La subcontratación (

Introducción1

En las últimas décadas se ha producido un cambio en el panorama industrial, caracterizado por el declive de la industria manufacturera y el crecimiento paralelo de los servicios y de las industrias basadas en la información. Como resultado, las economías se orientan cada vez más hacia los servicios. El sector servicios representa hoy más del 70 % de la actividad económica en la Unión Europea2, mientras que la participación media de la industria manufacturera en el PIB ha descendido hasta aproximadamente el 20 %.

En las últimas décadas se ha producido un cambio en la importancia económica relativa de los sectores industrial y de servicios y este último representa hoy más del 70 % de la actividad económica en Europa

El crecimiento relativo de los servicios no ha pasado inadvertido para los políticos. En la reciente reunión del Consejo Europeo en Lisboa, los jefes de estado y de gobierno de Europa manifestaron su intención de desarrollar las condiciones marco para explotar plenamente el potencial de empleo del sector servicios y de los servicios relacionados con la industria.

Mientras que se están perdiendo puestos de trabajo en la industria manufacturera y en la agricultura, los servicios han sido el único sector de la economía europea capaz de incrementar el número de puestos de trabajo en los últimos 20 años.

Además de sus perspectivas para el empleo, el desarrollo de servicios basados en el conocimiento es también, por varias razones, clave para el crecimiento económico. En primer lugar, los servicios son responsables de la mayor parte de la creación de nuevas empresas. En segundo término, gran parte de los nuevos puestos de trabajo creados exigen una elevada cualificación, con salarios superiores a la media en la industria. En tercer lugar, el sector servicios es el mayor inversor de la economía en términos absolutos y, por tanto, es también fundamental para el sector industrial. Y en cuarto y último término, los servicios juegan un papel importante en el desarrollo de la competitividad industrial.

Sin embargo, los servicios cubren un grupo de actividades muy diversas. Abarca sectores de alta tecnología e intensivos en conocimiento, y también otros intensivos en mano de obra y que exigen poca cualificación. Dentro del sector servicios, los servicios empresariales han mostrado el mayor potencial de creación de empleo y de creación de valor añadido. Las tasas de crecimiento de los servicios empresariales superan con mucho a las de casi todos los demás sectores de la economía.

Dentro del sector servicios, los servicios empresariales han mostrado el mayor potencial de creación de empleo y de creación de valor añadido

Una de las razones del espectacular crecimiento de los servicios empresariales ha sido la continua tendencia a subcontratar actividades no nucleares en las empresas establecidas. Cada vez más, las empresas se concentran en aquellas actividades nucleares donde tienen las mayores ventajas competitivas y donde pueden, por tanto, obtener las mayores tasas de retorno.

La subcontratación se define, a menudo, como el uso estratégico de recursos ajenos a la empresa para realizar tareas que originariamente se ejecutaban dentro de la misma. La realidad, vista desde la perspectiva de la empresa, es, a menudo, algo diferente. Con frecuencia, la industria considera como subcontratación cualquier actividad o servicio que se adquiere en el exterior, sobre base ad-hoc. Sin embargo, a pesar de su importancia para la economía, nuestros conocimientos sobre los "servicios empresariales" y el proceso de subcontratación son relativamente limitados, a causa de las dificultades que plantea su seguimiento y análisis estadísticos.

Razones para la subcontratación

Cada vez más, las empresas están desviando sus servicios empresariales desde la producción interna y están haciendo uso de la posibilidad de externalizar dichos servicios. Hay tres razones principales para ello (Rubalcaba, p.254):

Reducción de costes.

Aumento de la calidad.

Necesidad de especialización.

Las empresas están optando por subcontratar con objeto de reducir costes, aumentar la calidad y concentrarse más en las actividades nucleares de la propia empresa

El proceso de subcontratación de servicios reduce los costes operativos internos y convierte costes fijos en costes variables, dotando a la empresa de una flexibilidad mucho mayor, lo que es especialmente importante en una época en la que la competitividad y la posibilidad de responder rápidamente a los cambios de la demanda del mercado son esenciales para la supervivencia de la empresa. Sin embargo, la subcontratación implica no sólo pasar costes fijos a costes variables. Las empresas de servicios externas especializadas ofrecen servicios a un coste mucho menor del que sería posible internamente. Por tanto, los precios más bajos, a través de economías de escala, y la elevada competencia entre proveedores de servicios especializados, son esenciales para que las empresas reduzcan sus costes generales.

