Sociedad de la Información
| Autor | José Justo Megías Quirós |
| Cargo | Profesor Titular de Filosofía del Derecho en la Universidad de Cádiz |
| Páginas | 63-96 |
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Tarifa plana y liberalización del bucle local
A principios del 2000 ningún país europeo ofrecía a sus ciudadanos la tarifa plana para acceder a Internet por RTC (Red de Telefonía Conmutada)2, privilegio del que gozaban estadounidenses, canadienses, mejicanos, australianos y neozelandeses. En Europa tendríamos que sortear todas las excusas que ya habían utilizado las operadoras en estos países: que el importe de las llamadas locales no cubría el coste de las mismas, que se colapsarían por saturación las líneas telefónicas (afectando a la transmisión de voz y datos por fax), que ya se ofrecían tarifas planas en conexiones por cable o ADSL, etc. En España fue la Asociación de Internautas la que más empeño puso en salvar esas dificultades, en demostrar que era posible la tarifa plana y que era más la mentalidad monopolística u oligopolística de las operadoras europeas la que impedía que se diera el paso decisivo.
La brecha se abrió en el Reino Unido, donde se entabló una batalla desde principios de marzo por captar clientes a través de la tarifa plana. Primero fue BT, a finales de febrero, la que ofreció por 9,9 libras al mes acceso libre los días laborables entre las 18.00 y las 24.00 y el fin de semana completo para uso desde los hogares domésticos. Una semana más tarde, la filial del portal estadounidense Altavista en el Reino Unido anunciaba que antes del verano estaría en disposición de ofrecer a unos 500.000 usuarios una tarifa plana de acceso por una cantidad que podría oscilar entre las 50 y las 70 libras al año (por cuota de alta y por cuota anual); el acceso se facilitaría a los abonados a través de un número gratuito3. La respuesta de competidores no se hizo esperar y NTL, grupo estadounidense de cable, ofrecería a partir de abril acceso gratuito e ilimitado; la letra pequeña obligaba a contratar determinados servicios telefónicos o de televisión por un importe de unas 9 libras/mes. BT volvía a la carga ofreciendo tarifa plana a través de su servicio BTPista, en su modalidad ADSL, por menos de 6.000 ptas./mes, y el 23 de mayo hacía pública su oferta de tarifa plana para empresas a partir del 1 de junio: 17.99 libras al mes (8.500 ptas.) costaría a una empresa permanecer online durante todo el mes. Una semana más tarde el regulador del mercado británico Oftel anunció el establecimiento de medidas que obligarían a BT a permitir a sus competidores ofrecer sus tarifas planas en mejores condiciones.
En nuestro país parecía que las cosas iban a ir más despacio4. La Ministra de Ciencia y Tecnología, Anna Birulés, defendía el 24 de mayo en el Congreso de los Diputados que el acceso a Internet no debía abaratarse con el establecimiento de tarifa plana por parte del Gobierno (lo que calificó como “intervencionismo ficticio”), sino facilitando la competencia entre las operadoras. Pocos días después, José Mª Vázquez Quintana, presidente de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, sostenía en las jornadas sobre Acceso radio en el bucle local de abonado (organizadas por la Asociación para el Progreso de la Dirección) que España podría ser uno de los primeros países en abrir el mercado de la telefonía móvil a las operadoras sin red propia, lo que podría abaratar los costes de acceso. La razón: el hecho de que no hubiera habido subasta, sino concurso de las licencias, había supuesto un coste menor para las empresas adjudicatarias, que podrían invertir mayores cantidades en las infraestructuras. No se mostró partidario, sin embargo, de abrir la red de telefonía local, propiedad de Telefónica, pues una medida de este tipo podría suponer –a su juicio- pérdida de atractivo para esta sociedad, lo que conllevaría una inversión menor en sus mejoras.
A primeros de junio Anna Birulés anunciaba (en el Foro de la Nueva Economía organizado por ABC y Arthur Andersen) que el Consejo de Ministros del 16 de junio aprobaría medidas para obligar a Telefónica a ofrecer tarifa plana por línea básica (y no solamente para tecnología ADSL, con modem punto a punto, o RDSI, con línea de banda ancha) y además a un precio inferior a las 6.500 ptas. que venía cobrando. También anunció que se impondría a Telefónica la apertura del bucle local a otras operadoras para que la competencia fuera mayor, aunque esta medida tardaría más tiempo por necesitar una preparación de las normas oportunas. Unos días más tarde, en su intervención en el II Salón Internacional de la Logística (Barcelona), volvió a insistir en que el paquete de medidas liberalizadoras de las telecomunicaciones incluía la apertura del bucle local para el próximo año y una propuesta de tarifa plana que podría ser inferior a las 4.000 ptas., e incluso a las 3.000. Aunque se habla de tarifa plana, habría que denominarla más bien tarifa “ondulada” o semiplana, pues la oferta estaba limitada a un horario comprendido entre las 18.00 y las 08.00 de los días laborables y los fines de semana y festivos completos.
