Telecomunicaciones móviles. Dos errores regulatorios

AutorJuan Miguel de la Cuétara Martínez
CargoConsultor. Ariño & Almoguera, abogados. Catedrático. Director de la REDETI
Páginas109-128

S U M A R I O

  1. DATOS MUY PREOCUPANTES EN LA TRANSICIÓN A LA TERCERA GENERACIÓN DE TELECOMUNICACIONES MÓVILES EUROPEAS (UMTS).

  2. UN PROCESO DE REALIMENTACIÓN NEGATIVA:

    2.1. EL PROPIO ÉXITO DE LOS MÓVILES INDUJO SUS PRIMERAS TENSIONES HACIA EL CAMBIO REGULATORIO.

    2.2. A LO LARGO DEL 2000 MÚLTIPLES PRESIONES CONVERGENTES REALIMENTARON DOS CREENCIAS INFUNDADAS Y GRAVEMENTE PELIGROSAS.

  3. LOS DOS GRANDES ERRORES:

    3.1. PRIMER GRAN ERROR: CREER QUE TODAS LAS PRETENSIONES PUEDEN SER SATISFECHAS SIMULTÁNEAMENTE.

    3.2. SEGUNDO GRAN ERROR: IGUALAR FIJOS Y MÓVILES.

  4. FORMA DE PREVENIR AMBOS ERRORES.

  5. ALGUNAS CLAVES DE LAS ACTUACIONES QUE SE PRECISAN.

  6. CONCLUSIÓN.

  7. DATOS MUY PREOCUPANTES EN LA TRANSICIÓN A LA TERCERA GENERACIÓN DE TELECOMUNICACIONES MÓVILES EUROPEAS (UMTS)

    El sector de las telecomunicaciones móviles europeas está preocupado. Sus directivos fruncen el ceño; todo el mundo se encuentra incómodo; y, aunque se sabe que es bueno, no se ve claro el futuro. ¿Por qué?

    ¿ Desde luego no podemos achacarlo al proceso de maduración del mercado de la telefonía móvil, reflejado en que los teléfonos móviles han alcanzado altas cotas de cobertura, o en que los ingresos por usuario (ARPU: Average Revenue Per User) están descendiendo. Todos los planes de negocio de los operadores contaban con ello.

    ¿ Tampoco podemos achacarlo al lento despliegue de la Internet móvil, con un sistema WAP (Wireless Applications Protocol) cuyo desarrollo es más lento de lo esperado, un GPRS (General Packet Radio Switching) que está dando sus primeros pasos, y un UMTS (Universal Mobile Telecommunications System) que se aleja en el tiempo. Esto forma parte del riesgo tecnológico con el que los móviles están acostumbrados a convivir.

    ¿ Y tampoco debemos inferir que la reciente oleada de adquisiciones, fusiones y concentraciones pretendidas entre empresas de telefonía móvil es la causa de estas preocupaciones. Naturalmente, este proceso es estresante para todos los implicados en él, pero no es en absoluto ajeno al mundo de las telecomunicaciones o a la capacidad de sus directivos.

    Entre las causas inmediatamente aparentes de esta situación cabe señalar, a nivel europeo, el endeudamiento de los operadores provocado por las subastas UMTS; su pérdida de calidad crediticia; el desinterés de los inversores ante las últimas salidas a Bolsa; o la inseguridad respecto a los objetivos de la Comisión Europea en este terreno. Por lo que hace a nuestro país, merece destacarse la inseguridad regulatoria, la politización del tema de las licencias UMTS, que ha llevado a un nuevo impuesto, y, en general, el temor al creciente intervencionismo gubernamental que se aprecia en el

    sector.

    Las licencias europeas de UMTS han sido el desencadenante de todo ello. Sobre las previsiones para en Europa en esta área, el informe Forrester de diciembre de 2000, «Europe¿s UTMS Meltdown», es demoledor: según él, los ingresos del UMTS no cubrirán sus costes durante mucho tiempo; el descenso del ARPU hará entrar a los operadores en pérdidas en el 2007, de las que no se recuperán hasta el 2013; la mayoría de los operadores quebrarán. Este tenebroso panorama surge del siguiente análisis:

    ¿ El ARPU está descendiendiendo y seguirá haciéndolo. Los ingresos tradicionales (voz, mensajes cortos...) descenderán y los nuevos ingresos (Internet móvil, otros servicios de datos...) no subirán lo suficiente para compensarlo. Aunque no será igual en todos los países, en el 2.005 se espera un descenso medio del ARPU del 15 %.

