Suelo: una aproximación general a su protección

AutorA. De la Varga Pastor
Páginas747-780
XXVII. SUELO: UNA APROXIMACIÓN GENERAL A SU PROTECCIÓN
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XXVII
Suelo: una aproximación general a su
protección
AITANA DE LA VARGA PASTOR
SUMARIO: 1. EL SUELO COMO RECURSO. 2. LA PROTECCIÓN
DEL SUELO. 3. EL PLAN NACIONAL DE
RECUPERACIÓN DE SUELOS. 4. LA OPORTUNIDAD DE
LA LEY DE RESIDUOS. 5. EL RÉGIMEN JURÍDICO DE
LOS SUELOS CONTAMINADOS. 5.1. Las aportaciones de
la ley de residuos y suelos contaminados. 5.2. La regulación de
los suelos contaminados en términos generales. 6. LA
REGULACIÓN DE LOS SUELOS CONTAMINADOS Y
LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS. 6.1 Cataluña: pionera
e innovadora. 6.2. País vasco: una visión amplia y propia de la
protección del suelo, con autonomía y con rango de ley. 7. LA
PROTECCIÓN DEL SUELO DESDE LA
ADMINISTRACIÓN LOCAL. 8. OTRAS NORMAS
APLICABLES AL SUELO. 9. JURISPRUDENCIA. 10.
BALANCE. 11. BIBLIOGRAFIA
RESUMEN: Este trabajo realiza un estudio de la protección del suelo en el
ordenamiento jurídico: internacional, de la Unión europea, del
Estado español, autonómico y local. La contaminación de los
suelos es la degradación del suelo que más problemas ha
causado y a la que se le ha prestado más atención desde las
políticas y desde la legislación. Por ello, se analiza la
legislación vigente al respecto - así como su evolución - en
especial, la legislación básica estatal y la de aquellas
autonomías que han regulado de forma más avanzada sobre la
materia. Asimismo, se hace referencia a las competencias
locales y a la jurisprudencia sobre la cuestión.
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1. EL SUELO COMO RECURSO
El suelo, la capa superior de la corteza terrestre, es considerado un
recurso natural, que desarrolla funciones de distinta índole. Es la interfaz
entre la tierra, el agua y el aire. Se trata de un recurso natural no renovable,
ya que su destrucción es muy rápida pero, en cambio, su recuperación es
extremadamente lenta. Consiste en un sistema muy dinámico. Además, se
trata de un recurso de extraordinaria importancia, debido a las distintas
funciones que ejerce, tanto naturales como de uso y económicas, que presta
servicios vitales para las actividades humanas y la supervivencia. Por ello,
resulta indispensable establecer unas adecuadas políticas de protección de
la calidad de los suelos.
A diferencia de otros recursos naturales, el suelo, es susceptible de
apropiación. Esta característica ha conllevado que su regulación se haya
realizado de forma tardía y sectorial y que se haya dificultado la
intervención administrativa.
El suelo como tal sufre varias agresiones que lo degradan, que
causan la pérdida de su calidad y que afectan al desarrollo de sus funciones.
Estas son: la erosión eólica e hidráulica, la salinización, la compactación, la
pérdida de materia orgánica, la reducción de la biodiversidad, la
desertificación y la contaminación. Se pueden clasificar incluso en
degradaciones biológicas, físicas y químicas del suelo.
El ordenamiento jurídico ha reaccionado ante ellas cuando la
agresión ha sido tal que ha comportado peligros o daños al medio ambiente
y a la salud de las personas - por ejemplo, ha respondido a la afloración de
contaminaciones fruto de la acumulación de vertidos o depósitos de
residuos en los suelos.
2. LA PROTECCIÓN DEL SUELO
En el ámbito internacional, europeo, estatal, autonómico e incluso
local, encontramos instrumentos jurídicos que abogan por la protección del
suelo desde distintas vertientes, de forma directa o indirecta, con el fin de
reparar los daños que se han producido a los suelos y evitar que se
produzcan nuevos.
La primera referencia jurídica internacional a la protección del suelo
la encontramos en la Carta Europea de los Suelos de 1972, del Consejo de
Europa. Posteriormente, en 1981 la FAO elaboró la Carta Mundial del
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Suelo. Ambos incidieron en la necesidad de proteger el suelo y
establecieron los principios de una política mundial del suelo. Todo ello
supuso una primera base para la protección del suelo en sentido amplio,
aunque sin carácter vinculante. Distintos convenios internacionales hoy en
día incluyen su protección.
La consideración del suelo como elemento ambiental, que requiere
su protección como un todo, se plantea en el de la Unión europea con el
VI programa de acción ambiental. Introduce el giro cualitativo que permite
su protección como recurso natural e inicia el camino para lograrlo. En este
ámbito se elaboró y aprobó la estrategia temática “Hacia la protección del
suelo”, que se tradujo en una Propuesta de Directiva en el año 2006,
aunque sin el éxito deseado, ya que sigue durmiendo como tal hasta el día
de hoy. La primera y única Directiva, hasta el momento, que trata la
protección del suelo contra la contaminación es la Directiva 86/278/CEE,
sobre la protección del medio ambiente y especialmente del suelo por el
uso de lodos de depuradora en la agricultura, donde se establecen umbrales
para la concentración de metales pesados en los suelos agrícolas (RUIZ DE
APODACA ESPINOSA). Sin embargo varias son las normas de la Unión
europea que de forma indirecta protegen el suelo. Por ejemplo, la Directiva
marco de residuos 2008/98/CE o las relativas a los residuos peligroso. De
las directiva conocida como IPPC también se deriva una protección
indirecta de los suelos (Directiva 96/61/CE), así como de la Directiva
2010/75/UE, sobre las emisiones industriales (prevención y control
integrados de la contaminación) conocida como DEI esta última
Directiva se refiere de forma especial al suelo y a su protección. Entre otras
cuestiones, aborda la necesidad de presentar un informe de situación de
partida del suelo. La Directiva conocida como Seveso II (Directiva
96/82/UE) tiene efectos positivos sobre la protección del suelo, en tanto
que previene las salud humana y el medio ambiente en los accidentes
graves que puedan producirse con sustancias peligrosas, así como las
Directivas sobre evaluación de impacto ambiental y evaluación estratégica
de planes y programas (Directiva 2001/42/CE, Directiva 2011/92/UE,
Directiva 2014/52/UE), la Directiva marco de aguas (2000/60/CE) y la
relativa a la protección de las aguas subterráneas contra la contaminación
(Directiva 2006/118/CE), entre otras normas europeas de carácter más
genérico que también pueden influir en la protección del suelo.
A pesar de las distintas agresiones y degradaciones que padece el
suelo la degradación química, fruto de su contaminación, es la que ha
suscitado más preocupación en la práctica y más respuestas y debates, en
todas sus vertientes, pero especialmente en la de la contaminación por
componentes químicos de origen antrópico.

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