Ante tales noticias, comenzaron inmediatamente los anuncios de ofertas de otras operadoras. BT ofrecería a través de Arrakis tarifa plana por 4.950 ptas. en horario de 20.00 a 08.00 en días laborables y el fin de semana completo y ONOLab ofrecería las 24 horas del día, sin excepciones, por 2.500 ptas. al mes5.
En el Consejo de Ministros del 23 de junio se materializó la promesa de la ministra, adoptándose dos medidas de gran trascendencia: a) el Gobierno se obligaba a establecer “las condiciones para que, a partir de enero de 2001, los operadores dominantes de las redes públicas telefónicas fijas faciliten el acceso desagregado y el acceso compartido al bucle de abonado, con el objetivo de intensificar la competencia en llamadas locales. Antes del 15 de noviembre de 2000 Telefónica deberá facilitar la preselección de llamadas locales (no será necesario marcar dígito)6; b) “Se introduce la tarifa plana para el servicio de Internet por el uso de la red telefónica fija en todo el tramo de horario reducido que será de 2.750 pesetas/mes. Para el servicio de voz y datos en llamadas locales habrá una tarifa plana de 700 pesetas/mes por un uso de 600 minutos/mes en horario reducido, y de 1.400 pesetas/mes por un uso de 600 minutos/mes durante las 24 horas del día”. Esta segunda medida deberá estar disponible a partir del uno de noviembre.
Retevisión y Eresmas anunciaron el 26 de junio el lanzamiento a través de la red telefónica básica de una tarifa plana por 2.600 ptas., contratable a partir del día 28; sin embargo, esta tarifa seguía siendo ondulada, pues los periodos de conexión serían los comprendidos entre las 18.00 y las 08.00 a diario y el fin de semana completo. El acceso ofertado, con una velocidad de 56 Kbps y a través de la Red de Telefonía Conmutada (RTC), permite cinco cuentas de e-mail y 30 Mb de espacio para páginas personales7. El día 4 de julio Retevisión hacía público que 20.000 abonados habían contratado ya su tarifa plana, el 23 la cifra se aproximaba a los 60.000, y el 15 de agosto había alcanzado los 85.000 abonados. El 5 de julio Telefónica, a través de Terra Network, presentaba su oferta para no perder cuota de mercado: desde el día 10 costaría 2.750 pesetas/mes la conexión a través de RTC y RDSI durante el horario aprobado por el Gobierno. La ventaja que reportaba esta oferta es que el usuario podría conectarse desde cualquier teléfono, pues bastaba marcar una contraseña y nombre del usuario para obtener la conexión. El primer día había conseguido 8.000 abonados, el 23 de julio contaba ya con unos 30.000, y el 15 de agosto ascendía a 72.000.
Todo hacía prever que las demás operadoras se irían sumando a las ofertas anteriores. Arrakis bajaba sus precios y conseguía 8.000 altas a mediados de agosto. Wanadoo anunciaba también su “multitarifa plana”, cuyo precio oscilaba entre 2.500 ptas. la más barata y 9.900 ptas. la más cara; en tres días conseguía convencer a 6.000 abonados, y a mediados de agosto contaba con 22.000. Retacal, operadora de cable de Castilla-León, la ofrecía por 2.500 ptas. y Supercable de Andalucía por 2.495, alcanzando unos 5.000 abonados.
Una denuncia de Lince, compañía que explota la marca Uni2, presentada ante la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones a finales de julio iba a poner las cosas más fáciles a las competidoras de Telefónica. Lince aducía que al lanzar Terra su oferta tres meses antes del plazo previsto, sin renegociación de precios, “los precios de interconexión a la red, propiedad de Telefónica, suponen un estrangulamiento de los márgenes que deberían existir entre tales precios y el precio de 2.750 pesetas, correspondiente a la tarifa plana cobrada al usuario”. El Consejo de la CMT le dio la razón y decidió que Telefónica debería aplicar a todos los números de conexión que le facilitasen sus competidoras unos precios que en ningún caso podría superar las 2.750 pesetas.
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La materialización de eEurope.
No cabe duda que el proceso abierto con la adopción de estas medidas tenía que llegar tarde o temprano, puesto que estaban acordadas por los Quince desde la Cumbre de Feira. Uno de los proyectos más importantes propuesto por el Consejo de Europa en Portugal era el de facilitar el acceso al mayor número posible de navegantes europeos a un precio asequible. La Comisión Europea presentaba la segunda semana de julio el texto del Reglamento que regulará la apertura de las redes locales de telefonía para que la competencia sea mayor entre las operadoras. Ahora corresponderá al Parlamento y al Consejo pronunciarse al respecto. Los Quince operadores históricos –Telefónica, en el caso de España- tienen un plazo de dos meses para emitir un informe en el que se justifique el precio que cobrarán a las demás operadoras por usar su red, precio que debe responder a los costes de mantenimiento. Al mismo tiempo se exige garantizar unas “condiciones transparentes, leales y no discriminatorias”8. El plazo que fija para esa apertura es el 31 de diciembre, tal como se había aceptado en Lisboa.
El Comisario europeo de Empresa y...
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