Sonata y drama por Juana Inés

AutorJaime Labastida
Páginas115-122
243
Sonata y drama por Juana Inés
JAIME LABASTIDA
EL COLEGIO DE SINALOA. ACADEMIA MEXICANA DE LA LENGUA.
SEMINARIO DE PROBLEMAS CIENTÍFICOS Y FILOSÓFICOS.
ASOCIACIÓN FILOSÓFICA DE MÉXICO. SIGLO XXI EDITORES
Parto de un hecho, decisivo. Las expresiones más altas de la cultura novohispa-
na se desarrollan, desde el inicio, en dos vertientes lingüísticas que apenas si se
tocan o que, al tocarse, se dislocan y se separan. Por un lado, escritas y dictadas
en latín, en los claustros monacales o en los recintos universitarios, están la
filosofía y la ciencia (teología, medicina); por otro, escrita en español y en un
circuito mucho más amplio, la literatura (y no sólo la poesía, también las rela-
ciones, las crónicas, el teatro, en la República de los españoles y en la República
de los amerindios).
La primera de las vertientes se desenvuelve, lo dije ya, en latín, en un círculo
cerrado: se destina a varones, a los letrados cultos que sientan cátedra y escriben
y publican sobre temas semejantes a un lado y otro del Atlántico. La segunda de
las vertientes se escribe (y en contadas ocasiones se publica) en una lengua co-
mún al pueblo pen insular y al que empieza a forjars e en el suelo novohispano: un
español que anuncia ya el barroco. Ambas lenguas, el latín y el español, son com-
partidas por la Vieja y la Nueva España; se hablan y se escriben de igual manera
en las dos orillas. Una, sin embargo, está destinada a la extinción y dejará de ser
instrumento de alta cultura: el latín desaparecerá por completo de la escritura
culta (científica o no) en el curso de nuestro siglo XIX. La otra, en cambio, será el
instrumento del que se valdrá, para expresarse, el pueblo que se asienta y crece en
el nuevo territorio.
De acuerdo con la tesis del crítico literario brasileño Antonio Candido, para
que se consolide lo que él llama, en rigor, un sistema literario, o s ea, una literat ura
propiamente dicha, diferente de las meras manifestaciones literarias, es pr ecis o qu e
haya un conjunto de productores, un conjunto de receptores y un cierto mecanis-
mo de transmisión (oral o escrito: tertulia, academia, imprenta). ¿En qué medida
estas severas condiciones se habían dado ya en la Nueva España donde desarrolló
sus tareas sor Juana Inés de la Cruz? No cabe duda: estas condiciones ya existían
en Nueva España, si aceptamos que los dos circuitos, el culto y el vulgar, atravesa-
ban, en ambos sentidos, el océano: el conjunto abarcaba, pues, tanto a la Vieja
como a la Nueva España. También a otras posesiones ultramarinas de la Corona
española (en especial, a Lima y al Virreinato del Perú). La consolidación del siste-
RA_243_SOR JUANA.pmd 14/01/2016, 12:27115

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