Sindicalismo 'Gig' o la acci

AutorKöhler, Holm-Detlev

'Gig' unionism or collective action in the platform economy

Sumario. Introducción. Las relaciones laborales en la economía de las plataformas. Los recursos de poder sindical. Organización y acción colectiva. Conclusiones. Bibliografía.

Introducción

La pandemia del coronavirus ha lanzado a las empresas de plataformas como los grandes protagonistas del capitalismo digital. Apple, Microsoft, Amazon, Alphabet (Google), Facebook, Alibaba y Tencent aparecen como los grandes pioneros del nuevo capitalismo digital y los grandes ganadores de la crisis pandémica. Ya no compramos en tiendas, ya no comemos en restaurantes, ya no trabajamos en fábricas u oficinas, ya no comunicamos con personas de cara a cara, ya no trabajamos con compañeros bajo la supervisión de jefes de personal, y, por supuesto, ya no representa ningún sindicato nuestros intereses.

La economía de plataformas aparece como nuevo modelo de negocio en el centro del debate sobre la revolución digital. Según la Comisión Europea (2021a y b) 11% de los trabajadores en la UE han prestado servicios a través de plataformas y la tendencia es ascendente. Según estimaciones de la Comisión en 2021 unos 28 millones de personas trabajan para plataformas en la UE. Aunque el porcentaje de empleados que viven exclusivamente del trabajo de plataforma todavía es bajo aunque aumentando de forma sostenida (Urzi Brancati et al., 2020), su impacto sobre la organización del trabajo y de la relación laboral es cada vez más considerable.

Ya hace 20 años Charles Tilly (2001) presentó la empresa del siglo XXI como retorno al siglo XVII dejando atrás las organizaciones e infraestructuras regularizadas que habían caracterizado las empresas y los estados de los siglos XVIII al XX. Otros autores hablan de nuevas formas de colonización interna y externa del capitalismo con referencia al concepto de reproducción ampliada del capital de Rosa Luxemburgo (Luxemburgo, 1913; Köhler, 2021), de prácticas monopolistas de concentración del poder en el sentido de Fernand Braudel siempre presentes en el desarrollo capitalista (Peck y Phillips, 2021), de una nueva combinación de tecnología, ciencia e intervención estatal como factores determinantes de esta nueva lógica económica en referencia a la 'Gran Transformación' de Karl Polanyi (Grabher y König, 2020). Para Montalban et al. (2019), adoptando un enfoque de la Teoría de la Regulación, la economía de plataforma es una nueva forma de "dis-empowerment" del trabajo en una nueva fase del capitalismo financializado reintroduciendo el putting-out system 2.0 de la época de la proto-industrialización. Como antes de la producción industrial fabril los crowdworkers actuales trabajan como autónomos desde sus casas con sus propios medios de producción para un capitalista intermediario entre él y el consumidor cobrando por cada encargo individual de trabajo. Jean-Pierre Durand (2021) analiza a la economía de las plataformas como parte de un largo proceso de transformación antropológica hacia la fabricación de un hombre nuevo postfordista, disociado y dividido entre las grandes promesas de las nuevas tecnologías y los discursos de autonomía, por un lado, y la realidad de una organización heterónoma cada vez más totalitaria, por el otro. Lo que queda en evidencia de todos estos estudios es que la economía de las plataformas no nos lleva a una realidad nueva de un capitalismo desconocido sino que nos devuelve a prácticas capitalistas anteriores al capitalismo industrial desarrollado que habían sobrevivido en muchas economías en vías de desarrollo y ahora vuelven a entrar en los países más desarrollados (Vandaele, 2018; Daugareilh et al., 2019). "La economía gig puede ser considerada como el último escalón en el desarrollo de las formas atípicas de empleo" (Tassinari y Maccarrone, 2020: 36). El recorrido por las prácticas de acción colectiva nos va a indicar muchos elementos de un modelo de capitalismo temprano anterior a capitalismo organizado y regulado del siglo XX.

El artículo responde a la siguiente estructura. En primer lugar, se analiza las particularidades de las relaciones laborales en la economía de las plataformas. A continuación se presenta el marco analítico en forma del enfoque de los recursos de poder sindical. En un tercer apartado se examina las experiencias de acción colectiva en la economía de las plataformas para identificar sus dificultades y potencialidades para la organización sindical. En las conclusiones finales se presenta un resumen estructurado de las formas de acción colectiva encontradas en la economía de las plataformas y se reflexiona sobre el significado de este modelo de negocios más allá del sector para el futuro del capitalismo digital.

