La tercera vía comunitarista: De la Filosofía Política a la Sociología Política

AutorJulio César Henríquez Toro
Páginas109-185
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El comunitarismo f‌ilosóf‌ico y la tercera vía
El comunitarismo en sentido amplio ha sido denido y clasicado de
múltiples maneras, dependiendo del enfoque y la orientación de cada autor
en particular. La mayoría de las categorizaciones incluyen a algunos auto-
res deniéndolos como comunitarios, pero los referidos comunitaristas no
emplean el término en sus trabajos, ni maniestan serlo. Todos fueron cla-
sicados con esa denominación, fundamentalmente, para agruparlos como
los principales críticos del liberalismo actual.166 De allí, que delimitar su
contenido y alcance plantea una labor compleja y ambiciosa, aunque en apa-
riencia sea una tarea sencilla. El problema de clasicar a los comunitaristas
166 Uno de los lósofos denominados comunitaristas, como evidencia de la diversidad de
criterios taxonómicos sobre este enfoque, armó que el comunitarismo tiene un carácter
correctivo del pensamiento liberal y que por lo tanto carece de autonomía intelectual,
por tratarse de una moda, que revivía en ocasiones por el paso del tiempo, especialmente
cuando las tesis liberales se desviaban de su verdadera signicación doctrinal. Pese a esto,
para Michael Walzer, el comunitarismo losóco enriquece y eleva el debate propio del
liberalismo: «…Hace algunos años escribí un ensayo al que titulé «la crítica comunita-
rista al liberalismo». Defendía en él que el comunitarismo no debe ser considerado como
una teoría autónoma o un programa político sustancial, sino que hay que entenderlo
como un correctivo a la teoría liberal y su praxis. (…) Resulta así que el correctivo co-
munitarista, que había sido mi primer objetivo, puede servir también para producir un
liberalismo que no es más igualitario que el liberalismo existente al uso, pero que facilita
una transformación y aplicación igualitarias. Esa versión corregida está mejor informada
sociológicamente y es más abierta psicológicamente». Walzer. Michael. Razón, política
y pasión. 3 defectos del liberalismo. Machado Libros. Madrid. 2004. Pags. 11-13.
CAPÍTULO IV
La tercera vía comunitarista: De la
Filosofía Política a la Sociología Política
LA TERCERA VÍA Y LA IDEA DE BUENA SOCIEDAD EN AMITAI ETZIONI
PERSPECTIVAS Y DESAFÍOS
JULIO CÉSAR HENRÍQUEZ TORO
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no sólo está presente en las categorizaciones realizadas por los analistas del
pensamiento del siglo XX. Si bien, algunos de los llamados defensores del
comunitarismo manifestaron rechazo o aversión a que se rerieran a ellos
como miembros de un grupo de pensadores de corte comunitario, la com-
plejidad o dicultad conceptual se remonta a los orígenes de la utilización
de la expresión o del término comunitarista.
Sobre esto Amitai Etzioni reconoce que:
«El término comunitario tiene una historia accidentada: se introdujo por pri-
mera vez en 1841 para referirse a los comunistas, de todo tipo; raramente se
usó en las décadas siguientes, pero, cuando se aplicaba, era de manera similar.
Incluso hoy esta no sería una asociación bienvenida; lo era mucho menos en
1990 justo cuando el imperio comunista soviético estaba derrumbándose167.
Aún así, lo que hoy se ha reconocido como comunitarismo losóco
encuentra sus orígenes (que se remontan a los años ochenta del siglo XX)
dónde el auge del liberalismo fomentaba la discusión entre las diversas pos-
turas sobre el orden y la libertad.168 Para entonces el mapa político-concep-
tual giraba alrededor de una ardua y candente polémica entre los conceptos
de libertad individual o autonomía personal y el orden social o colectivo, de
los cuales se ocupa ampliamente la Filosofía Política. El autor alemán Axel
Honneth, sostiene que:
167 Etzioni. Amitai. El Guardián de mi hermano. Autobiografía y mensaje. Edit. Palabra.
Madrid. 2006. Pág. 232.
