Un sentido de la enfermedad

AutorJuan Llor Baños
CargoHospital de León. Correo contacto: juan.llor.b@gmail.com
Páginas523-524

Page 523

Introducción

Cabe considerar la enfermedad desde una perspectiva global evitando en lo posible la visión reduccionista. Una visión parcial de la enfermedad deforma la realidad y acarrea indudablemente desconcierto y perplejidad sobreañadida en el hombre que la padece. Quizás la vía racional no sea la más optima para obtener una explicación cabal a esa tensión entre enfermedad y el ansia de vida que existe en el hombre, no porque la vía racional no de respuestas adecuadas sino por ser insuficiente para abarcar todo lo que significa el enfermar en el ser humano.

Material y métodos

Vamos a considerar el estado de salud y el de enfermedad bajo una serie de premisas. En el estado de salud cabe considerar: a) que la salud es un bien, y como tal conviene apreciarlo y custodiarlo; b) que es un bien no conseguible por el esfuerzo del hombre y, por lo tanto, gratuito, y c) que es temporal, dada la condición de natural fragilidad del hombre, éste está llamado a enfermar. Cuando deviene la enfermedad el individuo experimenta que: a) su existencia sufre un nuevo e inesperado acontecer, más o menos repentino, y b) que afecta también a su mundo de relación con los demás.

Resultados

En la enfermedad tiene cabida también la lectura de aspectos positivos, pues: 1) el paciente puede madurar como persona, 2) a través de la enfermedad se pueden adquirir hábitos que enriquezcan la calidad humana, y 3) la enfermedad tiene la potencialidad de convertirse paradójicamente en «medicina» que permita alcanzar una mayor cota de realización humana, a través de un desprendimiento que hace más genuino el actuar del hombre.

Discusión

La enfermedad, no imprudentemente provocada, no supone ninguna «injusticia» pues es únicamente la pérdida de la salud, bien gratuito que se posee sin merito alguno. La salud no forma parte de la esencia del hombre, es un accidente. El hombre sigue siendo igualmente Page 524 persona y esencialmente con la misma dignidad tanto en estado de enfermedad como de salud. Cuando la salud se concibe como un bien del que podemos ser desposeído sin menoscabar la dignidad de hombre, nos estamos aproximando a dar una respuesta cargada de sentido a la enfermedad. Esa respuesta ya empieza a fraguarse cuando de forma ordinaria y cotidiana se acepta que se puede perder la salud sin detrimento de la dignidad.

Conclusiones

1) La enfermedad...

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