Skinner, Quentin: The foundations of modern political thought. Cambridge University Press, 1978. Dos volúmenes

AutorJosé A. Alvarez Caperochipi
Páginas273-277

    Skinner, Quentin: The foundations of modern political thought. Cambridge University Press, 1978. Dos volúmenes.

Este libro, a pesar de haber sido publicado recientemente, es uno de los de más prestigio en la producción científico-jurídica anglosajona actual y se puede encontrar profusamente citado en las obras más diversas. Puede decirse que constituye la fuente generalmente admitida de autoridad en los temas que trata. A mi juicio, es un libro impresionante por su profundidad, por el número de fuentes consultadas y tratadas (en sus ediciones originales), por agotar la bibliografía anglosajona (y mucha extranjera) y por lo ambicioso de sus fines. En la presentación del libro nos enteramos que el autor es un joven, y me atrevo a decir brillante, profesor de la Universidad de Cambridge (nacido en 1940), que ha permanecido por algún tiempo como profesor en Princeton (Estados Unidos), y que para la elaboración de su libro disfrutó de tres años de excedencia financiados por la editorial Penguin.

En un primer momento el libro llama la atención por su estilo. Es serio, frío, carente de la más mínima fioritura y, sin embargo, impresionante por su profundidad y por la elegancia del lenguaje. La impresión que el libro pretende dar es la de un autor objetivo (sobre todo científico), que se limita a ser testigo del devenir de las ideas políticas. En las 305 páginas del primer volumen y en las 405 páginas del segundo volumen se asiste a un apretado discurrir de las doctrinas políticas que originan la modernidad, limitándose Skinner a la sobria presentación de cada tratadista y al acotamiento de los puntos sustanciales de su pensamiento. El autor nos dice en la introducción que el objetivo del libro es presentar los principales textos desde el fin de la Edad Media hasta el comienzo de la época moderna para llegar a descubrir cómo se forma el concepto de Estado. Pero... ¡cuidado!... A mi juicio, esta declaración de principios, en vez de revelarnos el contenido del libro, sólo nos desvela el secreto de su estilo.

Según el autor, la vida política sienta los principales problemas para la teoría política, haciendo que un número determinado de cuestiones aparezca como problemático; y, en verdad, el autor quiere en todo momento llevar a nuestro ánimo la sensación de que no existe auténtica teoría política, sino sólo razones de oportunidad para justificar actitudes políticas. Sin embargo, a mi juicio, esta autopresentación de Skinner, como testigo de una realidad que se proclama empírica, no se corresponde con la realidad del libro, pues éste es mucho más que pura presentación de textos inconexos; y, desde luego, el autor concibe la ciencia política, en un sentido muy he-, geliano, como la idea de la política (o la política como idea). Los tratadistas y sus escritos se sitúan por Skinner en su contexto ideológico (religioso,Page 275 político y social) como parte del desarrollo de la idea, y asistimos a la directa relación entre teoría política y práctica política. Lejos, pues, el libro de ser simplemente un conjunto de textos acotados, fríos e inconexos.

A mi juicio, Skinner tiene una visión de la historia regida por la razón, en la que la teoría política es presentada como parte del desarrollo de las ideas. El autor nos desorienta cuando afirma recoger una sobria selección cronológica de textos políticos, pues el libro es en realidad una sucesión de textos políticos, cuidadosamente elegidos, como parte del devenir de las ideas...

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