Además de la reducción de costes debida a las economías de escala, las economías de alcance mejoran el rendimiento y la calidad de los servicios. La competitividad incrementa la calidad de los servicios y las opciones disponibles. Pero ambas razones van en paralelo con una tercera, la necesidad de especialización. Ésta es necesaria para mantener la competitividad en el mercado, lo que básicamente consiste en ofrecer productos de alta calidad a precios atractivos.

Además, hay otras razones secundarias para la subcontratación, que dependen mucho de la estructura, situación y sector de cada empresa.

La flexibilidad en la producción y la flexibilidad de reacción frente a los cambios del mercado exigen externalizar. Concentrarse en las tareas clave, es decir, en aquéllas que una empresa puede hacer mejor que otras, lleva automáticamente a externalizar los servicios subordinados. Una empresa puede también apreciar la independencia de los proveedores de servicios externos. Una compañía externa puede tomar decisiones que serían imposibles en el seno de la empresa, debido a los conflictos internos.

La subcontratación proprociona a las empresas una mayor flexibilidad, ya que permite realizar cambios sin hacer frente a conflictos internos

El proceso de subcontratación significa que las empresas se concentran en actividades "nucleares", mientras que las "no nucleares" se externalizan a terceros.

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Cuadro 1. El ejemplo de los productos farmacétuticos

En la industria farmacéutica no se trata ya de obtener economías de escala (hacer que los productos sean más baratos y llevarlos más rápidamente al mercado), sino de economías de alcance, es decir, conseguir una gama más amplia de consumidores y mayor oportunidad. Una de las áreas clave, en esta industria, es la I+D. En los últimos años, han aparecido Organizaciones de Investigación por Contrato (OIC), con competencias y conocimientos adicionales, que ofrecen comercialmente a los fabricantes de productos farmacéuticos, por ejemplo, ensayos clínicos, contratación de personal de ventas especializado, de modo que el fabricante puede concentrarse en las áreas nucleares clave -investigación y desarrollo. Las OIC realizan la gran mayoría de los ensayos clínicos para muchos fabricantes de productos farmacéuticos, dadas sus relaciones directas con muchos médicos, si bien las empresas importantes tratan de limitar la cantidad de investigación que hacen estas organizaciones.

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Áreas subcontratadas

Muchas empresas ya han externalizado actividades no nucleares, como los servicios de cantina, la limpieza o los servicios de seguridad. Sin embargo, no hay reglas generales para definir cuáles son las competencias nucleares. Entre las áreas más frecuentemente subcontratadas están:

Transporte y expedición.

Almacenaje de mercancías.

Formación, traducción y servicios sanitarios.

Actividades promocionales, marketing, ventas y publicidad.

Contratación de personal no especializado.

Servicios y consultoría sobre TI.

Impuestos.

Hay una clara tendencia hacia la subcontratación en ciertos sectores. En el farmacéutico, hay una fuerte demanda de subcontratación en investigación y desarrollo, sobre todo para acortar el ciclo de desarrollo de la I+D. También la evaluación de riesgos se externaliza con frecuencia en la industria farmacéutica. En el sector del automóvil, la demanda de servicios aparece en toda la cadena de valor, debido principalmente al tiempo necesario para llegar al mercado y al principio de suministro "puntual" de piezas. En la industria automovilística hay una gran demanda de subcontratación de los servicios de diseño técnico. En el sector de los electrodomésticos hay menos investigación y desarrollo, sobre todo en comparación con la industria farmacéutica. Aquí la subcontratación se concentra en las ventas por correo, la distribución, el almacenaje y los servicios de investigación de mercados.