168 Algunos autores explican que el desarrollo del liberalismo, así como le dio un nuevo aire
a la Filosofía Política, con sus debates sobre diversos temas, también ha producido la
pérdida del interés y el protagonismo del que gozaba en otras épocas: «… Posiblemente
se pueda decir hoy de la Filosofía política algo semejante a lo que algunos doctrinarios
han comentado del liberalismo: ha sido tal la expansión de este sistema político que su
fulgurante éxito y su imposición generalizada están contribuyendo –por diversas causas
y desde perspectivas distintas– a su propia crisis y a su devaluación. De modo semejante
la implantación, el prestigio adquirido y la extensión teórica de la Filosofía política han
originado una especial controversia que afecta tanto a la descripción analítica como al
reconocimiento de la naturaleza de la misma losofía política». Quesada. Fernando.
Sobre la Naturaleza de la Filosofía Política. En Filosofía Política I. Ideas Políticas y
movimientos sociales. Editorial Trotta. Madrid. Segunda Edición. 2002. Pág. 11.
CAPÍTULO IV | LA TERCERA VÍA COMUNITARISTA: DE LA FILOSOFÍA POLÍTICA A LA SOCIOLOGÍA POLÍTICA 111
«Es posible distinguir dos etapas importantes en el debate. Una inicial en la
que las posiciones contrapuestas habrían aparecido en toda su radicalidad. Y
una segunda, meta teórica, en la que los autores habrían reconocido un te-
rreno común de discusión. Este terreno común es la tradición democrático-
liberal de las sociedades modernas»169.
En sus orígenes conceptuales; lo que la mayoría de los autores tienden
a clasicar como el comunitarismo losóco, transitó dos periodos funda-
mentales en su evolución histórica e ideológica. En la primera fase sostuvo
una discusión con el liberalismo un poco más rme y destacable. Allí se
pueden ubicar desde la perspectiva del comunitarismo, a lósofos como;
Michael Walzer con sus obras, principalmente con el libro titulado Las es-
feras de la justicia, en las que desarrolla una postura cuestionadora de los
fundamentos del paradigma liberal, especícamente apuntando a los crite-
rios sobre los que se sostiene el concepto de democracia y la concepción de
justicia, y Alasdair MacIntyre con Tras la virtud, y ¿Es el patriotismo una
virtud?, en la que apela a restaurar las concepciones éticas y morales que
a su juicio más que liberales son utilitarias, discutiendo categóricamente
con dos ideólogos distinguidos del liberalismo contemporáneo: John Rawls,
quien al presentar su reconocida Teoría de la justicia, desató una suerte de
persecución intelectual con grandes señalamientos sobre lo acertado de su
reexión losóca, aunque el nivel de inuencia de su propuesta todavía no
alcanza a medirse totalmente170 y con Robert Nozick que cimentó las bases
de una nueva visión liberal con la publicación de un texto titulado Anarquía,
Estado y Utopía171.
169 Honneth. Axel: El comunitarismo: un debate sobre los fundamentos morales de las
sociedades modernas, Ed. Campus Verlag, Frankfort, 1993. Pág. 46.
170 El impacto de la obra de Rawls alc anzó tal magnitud, que por momentos el debate liberal
comunitarista parecía no tener n. Al respecto Adela Cortina comenta que: «…Sin ir más
lejos, fue la Teoría de la Justicia de J. Rawls la obra que en la década de los setenta volvió
por los fueros de un liberalismo bien elaborado frente al utilitarismo y desencadenó esa
polémica que hoy se libra en Norteamérica entre liberales ( J. Rawls, R. Dworkin) y co-
munitarios de diverso tipo( conservadores, democráticos)».Cortina. Adela. Ética Aplicada
y Democracia Radical. Editorial Tecnos. Madrid. Quinta Edición. 2008. Pág. 31.
171 Véase. Pérez de la Fuente. Óscar. La polémica liberal comunitarista: paisajes después de
la batalla. Editorial Alianza. Madrid 2005. p. 11.

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