Temas de Derecho civil, de Federico de Castro y Bravo.
| Autor | José María Chico y Ortiz |
| Páginas | 401-404 |
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CASTRO Y BRAVO, FEDERICO DE: Temas de Derecho civil. Madrid, 1972.
Hacer una recensión «seria y digna» al profesor De Castro es empresa un tanto arriesgada, teniendo en cuenta la gran personalidad del autor y los tremendos «testimonios» que ha ofrecido a la ciencia jurídica en sus numerosas actividades en las que ha participado. Pero así como no hay que confundir entre la «dificultad» de la interpretación y esta misma función jurídica, así también aquí se debe desempeñar el criterio de igualdad en las recensiones: los libros fáciles, los difíciles, los de los grandes maestros y los de los que empiezan, deben ser traídos a esta palestra con el único objeto de que estas notas sirvan de orientación del contenido de ellos. Creo que la única diferencia de recensiones entre unos libros y otros reside en el ánimo de quien la hace y en el complejo que sienta ante el nombre del autor. Pero esta postura psicológica debe desaparecer en cuanto, una vez metido en materia, el recensionista avance en su andadura por las páginas de la publicación.
Explica el autor, en la iniciación o prólogo del libro, que la motivación del mismo está basada en una petición que Sancho Mendizábal y Peña Bernaldo de Quirós le hicieran para que diera a la luz «oficial» estos estudios, sustituyendo a los «apuntes» en circulación, evitando con ello una divulgación de opiniones no muy precisas y dando forma a los esquemas redactados para las explicaciones de cátedra.
En el prólogo que Eugenio Montes estampa para presentar una conocida exposición de pintura de Eduardo Vicente, nos dice, que «Miguel Angel le aconsejaba al escultor 'quitar' materia. Eduardo Vicente aplicaba a la pintura este consejo miguelangesco. Ningún artista de nuestro tiempo empleó menos materia que él, ninguno tan sabio de medios, tan maestro en el arte más difícil de todos: en la sencillez...». Precisamente en esta ofrenda jurídica que el profesor De Castro hace al público estudioso se cumple el juicio crítico que Eugenio Montes hace de la pintura de ese gran genio, que supo agrandar los cielos de su Madrid natal y disminuir las figuras de su temática. Lo reconoce su autor: «Conforme a lo proyectado, he podado drásticamente del texto el aparato erudito preparado, citas, discusiones teóricas, Derecho comparado, historia detallada de conceptos y dogmas jurídicos. Pero en el momento de la redacción he sentido la imposibilidad moral de no recoger con algún detalle la evolución de la moderna doctrina jurisprudencial y de no justificar por qué me aparto, cuando creo que he de hacerlo, de la opinión común, o por qué entiendo no puedo evitar el contradecir la de algún autor para mí especialmente autorizado.»
Es preciso puntualizar que la obra del profesor De Castro, en su inicial aportación, ha sufrido dos grandes «accesiones», constituidas por su trabajo monográfico sobre el negocio jurídico, y esta última, que toca los temas que, por así decirlo, culminan el estudio de la parte general del Derecho civil. Ya De Castro agota el frente jurídico conceptual de la parte sustancial del Derecho civil y tiene abierto el camino para abordar la Page 402segunda parte de esa gran disciplina jurídica. Es una «expectativa» que los estudiosos del Derecho esperan con auténtica ansiedad.
La publicación, que se recubre con el discreto nombre de Temas, toca en su dimensión las materias referentes a los bienes de la personalidad, el patrimonio, la persona jurídica, la representación, el abuso de los derechos, la prescripción y la caducidad. El panorama no puede ser más alentador. Es preciso seguir este mismo orden y exponer su contenido:
A) Los bienes de la personalidad.-En esta primera materia De Castro sienta dos afirmaciones de indudable exactitud y actualidad: la protección y el estudio de los bienes o derechos de la personalidad se considera materia reservada para las leyes penales y políticas y...
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