Beneficios y riesgos de la subcontratación

Los beneficios más claros de la subcontratación en la empresa son costes reducidos, mayor calidad y necesidad de especialización, junto con una mayor felxibilidad y capacidad para responder a las mayores demandas de un mercado cambiante. La experiencia de la mayoría de las empresas entrevistadas fue satisfactoria, aunque algunas señalaron ciertos peligros de los que no se dieron cuenta porque no calcularon adecuadamente los posibles ahorros financieros. En algunas empresas, el coste real de la subcontratación fue más alto de lo previsto, debido a que no se consideró el asunto en su totalidad. En general, sin embargo, hay pocos ejemplos de empresas que hayan aplicado ensayos financieros o de otro tipo para medir los beneficios de la subcontratación.

Un posible peligro de la subcontratación para las empresas es que éstas se "vacíen", dejando sólo una frágil cáscara

La subcontratación de servicios empresariales no es una estrategia que siempre tenga éxito: presenta también ciertos inconvenientes. El más obvio, y posiblemente el más peligroso, es que las empresas se "vacíen", reduciendo la organización a una frágil cáscara. Subcontratarlo todo elimina la competencia interna, las cualificaciones y los conocimientos sobre el desarrollo de una actividad determinada. Esto significa también que cualquier organización que subcontrate sin tener en cuenta cuál es su sector, se enfrenta con el posible problema de perder parte del control sobre la cadena de suministro.

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Cuadro 2. Las dudas de una empresa farmacéutica acerca de la subcontratación

"Hemos gastado mucho dinero y mucho esfuerzo en el tema de la subcontratación. En realidad, se trata de encontrar el equilibrio adecuado, de saber cuál es la actividad nuclear y cuál no lo es. No se desea acabar perdiendo personal clave, debido a consideraciones puramente económicas. A veces se puede bajar demasiado porque ya no se cuenta con la persona adecuada, que comparte la filosofía y la imagen de la empresa. Por ejemplo, en cuanto a servicios al cliente, los empleados deben saber cómo presentar a la empresa. La subcontratación significa que pueden proyectar una imagen desfavorable, debido a la ausencia de valores compartidos."

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(Fuente: Empresa farmacéutica participante en el estudio, véase nota 1).

Frecuentemente resulta difícil evaluar los costes verdaderos de la subcontratación para las empresas. La posible pérdida de control interno sobre ciertas funciones podría tener también un impacto negativo sobre el rendimiento y la calidad del producto

Frecuentemente resulta difícil evaluar los costes verdaderos de la subcontratación. La posible pérdida de control interno sobre ciertas funciones podría tener también un impacto negativo sobre el rendimiento y la calidad del producto. El fallo en distinguir entre actividades "nucleares" y "no nucleares" y funciones empresariales estratégicamente esenciales puede tener consecuencias funestas. La búsqueda de rentabilidad y ahorro a corto plazo también puede tener efectos perniciosos en el futuro, si se prescinde de personal clave debido a la "reducción" de las actividades empresariales.

Una cuestión más política es la posible violación de las reglas de la competencia, debida a una subcontratación extensiva. Se puede acumular cada vez más poder en las manos de unas pocas grandes y poderosas empresas de subcontratación, que parecen haber tomado gradualmente el control de una parte importante de las actividades del sector público (véase CRiSPS, p. 3). Por ejemplo, la empresa EDS, con sede en Estados Unidos, controla más del 65 % de los servicios de TI del gobierno británico, debido a ahorros de costes, planteando así problemas de equilibrio en las relaciones de poder. En muchos casos, puede ser difícil determinar el poder de mercado exacto que se esconde tras una red de relaciones contractuales.

La subcontratación es análoga a una asociación y las empresas, en su euforia por externalizar cuantas competencias consideran "no nucleares", pueden a veces cometer grandes equivocaciones. Por otra parte, la subcontratación significa también una relación contractual y muchas empresas temen perder control. Es cuestión, por tanto, de encontrar el equilibrio adecuado.

