes tengan en Europa un derecho personal diferenciado, como ocurría en el Imperio Otomano. Simplemente, un disparate monumental en el siglo XXI. Sus propuestas, que no son aisladas, representan un sentir crecientemente apoyado entre ciertos musulmanes de Europa, hasta tal punto es esto cierto, que el presidente de la Federación islámica más importante de España, Ryay Tatari, ha llegado a reclamar públicamente que la legislación española reconozca la poligamia, como está recogida en el Sagrado Corán. No entiende que en democracias avanzadas cuestiones como ésta suponen un grave problema de principios, y el aceptar un derecho personal distinto en función de la fe que se profesa, supondría el final del principio de igualdad tal y como lo conocemos hoy y está recogido en la Constitución. Por otra parte resulta evidente que el fracaso de las políticas de integración es un éxito fundamental para el fanatismo. Un individuo que no sea capaz de integrarse o que se sienta rechazado o discriminado, es carne de reclutamiento del islamismo radical. Por eso mismo las organizaciones islamistas hacen lo imposible para obstaculizar la integración, acusan de traidores a quienes lo logran y atacan a las sociedades y a las administraciones que más éxito tienen enPage 201 este empeño, por arrebatarles potenciales reclutas, pero sobre todo porque el éxito en la integración aniquila su mensaje de odio y de confrontación. Esta realidad ni puede ni debe ser obviada ni tan siquiera por aquellos que tratan de demostrar que la integración de los moderados es imposible porque no hay moderados. Sin embargo algunos augurios ciertamente apocalípticos como el que hizo el prestigioso islamólogo Gilles Kepel en una entrevista, según la cual si Europa no cambiaba de rumbo, acabaría siendo parte del mundo islámico, no deben ser desechadas como una ocurrencia de la esgrima verbal.

Uno de los elementos de más acuciante actualidad es la perentoria necesidad de perseguir y reprimir a las mafias que trafican con seres humanos. Estas mafias, como veremos más adelante, están relacionadas con el crimen organizado de diferentes escalas, pero también con el yihadismo. La lucha eficaz contra estos abyectos esclavistas del siglo XXI es en primer lugar, un imperativo moral, en segundo lugar una necesidad operativa de primer orden y en tercer lugar un pilar fundamental de la estrategia a largo plazo en esta, en apariencia, interminable batalla.

En cuarto lugar, es preciso perfilar unas técnicas de gestión eficaz de flujos migratorios que supongan, entre otras cosas, la coordinación e integración de los esfuerzos de las distintas administraciones, los sindicatos y de las organizaciones empresariales. Sería, en gran escala, lo que vienen haciendo países como Australia, Canadá o Nueva Zelanda. Es evidente que en esos países los volúmenes no son comparables a los que se han dado en Europa, pero especialmente en España, con la excepción quizás de Australia en los últimos quince años. Lo que no ha ocurrido en ninguna parte es la intensidad con la que el fenómeno se ha dado en nuestro país, por número y plazo de tiempo. Esta gestión eficaz, eficiente y moderna es una de las principales claves para que todos los demás factores sean manejados con éxito.

La inmigración gestionada racionalmente, y con políticas que tengan en cuenta los pilares descritos más arriba, es imprescindible para los países más avanzados de la Tierra, genera dinamismo económico y social, y es un eficaz paliativo a las graves crisis demográficas que padece Europa. Antes de empezar a llevar a cabo un análisis sobre la inmigración en el ámbito del islamismo radical, conviene definir el concepto "inmigración". La idea es que el respeto y la tolerancia son una calle de dos vías, es decir que la sociedad de acogida debe respetar a quienes vienen a vivir entre nosotros, pero los que llegan deben respetar los valores y principios de las sociedades democráticas, sus leyes y reglamentos y que, como ya se ha dicho, no quieran imponer sus leyes y costumbres como derecho personal y comunitario. En este sentido se puede citar a una de las mejores especialistas en la materia, la húngara Agnes Héller, que propone2 una serie de semáforos de comportamientoPage 202 para evitar la colisión entre partes distintas. "La emigración es un derecho humano, mientras que la inmigración no lo es: si alguien quiere abandonar nuestra casa, no debemos retenerle por la fuerza, pero si alguien expresa su deseo de quedarse en nuestra casa, los miembros del hogar han de decidir si le permiten o no hacerlo". Existen ciertas costumbres o normas éticas que determinan, o al menos influyen en la aplicación de los reglamentos domésticos, entre otros... "se debería permitir que los fugitivos inocentes, las personas amenazadas por enemigos mortales, la gente con necesidad inmediata de cobijo que no se vea en esta situación por su propia culpa, se quedaran por una noche, por un par de días o por el tiempo que dure su situación de necesidad, aunque no necesariamente por un periodo mayor de tiempo". Esto está en perfecta sintonía con lo que en el seno de UE ha sido definido como "Protección Temporal", una figura que podría ser asimilada a un asilo temporal, que cesa en el momento que las causas que lo propiciaron desaparecen. Parece bastante razonable, y ha sido un empeño de los países que mayor presión de solicitudes de asilo tienen, entre los que destacan especialmente el Reino Unido, que seguramente endurecerá los requisitos después de los atentados del 7 de julio de 2005, los países nórdicos y especialmente Alemania.

Se debe tratar de propiciar una relación cordial y sana entre el huésped, que tiene vocación de convertirse en ciudadano con todos los derechos, y la sociedad de acogida. Una relación en la que las normas de la sociedad de acogida deben acatarse por parte del huésped y de lo contrario es el segundo el que debe someterse a esas normas, si no abandonar el país que lo...

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