Técnicas aplicables al procedimiento de mediación

AutorMaría Pérez-Ugena
Cargo del AutorProfesora Titular de Derecho Constitucional
Páginas71-94
5. TÉCNICAS APLICABLES AL
PROCEDIMIENTO DE MEDIACIÓN
La mediación se caracteriza por utilizar ciertas técnicas orienta-
das a la resolución de conictos, que provienen del ámbito de la pis-
cología y la negociación. Expondremos las distintas fases del pro-
ceso y las técnicas de mediación que más comúnmente se aplican,
a cada una de las fase del proceso. Algunas se utilizan en distintas
fases, se considera comodín, o según se vaya desarrollando la me-
diación, puede ser, o no, necesaria la aplicación de alguna de ellas o
su extensión. Todo ello porque la mediación es un proceso exible
y cada caso requerirá la adaptación de las técnicas con que cuenta el
mediador de la manera que convenga46.
Con carácter previo hacemos algunas aclaraciones:
En primer lugar, que el mediador debe acercarse al conicto des-
de la óptica de que cada conicto es único, y forma parte de sus
obligaciones tratar de comprenderlo, descifrar los distintos elemen-
tos que lo componen, tratar de asimilar la situación de cada parte,
ponerse en el lugar de éstas con empatía. Solo se puede actuar como
mediador en un proceso si éste se trata de comprender en toda su
amplitud.
46 FISHER propone en lo años 80 un método para la negociación colaborativa ba-
sado en los siguientes puntos. Distinguir las personas del problema; identificar los inte-
reses subyacentes a las posiciones; establecer un diálogo para identificar las diferentes
opciones de acuerdo; utilizar criterios objetivos; tener en cuenta las alternativas fuera
de la actual negociación y desarrollar las propias. Los vamos a ir desarrollando en las
siguientes páginas de este trabajo. FISHER W Y URY W. Getting to yes. Negotiating agree-
ment without giving in New York, Penguie book 1983.
72 María Pérez-Ugena
En segundo lugar, la mediación se centra en la comunicación a
través de sus dos variables: lo que se expresa verbalmente de ma-
nera explícita, y lo que se comunica de forma no verbal, mediante
actitudes. El mediador debe centrar su atención, desde el inicio de
la mediación, también en todo aquella información que le llega a
través del lenguaje no verbal, para conocer el estado del conicto47.
Esto incluye examinar las posturas, los silencios, todo aquello que
no se comunica de manera verbal y expresa. Es especialmente im-
portante la voz, (tono, velocidad, altura…); la expresión facial, en
la que hay que prestar atención a la postura de las cejas, la boca y
la nariz48; la mirada49; la zona proxémica, o distancia que mantiene
cada parte con sus interlocutores; la postura y, en general, los ges-
tos50.
También el mediador debe preocuparse por la manera en que
comunica. Es preciso que sus mensajes sean claros y concisos, así
cómo que se asegure de que su mensaje ha sido recibido de forma
adecuada. Deben cuidarse la vocalización, el tono, el énfasis que se
da a las cuestiones que se quieren resaltar, y el mediador debe in-
tentar adaptar su mensaje al nivel cultural de su interlocutor.
En tercer lugar, la mediación, lo que pretende, en denitiva, es
que el intercambio de comunicación permita a cada uno lograr sus
objetivos, si bien no todos asumen las mismas posiciones. De hecho
47 DIEGO VALLEJO, R, GUILLEN GESTOSO, C ob. cit. págs. 114 y ss. Tan solo el
7 por 100 de los impactos de la conducta comunicativa se debe a la palabra escrita; el 55
por 100 resulta de la expresión del rostro mientras que el 38 por 100 viene de la voz.
48 DIEGO VALLEJO, R, GUILLEN GESTOSO, C. ob. cit. págs. 115. Cejas levanta-
das y curvadas indican sorpresa; levantadas y juntas: miedo; bajas, con el párpado hacia
abajo asco y con el ángulo interior levantado, tristeza. La boca abierta y labios tensos:
miedo; mandíbula inferior caída sin tensión o ensanchamiento de la mandíbula: sor-
presa; labios abiertos y tensados, en forma casi cuadrada: ira o enojo; sonrisa relajada:
tranquilidad y alegría. La nariz arrugada indica desagrado y las aletas muy dilatadas
excitación o enorme interés.
49 En la postura debemos analizar la inclinación del cuerpo (hacia delante o hacia
atrás); el cruce de brazos y piernas; la cabeza baja, mirando al suelo. DIEGO VALLEJO,
R, GUILLEN GESTOSO, C. ob. cit. págs. 116.
50 Podemos fijarnos en: asentimiento con la cabeza; taparse la mano con la cabeza;
rascarse la cabeza o la ceja; tics nervioso; encogerse de hombros; modo de estrechar la
mano; gesticular mucho. DIEGO VALLEJO, R, GUILLEN GESTOSO, C. ob. cit. págs.
116

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