Efectos de la subcontratación sobre el empleo

Mientras que ha habido un crecimiento relativamente estable del empleo en los servicios, en el periodo 1960-90 (el 2 por ciento anual entre 1960 y 1990 y el 1 por ciento en los primeros años 90), el crecimiento en la industria y en la agricultura ha declinado a partir de los 80. Esta evolución se ha visto impulsada por el cambio sectorial de la industria a los servicios en todas las economías de la OCDE (véase por ejemplo Petit y Soete, 1996).

Además de su efecto sobre la creación de empleo, los servicios han tenido éxito también en la promoción de la integración social, especialmente de las mujeres, ya que muchas de estas oportunidades de empleo tienen una alta flexibilidad.

Según Eurostat (1998), los servicios empresariales representan el 18 por ciento del empleo total en el sector servicios en la UE. Los servicios empresariales y los servicios financieros muestran tasas de crecimiento del empleo rápidamente crecientes. Además, como indica la OCDE (1996), el sector que muestra el mayor crecimiento del empleo, en el periodo 1970-1993, es el inmobiliario, mientras que los servicios empresariales doblaron su capacidad de empleo entre 1970 y 1993. Otros tipos de servicios, como los financieros y los de comunicaciones, también exhiben un gran potencial de generación de empleo.

Aunque, aparentemente, los servicios empresariales han crecido enormemente, en términos de empleo, a veces se arguye que esto se debe a una falacia estadística. El razonamiento es que la subcontratación sólo ha "visualizado" estadísticamente los servicios empresariales que antes se realizaban internamente. Esto refleja un problema más general de las estadísticas empresariales. La mayoría de las estadísticas sobre servicios toman su punto de partida del lado de la oferta; por tanto, las estadísticas se definen según la actividad económica de la empresa que ofrece servicios como actividad principal. Esto puede, con frecuencia, conducir a error: para muchos proveedores de servicios, ésta no es su actividad principal. No obstante, el servicio al cliente se está convirtiendo en una actividad cada vez más importante para muchas empresas.

Un problema asociado, a este respecto, es que las comparaciones internacionales sobre niveles de empleo en la industria y los servicios pueden estar distorsionadas. El nivel de subcontratación influye, en gran medida, sobre el nivel relativo de empleo en la industria y los servicios. Por tanto, las diferencias en el empleo en los servicios no reflejan, por defecto, diferencias estructurales en la economía, sino que pueden deberse también a diferencias en la ubicación de los trabajos.

Una discusión más general de los efectos de la subcontratación sobre el empleo es difícil, porque la información estadística disponible no permite establecer una relación directa entre la subcontratación y el crecimiento del empleo en los servicios empresariales. En principio, se puede sostener que la subcontratación está sustituyendo simplemente empleo interno por empleo externo.

Una discusión más general sobre los efectos de la subcontratación sobre el empleo es difícil, porque la información estadística disponible no permite establecer una relación directa entre la subcontratación y el crecimiento del empleo en los servicios empresariales

En contraste, parece haber cierto consenso acerca de los efectos positivos de la subcontratación sobre la creación neta de empleo. Gazier y Thevenot (2000) asumen, en primer lugar, que el potencial de creación de empleo depende de la ganancia potencial de productividad derivada de la subcontratación y, en segundo lugar, que el potencial de creación de empleo depende también, en gran medida, de la forma en que se producen los servicios empresariales.

Si se acepta que la subcontratación está asociada con ganancias positivas de productividad, se pueden mencionar al menos tres posibles efectos. Primero, la mayor productividad de un servicio subcontratado conduciría, si hay una demanda inelástica para este servicio, a pérdidas de puestos de trabajo debidas a la especialización. Segundo, desde la perspectiva del sector industrial, la subcontratación ofrecería, a las empresas del sector, la oportunidad de concentrarse en actividades nucleares, donde tienen las mayores ventajas competitivas y pueden obtener las mayores tasas de retorno. Este aumento de productividad podría traducirse en aumento de empleo. Tercero, desde la perspectiva del sector servicios, las ganancias de productividad reforzarían también la competitividad y, por tanto, las posibilidades de creación de empleo derivadas de una mayor demanda por parte del sector industrial. El efecto total sobre el empleo dependería, desde luego, de si la creación de empleo debida a la mayor demanda sobrepasa a la pérdida de puestos de trabajo debida a la especialización.

