Lección 1: En torno a la Comunidad Sorda como comunidad de aprendizaje y de prácticas de pertenencia y de fidelidad. Una aportación al debate entre comunitaristas y liberales acerca de los derechos, los valores y la Sociedad

AutorJosé Iturmendi Morales
Cargo del AutorDoctor en Derecho, Catedrático de Filosofía del Derecho y Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense
Páginas3-226

Lección 1: En torno a la Comunidad Sorda como comunidad de aprendizaje y de prácticas de pertenencia y de fidelidad. Una aportación al debate entre comunitaristas y liberales acerca de los derechos, los valores y la Sociedad 1

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1.1. Dos Cursos de Verano en el, todavía reciente, cambio de siglo y de milenio
1.1.1. Una aproximación interdisciplinar al estudio del uso y del reconocimiento de la lengua de señas y sus consecuencias jurídicas

Cuando aún no se había producido la infausta hecatombe del martes 11-S -desatada por las acciones terroristas contra los símbolos del poder financiero y militar de los Estados Unidos de Norteamérica, llamado, según todos los augures, a marcar una divisoria clave en la marcha de los tiempos y generadora de una legislación que atribuye una absoluta precedencia a la tutela de la seguridad y que limita derechos sustanciales y garantías de defensa jurídica para los sospechosos de incurrir en actividades terroristas2-, bien pocos días antes del octavo cambio anual de luna -cuyas secuencias de variaciones y fases atendíamos, consultando de manera indistinta el siempre inefable "Calendario Zaragozano: el firmamento para toda España"3, o bien los vistosos lunarios, pósteres que en aquel entonces cada primavera editaba, a fin de que fueran distribuidos y comercializados, con el éxito propio de lo que se agota, en sus discotecas y establecimientos comerciales de Madrid, Ibiza y Cataluña, la potente casa "Pachá"-, en el pleno medio agosto del año dos mil uno, el año que más de un cuarto de siglo antes había alcanzado la condición de fecha fetiche gracias al escritor británico y presidente de la Sociedad Interplanetaria Británica Sir Arthur Charles CLARKE (n. 1917), creador, a partir de una de sus novelas, junto al director, actor y guionista cinematográfico estadounidense Stanley KUBRICK (1928-1999), de una de las obras maestras y de mayor impacto del cine de ciencia-ficción de todos los tiempos y que parece haber adquirido ya la imperecedera vigencia de las obras destinadas a convertirse en clásicas4: "2001: A space odyssey"-"2001: Una odisea en el espacio"5; el mismo año que había sido declarado por la Unión Europea como el "Año Europeo de las Lenguas" e identificado por nuestro entonces Rector en ejercicio [que terciaba así, luciéndose, en la entusiástica6 e inflada controversiaPage 4 mediática, a la que casi todos los que siempre tienen una opinión sobre todo, convirtiéndola de este modo en un mero y vano espectáculo7, prestaron desmesurada atención a finales de 1999, acerca del momento (2000 ó 2001) en que se iniciaba la nueva centuria y el nuevo milenio- coyuntura histórica en la que, de manera ilusoria, una vez más, nos apresó el geniecillo mentiroso del calendario y el reloj8, la magia de los dígitos9, se disparó la asociación de ideas milenaristas e hizo creer a los cronósofos en la inminente y jubilar llegada de una ocasión especialmente favorable o propiciadora de innovaciones y oportunidades ("kairós", kairo´.)] como el "Segundo año del siglo XXI", con lo que despedía así al desasosegante siglo -inflexión en la marcha del tiempo y, con ello, de una nueva era y de una anterior- con una anticipación de doce meses; momento que siempre permite volver a evocar, e incluso exclamar, con el apasionado humanista, polemista y poeta alemán Ulrich von HUTTEN (1488- 1523, "el primer alemán político")10, la proverbial frase que se contiene en la tantas veces citada carta que dirige, en 1518, a Willibald PIRHBEIMER: "O saeculum!, O litterae!. Iurat vivere..."11; de este modo ambos rótulos vinieron a confirmar, al tiempo que hicieron buena, la reformulación del sentencioso dicho de nuestro refranero12 acerca de los días, en cuya virtud la sabiduría proverbial, hecha de experiencia y tradición13, sentencia que cada año, la unidad fundamental de nuestro calendario14, al igual que cada jornada, tendría su propio afán y mucho más en sociedades, como la nuestra, de aquí y de ahora, de la era "post", que se organizan con la forma de una representación continuada, y donde lo cultural se mueve las más de las veces por perchas conmemorativas ocasionales, algunas de las cuales, y muy señaladamente el siglo como medidor de tiempo, no tiene relación alguna con la posición cósmica de nuestro planeta, siendo simplemente, ni más ni menos, un número redondo de años en nuestro sistema decimal15]-, me cupo el honor, al tiempo que la satisfacción, de dirigir uno de los muchos Cursos de Verano de la extensa y versátil cartelera, hoy bastante mermada, que la Fundación General de la Universidad Complutense de Madrid auspicia, promueve, organiza y celebra desde el año 1988, en el marco de la que, con mucho, es su sede mayoritaria, si bien no única, de San Lorenzo de El Escorial, bajo el título "El uso y el reconocimiento de las lenguas de señas y sus consecuencias jurídicas". Hablar de lengua de señas y Derecho no era oportunismo, sino oportunidad o, si se prefiere la etimología, "necesidad, conveniencia"16.

