Perfil sociocomportamental y estructura organizativa de la militancia yihadista en España. Análisis de las redes de Abu Dahdah y del 11-M

AutorJavier Jordán/Fernando M. Mañas/Humberto Trujillo
Páginas79-111

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1. Introducción

Tanto la literatura especializada sobre terrorismo, como los libros y artículos de divulgación, señalan reiteradamente el carácter descentralizado y reticular de la organización Al Qaida y de sus grupos asociados. Sin embargo, con la excepción de algunos estudios precedentes (Krebs, 2002; Sageman, 2004; Fellman & Wright, 2004; Rodríguez, 2004) apenas existen trabajos que profundicen en esta peculiar naturaleza organizativa del terrorismo yihadista. Por ese motivo, el propósito de este artículo consiste en avanzar un paso más y realizar un estudio lo más profundo posible sobre el proceso de formación y la estructura interna de dos de las principales redes yihadistas que han existido en Espa- Page 80 ña: la red de Abu Dahdah y la red de los atentados del 11-M. Dicho análisis puede resultar de interés para las labores de inteligencia en materia de lucha antiterrorista.

La elección de estas dos redes responde a varias razones. En primer lugar, son las que más han destacado en la breve y trágica historia del yihadismo en nuestro país. Además, representan dos tipos diferentes de grupo yihadista. La red de Abu Dahdah tenía una finalidad logística, de apoyo a la yihad fuera de España, y se formó sobre un núcleo inicial de individuos socializados en el islamismo radical en sus países de origen. El grupo del 11-M fue sin embargo una red directamente hostil contra los intereses españoles, y estaba compuesta por un número elevado de sujetos que se habían radicalizado cuando ya residían en nuestro país.

Otra razón añadida, y necesaria para la viabilidad de la investigación, es que existe abundante información en fuentes abiertas (es decir, no clasificadas o sometidas a secreto judicial) sobre los miembros e historia de ambas redes. Las fuentes de información que hemos utilizado han sido los fragmentos públicos del sumario 35/2001 (más de seiscientas páginas), el contenido íntegro de la sentencia 36/2005 sobre la red de Abu Dahdah, y el auto de procesamiento del sumario 20/2004 sobre los atentados de Madrid. A ello se añaden centenares de noticias de prensa que han cubierto las investigaciones judiciales y reportajes donde los periodistas han entrevistado a antiguos conocidos de los terroristas. Estas fuentes dejan algunas lagunas que son difíciles de completar, y que aparecen señaladas como tales en nuestro artículo, pero en conjunto ofrecen información suficiente para analizar las variables relevantes en los procesos de formación y estructuración de estas dos redes, así como de los perfiles personales de sus miembros.

2. Aspectos relevantes de los procesos de reclutamiento y construcción de las redes yihadistas

¿Qué tipo de personas se integran en estas redes? ¿Por qué lo hacen? Las dificultades burocráticas que plantea la realización de entrevistas personales a los presuntos yihadistas encarcelados, el hecho de que varios de los principales miembros de la red del 11-M se suicidaran en Leganés, que unos pocos se encuentren huidos, y -sobre todo- que la inmensa mayoría de estos individuos nieguen insistentemente su militancia yihadista después de su detención, e incluso después de su condena, hacen prácticamente imposible responder a esta pregunta mediante los testimonios directos de los implicados.

Como consecuencia, el análisis ha de realizarse desde el exterior: atendiendo a variables susceptibles de observación, a los vínculos personales y a las interacciones constatadas entre los integrantes de ambas redes. Lógicamente dicha limitación complica la contrastación empírica de las hipótesis de índole psicológica sobre las motivaciones que acompañan el ingreso en la red. No obstante, la información relativa a ese tipo de variables sí que resulta lo suficientemente rica como para respaldar algunas explicaciones sociológicas y psicológicas de la militancia yihadista. Page 81

Otra aclaración metodológica importante es que en este trabajo sólo se han contemplado a efectos de análisis los individuos que presumiblemente han participado o han colaborado con estas redes, compartiendo la ideología yihadista. Por ejemplo, en enero de 2006 había un total de 116 imputados por la causa del 11-M. La mayor parte de ellos se encontraban en libertad y un número considerable no son siquiera musulmanes, sino delincuentes comunes que participaron por mero afán de lucro en la trama de financiación y obtención de explosivos (El País, 26/01/06). Finalmente el auto de procesamiento del 11-M declaraba procesados por esa causa a 29 personas, pero de entre ellas seguía habiendo un buen número de españoles no musulmanes y de meros delincuentes comunes.