El segundo punto mencionado por Gazier y Thevenot es que la creación de empleo depende, en gran medida, de la forma en que se producen los servicios. Cuanto mayor sea el nivel de conocimientos y mayor el elemento de "co-producción" entre el proveedor de servicios empresariales y el usuario, mayor será el potencial de creación de empleo. Este razonamiento es el fundamento de la llamada economía basada en el conocimiento. En las economías modernas desarrolladas, el equilibrio entre conocimiento e infraestructura física se ha desplazado tanto hacia el conocimiento que éste se ha convertido quizás en el factor más importante para determinar el crecimiento económico.

En las economías modernas desarrolladas, el equilibrio entre conocimiento e infraestructura física se ha desplazado tanto hacia el conocimiento que éste se ha convertido quizás en el factor más importante para determinar el crecimiento económico

El potencial de empleo en los servicios empresariales implica también cambios sustanciales en la estructura ocupacional y de cualificaciones del sector empresarial (Petit y Soete, 1996). Según estos autores, se pueden esperar ciertas tendencias generales que afectarán en gran medida al trabajo y la ocupación en las industrias de servicios. Ello incluye la necesidad de que el personal tenga capacidad de respuesta para los clientes, sea capaz de adaptarse y de ofrecer nuevos servicios, así como de adquirir nuevos conocimientos rápidamente; e igualmente la necesidad de enseñanza permanente, expansión de oportunidades en los servicios, etc.

Todos estos cambios tendrán sin duda una gran influencia sobre la naturaleza actual del trabajo y sobre la organización del lugar de trabajo. La demanda de flexibilidad e innovación constantes tiene también sus costes (véase el cuadro 3).

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Cuadro 3. La experiencia de una empresa farmacéutica

Tenemos muchos problemas en este sector, que evoluciona rápidamente con multitud de fusiones y reestructuraciones. El personal está preocupado por sus puestos de trabajo. La permanencia en un puesto de trabajo sólo se puede prever para unos 18 meses. Pero también tenemos muchos conocimientos especializados que aportan las "mejores prácticas" a nuestras actividades. Hemos de tener en cuenta, asimismo, consideraciones éticas y regulatorias. Producir medicamentos no es lo mismo que producir automóviles, aunque, por supuesto, allí también se aplican criterios de seguridad. Hemos de ser muy estrictos en todas nuestras prácticas, no podemos permitirnos errores, pero también necesitamos que los productos lleguen al mercado cada vez con mayor rapidez. Es importante, pues, reconocer la necesidad de que el personal esté motivado, pero la subcontratación puede producir el efecto opuesto si se lleva hasta el extremo. Ahora se tardan 18 meses en que un producto vaya desde los ensayos clínicos hasta el mercado, en lugar de los tres años que se tardaban antes. El personal está trabajando bajo una intensa presión.

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(Fuente: Empresa farmacéutica participante en el estudio, véase nota 1).

En este nuevo contexto, los conocimientos específicos sobre uso de la información adquieren importancia estratégica, lo que, para los servicios, puede suponer la reubicación de posibilidades para muchas actividades de rutina. En particular, es posible la reubicación internacional de servicios hasta ahora no comercializables, mediante el uso generalizado de las TIC. Como indica una empresa: "Si se pueden transferir conocimientos sobre productos, se puede producir en cualquier parte del mundo".

La movilidad de los servicios, incluidos los servicios empresariales, es parte del fenómeno general de globalización. Las empresas tienden a situar sus actividades allí donde las condiciones marco sean más favorables

Esta movilidad de los servicios, incluidos los servicios empresariales, es parte del fenómeno general de globalización. Las empresas tienden a situar sus actividades allí donde las condiciones marco sean más favorables. Esto podría conducir a una erosión a nivel nacional de ciertos sectores de la economía, si las empresas se reubican en zonas más adecuadas para sus actividades, sea por razones económicas o por razones legales. Sin embargo, la globalización no ha eliminado la importancia de la ubicación, ya que ha aumentado también el valor de los factores no-transferibles, geográficamente específicos. Los beneficios de la proximidad física y del intercambio directo de información parecen ser más importantes que nunca. En consecuencia, las empresas de ciertos sectores de la economía tienden a situarse en la proximidad de sus competidoras, formando los llamados "polos" empresariales o distritos industriales. Esto se aplica también a los servicios empresariales (en especial a los servicios profesionales) donde el nivel de interacción y el conocimiento tácito son características destacadas en la relación productor-consumidor.

