La teoría general de la frustración

AutorMarco Teijón Alcalá
Cargo del AutorDoctor internacional. Derecho y ciencias sociales (UNED). Criminología (Universidad de Salford - RU)
Páginas71-107
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1. EL ORIGEN DE LA TEORÍA GENERAL
DE LA FRUSTRACIÓN - TGF
Tal y como hemos sugerido brevemente en el capítulo anterior, el origen
de lo que hoy conocemos como teorías de la frustración se puede situar en el
concepto de anomia propuesto por Durkheim ([1897]1998) y más tarde por
Merton (1938, 1957, 1968). Posteriormente, otros autores clásicos desarro-
llaron y continuaron esta corriente teórica, proponiendo las primeras teorías
de la frustración propiamente dichas, produciéndose así, la emancipación con
respecto a las teorías de la anomia. En consecuencia, podemos identicar el
CAPÍTULO III
LA TEORÍA GENERAL DE LA FRUSTRACIÓN
SUMARIO: 1. El origen de la Teoría General de la Frustración - TGF. 1.1.
Durkeim tardío: origen remoto. 1.2. Merton y su teoría de la anomia:
origen próximo. 1.3. Otros autores clásicos: origen más inmediato. 2.
Frustración y delito. 2.1. El término frustración. 2.2. Las fuentes objeti-
vas de frustración. 2.3. Las fuentes subjetivas de frustración. 2.4. Las
fuentes de frustración más criminógenas. 3. La importancia de las emo-
ciones negativas en la TGF. 3.1. Emociones negativas, frustración y deli-
to. 3.2. Las emociones negativas más relevantes. 3.3. «Estados» vs
«Rasgos» emocionales negativos. 4. Los factores determinantes para la
respuesta delictiva. 4.1. El delito como una posible alternativa. 4.2. Es-
trategias de afrontamiento. 4.3. Factores que inf‌luyen en la elección de
las estrategias. 5. Variables que condicionan la relación entre frustración
y delito. 5.1. Los efectos condicionantes de ciertos factores. 5.2. La im-
portancia de la propensión criminal, una extensión de la TGF. 6. La «ge-
neralizabilidad» de la TGF. 7. Conclusiones.
EL DEPORTE COMO ACTIVIDAD ANÓMICA UNA INVESTIGACIÓN CRIMINOLÓGICA SOBRE
LA INFRACCIÓN DE LAS NORMAS EN COMPETICIONES DEPORTIVAS
MARCO TEIJÓN ALCALÁ
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origen de la TGF en tres fases o momentos temporales determinados. Aquí
consideramos que la TGF tiene un origen remoto (Durkheim, [1897]1998),
uno más próximo (Merton, 1938) y otro más inmediato (Cloward y Ohlin,
1960; Cohen, 1955).
1.1. El Durkheim tardío: origen remoto
El origen más remoto de la TGF lo podemos encontrar en la famosa
obra de Durkheim «El Suicidio». En esta obra, Durkheim ([1897]1998) su-
giere que existen fuerzas sociales que empujan o presionan a los individuos a
realizar acciones tan incomprensibles y aberrantes como, por ejemplo, el suici-
dio. En este sentido, para Durkheim ([1897]1998) la sociedad es «un poder»
que regula la actividad y los sentimientos de los sujetos. Por lo tanto, cuando
surgen «crisis sociales» de cierta trascendencia, con independencia de si estas
son de bonanza o de fuerte regresión económica, la sociedad se perturba y pier-
de temporalmente esa capacidad reguladora. Durante este periodo temporal se
produce lo que Durkheim ([1897]1998, p. 269) denomina anomia (ausencia
de normas). Cuando la situación de anomia se produce como consecuencia de
una rápida transformación de bonanza económica, los individuos experimentan
una insatisfacción permanente con respecto a sus necesidades27. Esta situación
27 Para Durkheim ([1897]1998, pp. 261-265), el ser humano, a diferencia de los ani-
males, es «insaciable en sus ambiciones». Los animales se conforman con cubrir
sus necesidades siológicas básicas, con obtener todo lo que necesitan para subsis-
tir, como alimento y cobijo. Los seres humanos, en cambio, son insaciables en sus
ambiciones, las necesidades o satisfacciones alcanzadas solamente estimulan nuevas
necesidades (Durkheim ([1897]1998, p. 261-265)]. Por lo tanto, el individuo se
encuentra en un permanente estado de «inquietud dolorosa». Solo la fuerza de la
sociedad puede servir de límite a estas satisfacciones incontroladas. Por ello, cuando
en una determinada comunidad, la sociedad pierde esa fuerza reguladora, emergen
una gran cantidad de comportamientos desviados. Según Durkheim, la razón prin-
cipal por la que la fuerza reguladora de una comunidad se debilita o desaparece es las
trasformaciones drásticamente bruscas que acontecen en las sociedades tradiciona-
les. Los individuos, habituados a normas y valores tradicionales, necesitan un tiempo
para adaptarse a los nuevos valores y principios instaurados. La comunidad, guiada
CAPÍTULO III LA TEORÍA GENERAL DE LA FRUSTRACIÓN
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ejerce presión y empuja a los sujetos hacia la desviación (Agnew, 1987; Agnew y
Passas, 1997, p. 3). Así las cosas, un contexto de anomia estructural puede tener
efectos a nivel individual, entre otros, generar tensión, estrés o frustración entre
los individuos (ver Cloward, 1959, Teijón Alcalá, 2018). En consecuencia, se-
gún este planteamiento, las personas encontrarían la motivación necesaria para
delinquir (y realizar otras conductas desviadas) en la presión que la sociedad
ejerce sobre ellos (Bernard, 1984, p. 353).
1.2. Merton y su teoría de la anomia: origen próximo
Un origen más próximo de la TGF, como vimos en los capítulos anterio-
res, lo podemos encontrar en el trabajo de Merton (1938) «Social Structure and
Anomie». Merton presenta una teoría de la anomia más renovada que parte de la
observación del contexto económico, cultural y social propio de la sociedad nor-
teamericana (ver Bernard, 1995, p. 81; Cohen, 1995, p. 185). El planteamiento
de Merton encuentra cierto paralelismo con el de Durkheim en lo que se reere
a la situación derivada de las crisis de fuerte crecimiento económico. En estos
supuestos, según la postura de Durkheim, los individuos no encuentran límite
a sus ambiciones personales. Por lo tanto, las conductas desviadas responden a
la imposibilidad de satisfacer tendencias individuales. En la teoría de la ano-
mia de Merton, el delito también se explica por las limitaciones que impiden
a ciertos individuos alcanzar sus objetivos o metas deseadas. En este caso, las
limitaciones se encuentran en la propia estructura social, que, como menciona-
mos anteriormente, no facilita los medios legítimos necesarios para que todas
las personas puedan satisfacer unas aspiraciones denidas culturalmente. Como
vimos en el capítulo anterior, en la teoría de la anomia de Merton se producen
dos tipos de discrepancia. Una entre la cultura (que identica los objetivos a los
que todas las personas deben aspirar) y la estructura social (que no distribuye
las oportunidades de forma equitativa); y otra dentro de la propia estructura
hasta entonces por costumbres y normas tradicionales, se encuentra eventualmente
ante una situación de desamparo moral. Durkheim identica ese periodo de ajuste
con una situación de anomia o ausencia de normas (morales).

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