El sexismo en la fraseología española: otras locuciones de mujer

AutorHéctor Leví Caballero Artigas
Páginas421-440
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El sexismo en la fraseología española:
otras locuciones de mujer
Héctor LeCaballero Artigas
Universidad Pablo de Olavide
hlcabart@upo.es
Resumen
Como ya se ha podido comprobar a través estudios previos, las nociones sexistas también están
presentes en la fraseología española. Con este estudio pretendemos analizar todas y cada una de
las locuciones que hagan referencia al colectivo femenino, de manera más o menos negativa, y
que, sin duda, reflejan cierta misoginia. De esta forma, se examinará la imagen de la mujer que se
refleja a través de la fraseología española comparando diferentes diccionarios.
Palabras clave
Fraseología, mujer, unidad fraseológica, diccionario.
Héctor Leví Caballero Artigas
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1. Introducción
En alguna ocasión se ha indicado que el lenguaje es «el reflejo de la cultura
de una sociedad de un momento y lugar determinado» (Caballero Artigas, 2019: 91);
y es que, sin lugar a duda, toda lengua lleva consigo un componente cultural que la
hace única. A pesar de que, por ejemplo, el español y el francés procedan de raíces
comunes, cada idioma tiene sus valores propios que están construidos sobre una
base social y esto se evidencia también en la forma de hablar. Un claro ejemplo sería
el sustantivo «manada» (‘conjunto de ciertos animales de una misma especie que
andan reunidos’ [Diccionario de la Lengua Española
1
]) que, no lejos de su definición
original, ha adoptado un sentido despectivo como consecuencia del valor que la
comunidad de hablantes le ha otorgado
2
.
Ahora bien, si partimos de la base de que la lengua es el reflejo de una cultura,
esto no significa que sea una relación de subordinación, es decir, ni la lengua
depende exclusivamente de la cultura, ni esta está supeditada a la lengua; no
podemos caer en el error de vincular una lengua a una ideología, pues, aunque la
lengua moldee el pensamiento, no se adhiere directamente a una forma de pensar
(Martínez García, 2008: 34), ya que el uso del lenguaje es completamente autónomo.
Por ejemplo, el hecho de que, a nivel pragmático, una expresión corresponda a un
registro que pueda calificarse como coloquial y otra sea de otro más formal procede
del valor y el uso que se le dé, no porque la lengua esté condicionada por la realidad
social que la emplea. Por lo tanto, si pudiésemos definir el vínculo que se establece
entre cultura y lengua, aunque la lengua tiende a representar esa realidad social,
1
De ahora en adelante, DLE.
2
Este matiz aún no aparece reflejado en el diccionario de la Real Academia. A este respecto,
Martínez García (2008: 33) indica que «el léxico conserva en l as palabras fragmentos de la rea lidad
social en que se originaron, o del momento en que sufrieron algún cambio de sentido».

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