Por ese motivo, se ha preferido limitar el análisis a aquellos sujetos que con mayor fundamento pueden ser considerados yihadistas. Personas que han sido detenidas por su presunta relación con las redes (o que se han suicidado o han huido), y que en muchos casos han participado en reuniones donde se exaltaba la yihad, que en otras ocasiones guardaban o distribuían propaganda radical, y que en definitiva simpatizaban o compartían la causa yihadista. En total hemos seleccionado 36 individuos pertenecientes a la red de Abu Dahdah y 45 a la del 11-M (enumerados en el Anexo). Hay al menos cinco individuos que presuntamente han participado en ambas redes y por ello aparecen repetidos, tanto en las tablas de perfiles, como en los grafos. Se trata de: Mustafa el Maymouni, Driss Chebli, Said Chedadi, Jamal Zougam y Said Berraj. Por último, a efectos de análisis de redes (en los grafos) sí que hemos tenido en cuenta algunos delincuentes comunes no yihadistas, ya que permiten identificar el cluster de transacción de explosivos por drogas dentro de la red del 11-M.

A continuación desarrollamos las conclusiones de nuestro estudio en los siguientes subepígrafes.

2.1. Variedad de perfiles e integración social

Una primera conclusión es que no existe un perfil claramente definido del individuo que se suma a estos grupos. Las características son dispares, particularmente si se compara a los miembros de nuestras dos redes de estudio con los perfiles de otros presuntos yihadistas detenidos en el marco de operaciones policiales posteriores: «NOVA I y II» (octubre-noviembre de 2004), «Tigris» (junio de 2005) o «Chacal» y «Camaleón» (enero de 2006). Los únicos rasgos que se repiten casi sin excepciones son varón e inmigrante de primera generación. Pero se trata de dos características escasamente relevantes, si se tiene en cuenta que la militancia yihadista a nivel mundial es predominantemente masculina (entre otras razones, por el rol secundario que los islamistas radicales atribuyen a la mujer en la vida pública), y que en España son relativamente pocos los inmigrantes de segunda generación mayores de edad. Page 82

Otro tipo de variables como la edad, la situación legal de residencia, el dominio del castellano, el estatus profesional o la situación familiar experimentan valores diferentes. Es más, en muchos casos predominan valores que teóricamente apuntarían a una integración social correcta. No eran marginados. Tenían «algo que perder» al implicarse en las actividades legal y socialmente transgresoras del yihadismo.

La distribución por franjas pone de relieve la edad relativamente madura de los integrantes de ambas redes. Destaca la elevada media de edad de los miembros de la red de Abu Dahdah, ya que muchos de sus integrantes de origen sirio habían llegado a España en la década de los ochenta, huyendo de la persecución en su país. Cuando el grupo se creó a principios de los noventa la mayor parte de sus miembros iniciales se encontraban en una etapa madura de su vida. Sin embargo, esto no supuso un obstáculo para que participasen en las actividades de propaganda, captación y financiación ilegal que realizaron en Madrid, ni para que algunos de ellos marcharan a Bosnia a combatir como muyahidines o a recibir entrenamiento paramilitar en los campos que se construyeron en dicha región a tal efecto.

En la red del 11-M la distribución por edades apunta a un perfil más joven, pero -significativamente- la mayor parte de sus miembros habían pasado los 25 años. Este hecho contrasta con las pautas habituales del reclutamiento terrorista, que tiende a concentrarse en individuos muy jóvenes, con escasos compromisos familiares y profesionales, más predispuestos a creer en utopías y en quienes el fanatismo luchador prende con más virulencia (Alonso-Fernández, 2002: 351). Sin embargo, el dato no es del todo sorprendente ya que coincide con los resultados del estudio previo de Marc Sageman (2004: 92) sobre una muestra de casi doscientos miembros del yihadismo global en diferentes países.

DISTRIBUCIÓN POR FRANJAS DE EDAD

[NO INCLUYE GRAFICOS]

Nota: El cálculo de edades se ha realizado de la siguiente manera. En la red de Abu Dahdah se ha contabilizado hasta el año en que fueron detenidos (la mayor parte de ellos en 2001 y otros entre 2002 y 2003). Para aquellos que, incluso a día de hoy, se encuentran en situación de busca y captura se ha contabilizado hasta el 2001. En la red del 11-M se ha calculado la edad que tenían en 2004 por ser ese el año de los atentados y, en la mayor parte de los casos, el de su detención o muerte suicida. Page 83

La clase social y la situación legal de residencia en España rompen el estereotipo de marginalidad sobre la captación yihadista. Es cierto que algunas redes desarticuladas en...

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