Medir los efectos de la subcontratación en el empleo es complejo y ello ha quedado reflejado también en la encuesta. Sólo unas pocas empresas han podido aportar cierta precisión, en cuanto al desplazamiento del empleo debido a la subcontratación. La cifra más alta indicada fue del 10 %. En general, se confirma que una reestructuración rápida conduce, a menudo, a redundancias, a medida que las empresas se desprenden de sus actividades "no nucleares". Esta tendencia parece ser aplicable, además, en todos los sectores.

El efecto positivo indirecto de la mayor productividad sobre el empleo no se ha podido medir en las empresas participantes. Quizás este tipo de cálculos tiene más importancia para los políticos que para el quehacer diario de cada empresa.

Sin embargo, aun aceptando la tesis de Gazier y Thevenot de que un mayor nivel de conocimiento y "co-producción" entre los proveedores de servicios empresariales y los usuarios daría lugar a un mayor potencial de creación de empleo, sus efectos no aparecen enseguida a este nivel. Se necesita todavía un análisis en profundidad para comprender la dinámica de la interacción entre proveedores de servicios empresariales y usuarios en diversos sectores industriales. En esencia, es preciso adquirir un mejor conocimiento de la dinámica de cada sector empresarial clave en particular, y de los motores que impulsan la subcontratación, en general.

Se necesitan nuevos análisis para comprender la dinámica de la interacción entre proveedores de servicios empresariales y usuarios en diversos sectores industriales

Conclusión

La subcontratación como práctica empresarial ha existido durante muchos años, en muchos sectores de la economía. Por ejemplo, en la industria farmacéutica y en la del automóvil, la subcontratación se ha venido practicando en los últimos veinte años, para hacer frente a las necesidades empresariales. La subcontratación ha merecido también más atención por parte de los políticos. La interrelación entre subcontratación y volumen de empleo en los servicios ha adquirido importancia en una época en la que combatir el desempleo es una prioridad política. Sin embargo, no es ni mucho menos fácil obtener un mejor conocimiento de la dinámica de las relaciones entre subcontratación, servicios y empleo. Hoy día, los políticos tropiezan con una falta de investigación y de conocimientos sobre las implicaciones de la subcontratación, más allá del nivel de cada organización individual. De hecho, el que la subcontratación haya tenido efectos positivos sobre la creación neta de empleo sigue siendo opinable, ya que los datos de que se dispone sobre el empleo son escasos.

Aunque es posible marcar tendencias generales que confirman el crecimiento, potencialmente elevado, de los servicios empresariales en Europa, la externalización de actividades o servicios debe entenderse en función de la dinámica de cada sector y sus necesidades particulares. Cada sector (de hecho, cada empresa) tiene sus propias características, en cuanto a cultura, posición en el mercado, prácticas empresariales y demanda de servicios empresariales. Una comprensión en profundidad de estas dinámicas es la clave para entender la demanda de servicios empresariales. Además, la subcontratación, como práctica empresarial, no es homogénea en toda Europa. En el Reino Unido, por ejemplo, está más desarrollada que en la Europa continental, debido a la fuerza, en esta última, de la legislación "social y laboral", que ha puesto grandes obstáculos, hasta ahora, al crecimiento de los servicios empresariales.

La subcontratación no es, sin embargo, una panacea para los gobiernos en general. Un mayor uso de la subcontratación puede acarrear una serie de efectos secundarios no deseados, entre los que se encuentran efectos sobre el empleo, especialmente en relación con la migración de empresas a países con costes laborales y sociales más bajos. Otro problema es el de la posibilidad de competencia desleal. La subcontratación de ciertas funciones puede hacer que las empresas que tienen una posición dominante en el mercado dificulten aún más la entrada en el mercado de sus competidoras. Identificar estas posibles violaciones de las reglas de la competencia es especialmente difícil en los servicios empresariales, donde no es fácil obtener datos relevantes, debido al carácter intangible de los productos.