    ¿ Los costes del UMTS van a ser muy altos. A los 104.000 millones de euros ya comprometidos en total en las licencias europeas, hay que añadir la inversiones en red, muy importantes en los países grandes (6.200 millones de euros en Alemania, por ejemplo), y los costes de comercialización y márketing, que suponen un 50 % confesado ¿probablemente más¿ del coste de la red. Todo ello, multiplicado por tres, cuatro o cinco redes, cada una de las cuales tendrá que gastar cerca de 10.000 millones de euros al menos en cada

    uno de los grandes países europeos (GranBretaña, Alemania, Francia, Italia y España). ¿De donde van a salir esas inmensas cantidades de dinero?

    ¿ Finalmente, el mercado tradicional de móviles se acerca a su punto de saturación y los nuevos mercados tardan en aparecer. Forrester calcula que el techo de usuarios de los móviles tradicionales está situado en el 75 %-80 % de la población; y que, para el 2005 no podrá contarse más que con un modesto 7,5 % del total de los ingresos como pagos por servicios de Internet y con un 10 % como máximo por tráfico de datos.

    Es notable constatar como en el UMTS la Comisión Europea parece haber perdido su capacidad de liderazgo, constatación derivada de los siguientes hechos: a) la convocatoria de las licencias ha sido prematura; b) la denominada 2,5 G (el paso intermedio entre GSM y UMTS) está iniciando su andadura sin ningún tipo de estímulo de la Comisión; y c) la política de frecuencias no termina de adaptarse a la evolución del sector. La mentalidad proactiva que siempre ha tenido en este sector el Ejecutivo Europeo ha dado paso a otra reactiva.

    En España tenemos la misma mentalidad reactiva. Nuestro Gobierno, en el mismo momento en que estaba preparando el Real Decreto-Ley 7/2000, cedió ante las acusaciones ¿políticas¿ de que había recaudado poco con el concurso del UMTS y de que mantenía una situación de poca competencia en los móviles en beneficio de sus amigos, reaccionando del siguiente modo: a) de una parte, con una enorme y repentina subida de la tasa de reserva del espectro radioeléctrico, a la que confirió carácter recaudatorio (utilizó al efecto la ley de acompañamiento de los presupuestos del 2.001); y, b) de otra parte, ordenando la realización de un estudio encaminado a incrementar la competencia en móviles (con bajada de tarifas) y a preparar el otorgamiento de dos nuevas licencias GSM y otra UMTS. Tras ello, se produjo la siguiente secuencia de acontecimientos:

    ¿ La prensa divulgó las intenciones del Gobierno de convocar las nuevas licencias, aunque sin identificar las razones que las sustentan, las frecuencias que ocuparán y tantos otros datos vitales.

    ¿ Las operadoras han publicado análisis según los cuales dos nuevos operadores darían lugar a un mercado inviable.

    ¿ Organizaciones como la «plataforma procompetencia» han terciado en favor de los operadores virtuales con otros informes.

    ¿ La bajada de tarifas fijo-móvil ha resultado altamente conflictiva.

    ¿ La brutal caída del mercado bursátil de las empresas tecnológicas está empezando a producir en toda europa los efectos esperados: dificultades de acceso al capital, encarecimiento de los créditos, ruptura de planes de negocio...

    ¿ Se espera que tras un doloroso proceso de consolidación sobrevivan entre cinco y siete grandes operadores en toda

    la U.E.

    Con todo ello la inseguridad se ha extendido y los móviles han empezado a tener problemas. El más aparente es el financiero, representado por la caída en picado de todas las operadoras de telecomunicaciones europeas y la fría acogida de las salidas a Bolsa de aquellas que han tenido el valor de hacerlo (Telefónica Móviles, Orange), pero hay más, y todos ellos derivan de la misma raíz: la regulación de la transición a la tercera generación (UMTS) y las propuestas para introducir más competencia en los móviles se están separando del espíritu y las letra de la regulación sobre la que se obtuvo el éxito de la segunda (GSM).

  8. UN PROCESO DE REALIMENTACIÓN NEGATIVA

    2.1. EL PROPIO ÉXITO DE LAS MÓVILES INDUJO LAS PRIMERAS TENSIONES HACIA SU CAMBIO REGULATORIO

    Conviene recordar la regulación sobre la que se sustentó el éxito del GSM en Europa. Además de sobre un estándar bien configurado, la segunda generación de móviles europeos triunfó a partir de un sistema regulatorio contruido con muy pocos elementos; los siguientes:

    ¿ Una licencia para obtener las frecuencias y construir la red, con compromisos de cobertura, inversión y plazos determinados. Estas licencias no eran recaudatorias, como demostró bien claro el caso de Airtel, que acabó con la

    compensación que hubo que hacer a esta operadora de los 85.000 millones de pesetas abonados al Estado al recibir su licencia (Decisión de la Comisión Europea 97/181/CE, de 18/dic y R.D. español núm. 1252/97, de 25/jul).

    ¿ Obligaciones de...

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