Curso cuya intencionalidad y alcance pretendidos se encontraban formalmente explicitados por escrito en los correspondientes folletos-programas, agrupados en fascículos por semanas, e integrados a su vez en un solo y excepcionalmente grueso volumen, que más de uno dio en llamar, sin especial sentido de la oportunidad ni derroche imaginativo alguno, "el libro gordo de Petete". Folletos-programas donde se reseñaban, de una manera tan sucinta como convenientemente dosificada, los objetivos perseguidos por los distintos cursos, la propuesta de prioridades y las ideas-fuerza para su consecución, al tiempo que se manifestaban los criterios de base que los informaban.

Criterios que en este caso -aún cuando no siempre, más bien, por el contrario, casi nunca sucede así- coincidían fielmente con el desarrollo real que en el transcurso del tiempo terminaría cobrando el Curso, una vez que éste se materializó y concluyó su feliz andadura.

Curso, a todas luces, abiertamente plural e interdisciplinario, como corresponde frente al abandono por la postmodernidad de la teoría monística, con la palmaria quie-Page 5bra de los signos de separación17, en un tiempo que, a pesar de todo, continúa marcado a fuego por la maldición de la especialidad y de las divisiones y límites de los saberes disciplinarios consagrados por los centros docentes18. Límites que tienden a volverse rígidos en exceso, y a desalentar la curiosidad intelectual más allá de los escenarios concretos, definidos administrativamente, hasta el punto de que, tal y como concluyera Lewis A. COSER, aunque se pueda encauzar la iniciativa de los estudios hacia la fertilización cruzada de distintas investigaciones, de hecho y con carácter general, a los estudiantes se les aconseja permanecer siempre dentro de la frontera del correspondiente campo disciplinar19. Tenemos al respecto uno de los aforismos más invocados del artista y poeta inglés William BLAKE (1757-1829), el contenido en su poema místico "Jerusalem" (1804): "El Arte y la Ciencia no pueden existir más que en particularidades minuciosamente organizadas... Generalizar es ser idiota. Particularizar es la única distinción de mérito. Los conocimientos generales son los conocimientos de los idiotas"20.

En su condición de Curso interdisciplinario, se situaba en línea con las conclusiones alcanzadas en el determinante Congreso celebrado en la ciudad bávara de Passau el año 1981 bajo el rótulo "Interdisciplinary Conference on Language Acquisition"21, convertido así en el asidero seguro y fiable para seguir navegando por tan proceloso y gigantesco mar. Y, en parte, anticipaba algunos de los frutos del "Seminario de Estudio Interdisciplinar" que se desarrolló en la ciudad italiana de Asís el diez de diciembre del 2001, con el título "Legge naturale e rèvelazione" ("Ley natural y Revelación"), organizado por el Instituto teológico...

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