El trabajo sobre temas relacionados facilitaría las decisiones políticas. Por ejemplo, en las siguientes áreas:

Crecimiento y potencial de empleo: ¿Cuál es el efecto real de la subcontratación sobre el empleo?

Ubicación y movilidad de los servicios empresariales.

Los servicios empresariales y el proceso de ampliación de la Unión Europea. Se sabe poco sobre la estructura de los servicios y su probable evolución futura en los países candidatos.

Cómo afecta la subcontratación a la competencia.

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Palabras clave

servicios empresariales, subcontratación, empleo

Notas

  1. Este artículo está basado en una serie de entrevistas (36) y en los cuestionarios correspondientes enviados a empresas. Se seleccionaron los siguientes sectores industriales: automóvil, farmacéutico, alimentos y bebidas y electrodomésticos. Título del informe: Industry Value Added Services, un estudio del IPTS para la DG Enterprise (Documento interno).

  2. Eurostat, Service statistics 1996, Statistics in focus Theme 4-21/1999. Luxemburgo, 1999.

Referencias

CRiSPS, Centre for Research in Strategic Purchasing and Supply, Universidad de Bath: Returning to core or creating a hollow? A strategic study of outsourcing and its implications, 1999.

Comisión Europea, DG-III Industria: La contribución de los servicios empresariales al rendimiento industrial. Un marco político común, 1999.

Rubalcaba-Bermejo, L., Business Services in European Industry: Growth, Employment and Competitiveness, Bruselas, 1999.

Gazier, B., y Thevenot, N., Analysing Business Services Employment -some theoretical and methodological remarks in the Job Creation Potential of the Service Sector in Europe, Employment Observatory Research Network, 2000.

Eurostat, Service Statistics 1996, Statistics in focus Theme 4-21/1999. Luxemburgo, 1999.

Eurostat, Business Service Statistics 1996: Software and Computer Services. Statistics in Focus 9. Luxemburgo, 1998.

OCDE, Technology, Productivity and Job Creation. París, 1996.

Petit, P., y Soete, L., Technological change and employment growth in Services: Analytical and policy changes. Documento presentado al Seminario sobre Tecnología y Desempleo, Capacitación y Cohesión Social. París, 22-23 noviembre 1996.

Contactos

Johnny Mogensen, European Commission, DG Enterprise

Tel.: +32 02 296 58 05, fax:+32 02 296 88 67, correo electrónico: johnny.mogensen@cec.eu.int

Nikolaus Thumm, IPTS

Tel.: +34 95 448 83 33, fax: +34 95 448 82 79, correo electrónico: nikolaus.thumm@jrc.es

Sobre los autores

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Johnny Mogensen es Experto Nacional en Comisión de Servicio, en la DG Empresa de la Comisión Europea, donde trabaja en temas relacionados con el desarrollo del sector servicios y con inversiones intangibles. Antes de ir a la Comisión, trabajó en el Ministerio de Comercio e Industria de Dinamarca, en temas de política regional y en temas fiscales. Posee un máster en Economía por la Universidad de Copenhague y otro en Relaciones Internacionales por la Universidad de Kent, Canterbury, Reino Unido.

Nikolaus Thumm se incorporó al IPTS en 1998 y trabaja en temas relacionados con los derechos de propiedad intelectual, regulación del Mercado Único en el sector de los instrumentos médicos y servicios industriales de valor añadido. Es doctor en Ciencias Económicas y Sociales por el Europa-Kolleg de Hamburgo y posee un máster en Ingeniería Industrial y un máster europeo en Derecho y Economía. Antes de ingresar en el IPTS, trabajó y estudió en la Universidad Europea de Florencia y en las universidades de Hamburgo, Lund y Estocolmo

The IPTS Report, is the refereed techno-economic journal of the IPTS,

edited by D. Kyriakou, published monthly in English, French, German and

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