La solidaridad interesada. 6ª ponencia

AutorMiguel Marín
Páginas449-462
En sí mismo, el concepto de solidaridad es un concepto complejo, como
decía, complejo en su definición, complejo aún más por las múltiples pro-
yecciones que la solidaridad adopta en las sofisticadas sociedades en las que
vivimos. Por este motivo, en ese intento por enmarcar un poco el perímetro
de esta charla, acudí en primera instancia al Diccionario de la Real Academia
de la Lengua Española, al objeto de fijar un punto de partida más o menos
objetivo.
Allí la solidaridad se define de forma simple, pero tremendamente ambi-
gua, como: La adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros. ¿Por
qué digo ambigua? Lo digo porque me llamó poderosamente la atención la
inclusión del adjetivo «circunstancial», que trasmite la idea de que decidire-
mos ser solidarios solo cuando se cumplan determinadas condiciones, gene-
ralmente objetivas, y no en función, como podría aparecer, de la gravedad de
la situación, de lo necesaria que sea nuestra participación, o de la rapidez con
la que hay que intervenir.
Luego, el primer problema que afrontamos al tratar la solidaridad en
sentido amplio, es en qué circunstancias debemos ser solidarios. Y aquí es
donde es necesario hacer la primera precisión. Es difícil, por no decir impo-
sible, hablar de solidaridad, de sus límites y sus condiciones, sin introducir
elementos de corte político, ideológico y, en última instancia, sin altas dosis
de subjetivismo.
A los que nos gusta economía, sabemos que la ciencia económica nos en-
seña muchas cosas y nos permite aproximarnos a los fenómenos económicos
de forma más o menos inteligente, pero lo que no aporta la ciencia económica
en ningún caso, es un criterio científico de equidad o de justicia. La equidad,
la justicia que subyacen al propio principio de solidaridad, al concepto de soli-
daridad, son valores morales, exógenos al razonamiento económico.
Los economistas, entre los que me incluyo, buscan externamente que se le
aporte este tipo de criterios, y una vez que se le ofrecen, entonces indican los
mejores instrumentos disponibles para hacer efectivo el principio de solida-
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