Sistemas de gobierno: el presidencialismo

AutorDieter Nohle
Páginas129-155
vII
SISTEMAS DE GOBIERNO:
EL PRESIDENCIALISMO
La noción de sistema de gobierno (government) se entiende en general
como sinónimo de sistema político, aunque se reere sólo al ámbito ins-
titucional de este concepto más amplio. El sistema político, de acuerdo al
concepto de la política de tres dimensiones (en inglés polity, politics, po-
licy), abarca la totalidad de las instituciones políticas (estructuras), los pro-
cesos políticos y los contenidos de las decisiones políticas. En esta lección,
nos dedicaremos a los sistemas de gobierno, en especial al presidencia-
lismo y su reto en el análisis del desarrollo de la democracia en América
Latina por parte de otras opciones de sistemas de gobierno: el parlamen-
tarismo y el semipresidencialismo. Sin embargo, es cierto que los avances
en el estudio de los sistemas de gobierno se fundamentan sobre todo en el
desarrollo de la doctrina de los sistemas políticos, cuyo desarrollo será el
inmediato objeto de análisis.
I. SISTEMA POLÍTICO Y TEORÍA DE SISTEMAS
El concepto de sistema político fue desarrollado en la década de 1950
como delimitación respecto a los conceptos rectores de la doctrina clásica de
gobierno comparado, que se percibían como demasiado formalistas o lega-
listas, y marcó en el decenio posterior, a través del surgimiento de los aná-
lisis de estructuras y funciones del sistema político, el comienzo del análi-
sis comparativo de sistemas políticos, incluso los más distanciados espacial
y temporalmente.
1. La concepción general del sistema político queda bosquejada a tra-
vés de las delimitaciones frente a otros fenómenos y abstracciones, por
ejemplo, respecto al Estado y la Constitución. a) El sistema político es dis-
tinto al Estado porque éste es una categoría mucho más abstracta, conoce
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otras condiciones constitutivas (territorio, población, monopolio de la apli-
cación de la violencia física, etc.), está pensado para una (mayor) duración
y con él se relacionan cuestiones más amplias, respecto a los objetivos del
Estado y sus funciones (por ejemplo, versus el mercado), por tanto, respecto
a las relaciones de producción y de propiedad, o del sistema social (capi-
talismo versus socialismo). Por el contrario, el concepto de sistema político
está determinado más estrechamente, entre otras cosas respecto a las for-
mas de dominación, los tipos de régimen (democracia versus dictadura), ti-
pos de sistemas de gobierno (presidencialismo y parlamentarismo), relacio-
nes de poder (partidos, gobiernos, oposición), y formas de representación
social y política (participación política, pluralismo, corporativismo), todos
ellos fenómenos que están sometidos al cambio. b) De la Constitución, el
sistema político es distinto porque las instancias institucionales y las regu-
laciones de procedimientos que lleva a cabo dicho documento, que en la
mayor parte de los casos están puestas por escrito, son importantes para el
proceso político, pero no lo estructuran por completo ni lo captan en tér-
minos reales. El concepto de Constitución apunta a lo jurídico-normativo y
el concepto de sistema político a lo empírico, a la «Constitución viviente»
(Sternberger). El sistema político es distinto porque no solamente enfoca
las instituciones políticas, sino se consideran también las condiciones so-
ciológicas y los cambios del entorno social, así como al mismo tiempo las
relaciones interactivas de efectos recíprocos entre la estructura institucio-
nal y la sociedad. La idea de que en el sistema político se establece este tipo
de relación de dependencia recíproca del sistema de las instituciones y los
procesos político-sociales ha conducido hacia una precisión del concepto
de sistema político, como fue introducido por la teoría de sistemas.
2. En la concepción de la teoría de sistemas, el sistema político en tér-
minos generales es la parte del sistema social que se encarga de la pro-
ducción de decisiones colectivas obligatorias. El concepto de sistema im-
plica la noción de una unidad que tiende hacia el equilibrio, diferenciada
internamente en una gran variedad de elementos, papeles y procesos in-
terdependientes, que puede ser distinguida de un entorno social, cultural,
económico y físico, pero está vinculada con éste a través de procesos de in-
tercambio recíprocos.
David EA S T o N (1971; 1.ª ed., 1953) denió el sistema político como des-
tinatario de las demandas sociales y las prestaciones de apoyo (inputs), por
un lado, y como proveedor de decisiones y medidas obligatorias (outputs),
por otro. Las funciones de entrada y salida están vinculadas mutuamente
en un circuito regulatorio dinámico. Conectando con la teoría general de
sistemas de Talcott Parsons y la cibernética política de Karl W. Deutsch, el
modelo de Easton apunta hacia la cuestión de a través de qué procesos de
organización, diferenciación, comunicación y conducción es capaz un sis-
tema político de traducir las demandas sociales que surgen del lado de la
entrada en prestaciones de salida, las cuales a su vez aseguran el apoyo so-
cial al sistema político y con ello su persistencia. De acuerdo con Easton,
las condiciones de la estabilidad o la capacidad de adaptación de los siste-

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