Las relaciones laborales en la economía de las plataformas

Las plataformas son infraestructuras digitales para la comercialización de una gran variedad de productos (Amazon), servicios (Uber, Deliveroo, Glovo), trabajo (Upwork), alojamiento (Airbnb), etc., pero Amazon no tiene fábricas, Uber no tiene coches, Deliveroo no tiene restaurantes, Airbnb no tiene pisos y Upwork no tiene trabajadores. Las plataformas coordinan demandas específicas de productos y servicios con proveedores individuales mediante la gestión algorítmica minimizando costes y riesgos. Para muchas empresas tradicionales con elevados gastos corrientes como hoteles o taxis la competencia de las plataformas significa una amenaza muy seria. "Las plataformas en red empujan el proceso de descentralización, creación de redes, subcontratación, y parcelación del trabajo en micro-tareas o 'gigs' hacia un nuevo límite en el que todo lo que queda de la empresa es una técnica para obtener beneficios" (Visser, 2019: 9). Las plataformas digitales transforman a los mercados de trabajo en mercados de tareas (gigs). Las relaciones de producción, como el propio empresario, quedan ocultadas detrás de un proceso de intermediación entre proveedores y consumidores dispersos e individualizados. Los dueños de las plataformas, sin embargo, son empresarios que ejercen un control exhaustivo sobre los medios de producción y sobre los trabajadores a través de la gestión algorítmica sin ser ni propietario ni empleador. El viejo sueño del capital de obtener ganancias sin asumir los riesgos de invertir en capital y mano de obra parece realidad. El proceso de acumulación de capital consiste principalmente en acumular cada vez más datos sobre los consumidores y proveedores de un mercado específico con el objetivo de alcanzar una posición de monopolio. Para plataformas como Google o Facebook estos datos se convierten directamente en mercancías e ingresos a través de su venta a empresas de marketing.

Para identificar las particularidades de las relaciones laborales en la economía de las plataformas conviene distinguir dos tipos de plataformas. Las plataformas de servicios localizados como Deliveroo, Cuideo o Uber ofrecen servicios específicos de transporte, cuidados, limpieza o reparto empleando trabajadores localizados, mientras que las plataformas globales de Internet como Amazon Mechanical Turk, Freelancer o Upwork brindan sus servicios a escala global y permiten que el trabajo se descomponga en muchas micro-tareas distribuidas por todo el mundo (crowdwork o trabajo en la nube). En el primer caso existen plantillas de trabajadores aunque su estatus formal suele ser de autónomos y no comparten ni espacios ni medios con sus compañeros. Los crowdworkers, en cambio, viven una relación laboral totalmente aislada y dependiente. Como vemos más en adelante, las plataformas de servicios localizados implican la posibilidad de una regulación e institucionalización laboral y de acciones colectivas mientras las plataformas globales escapan por completo de los poderes estatales y sindicales.

Con respecto al potencial de organización colectiva hay que diferenciar también entre distintos colectivos que trabajan en la economía de las plataformas. En el inicio eran artistas, músicos, actores y otros profesionales que no buscaban empleos estables sino 'gigs', contratos a corto plazo, y no tenían interés en una representación sindical más allá de asociaciones particulares para servicios específicos. A ellos se sumaron profesionales libres altamente cualificados con un poder de negociación individual elevado como los técnicos, diseñadores y otros freelancers del Silicon Valley. Estos colectivos viven a gran distancia del mundo sindical y su actitud hacia la organización colectiva queda mejor representado por asociaciones de trabajadores autónomos, son "trabajadores individuales" (Durand, 2021: 298-317).

Este grupo de artistas y profesionales cualificados contrasta con las nuevas masas de trabajadores precarios de baja cualificación cuyo crecimiento ha sido exponencial durante los últimos años. Muchos de los riders, mensajeros, conductores, trabajadoras de limpieza y cuidado, etc., consideran este trabajo como transitorio o complementario, se encuentran en una situación de desempleo, inmigración, estudiante o ama de casa y ven en el trabajo de plataforma la posibilidad de ganar dinero de manera rápida y fácil. Aunque apenas conocen a sus compañeros ni a sus empleadores y tampoco tienen una proyección a largo plazo en este empleo sí comparten una serie de problemas comunes y, por lo tanto, un potencial para la organización colectiva. Sus precarias condiciones laborales, sin embargo, hacen una representación y organización colectiva muy difícil (UGT, 2019; ILO, 2018; Perera et al., 2020; Urzi Brancati et al., 2020):

  1. No tienen ni voz ni influencia en el contenido del contrato impuesto por el empleador.

  2. Son siempre y fácilmente sustituibles a través de la suspensión unilateral del contrato o la simple suspensión de trabajo.

  3. El empleador determina todas las condiciones de trabajo, el precio, el tiempo y la forma de entrega o realización del servicio sin negociación ni consulta.

  4. El empleador tiene una amplia gama de trabajadores a su disposición, trabajadores sin...

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