Salas Almela, Luís. Medina Sidonia. El poder de la aristocracia. 1580-1670, Marcial Pons-Centro de Estudios Andaluces, Madrid, 2008, 515 pp.

AutorDionisio Perona Tomás
Páginas955-962

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Importantes y destacados historiadores han estudiado la nobleza, y de forma particularizada algunas de las más destacadas Casas de la aristocracia española, baste recordar los trabajos de: suárez Fernández1, domínguez ortiz2, Guillarte3, atienza4, carrasco Martínez5, García hernán6 o calderón ortega7. A este selecto grupo viene a unirse el profesor salas almela con esta monografía y su peculiar metodológica. Y con todo merecimiento. No es pequeño reto, más bien todo lo contrario, estudiar la casa de Medina sidonia en el período que nos propone este investigador; concretamente, de 1580 hasta 1670, o lo que es igual, el tiempo que va de d. Alonso pérez de Guzmán, VII duque, hasta d. Gaspar Juan pérez de Guzmán, X duque, aunque, en realidad, la etapa final corresponde a d. Gaspar alonso pérez de Guzmán, IX duque de Medina sidonia. No es pequeño reto, como ya se ha señalado, porque estudia los momentos de mayor esplendor de esta Casa, entonces la más rica de la nobleza castellana, y los de su declinación, al menos en el siglo XVII, causada, junto a las dificultades comunes a toda una sociedad, por la aventura del IX duque. Vamos, vemos y pasamos desde los

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tiempos de pujanza y brillantez a los de desgracia, deshonor y desdicha en las páginas de este libro.

Esta obra, como en muchas otras ocasiones, es el fruto maduro de una previa tesis doctoral. Pero el autor se nos presenta ya con un importante bagaje editorial. Buena prueba es otra monografía relacionada con la que nos ocupa (Colaboración y conflicto. La capitanía general del Mar Océano y Costas de Andalucía, 1588-1660. Córdoba, 2002) y un puñado de artículos, que no enumero para no agotar al lector. En definitiva, un joven historiador con una sólida y brillante obra y un más que prometedor futuro. El investigador nos propone un modelo alternativo para el análisis de la aristocracia castellana capaz de «arrojar luz no sólo sobre la nobleza castellana, sino, en general, sobre las élites sociales del antiguo régimen europeo» (p. 14). Para ello precisa un horizonte amplio que abarque los diversos componentes de la influencia social del estamento. Centra su estudio en el concepto de poder y «la referencia básica del poder nobiliario en castilla es el concepto de Casa señorial, entidad social y cultural que debe ser entendida como suma de instituciones, tradiciones y ámbitos de integración familiar» (p. 14). Salas almela apunta que el elemento más marginado de los estudios sobre la nobleza es la política; su propuesta consiste en convertir el componente político en el argumento para replantear el poder de la nobleza. Esto no es óbice para prestar atención a los aspectos normativo o jurisdiccional, económico o fiscal, y simbólico.

Siguiendo estos planteamientos, el libro está estructurado en dos partes. En la primera («las bases de un poder señorial»), el autor analiza las tres «manifestaciones clásicas del poder en el señorío» de los pérez de Guzmán: el poder jurisdiccional, el simbólico y el fiscal que se corresponde a los cuatro primeros capítulos («1. Avatares de una herencia», «2. La corte ducal de sanlúcar», «3. Las Jurisdicciones», «4. Fiscalidad señorial y riqueza: las rentas»). La segunda parte («el poder ejercido») esta dedicada al poder político de los Medina sidonia, siguiendo la «evolución del sistema en su conjunto», porque «si algo caracteriza la política es su condición de elemento interdependiente respecto a las demás manifestaciones del poder. Es decir, la jurisdicción y la riqueza no aparecen en este trabajo tan sólo como precondiciones estructurales de la acción política, sino como componentes de una forma peculiar de la relación social asimétrica que denominamos poder, en la cual la aspiración a la legitimidad constituye su cuarto componente» (p. 21), corresponde a los capítulos: «5. El reinado del duque don alonso: 1570-1615»; «6. Consolidación señorial y fortalecimiento regio: don Manuel alonso»; «7. El IX duque (1636-1641)»; «8. La conjura»; «9. Los años de dis- favor (1648-1657)»; «10. La estrategia cortesana (1658-1664)»; y «epílogo. En Madrid desde andalucía (1664-1670)». El libro tiene también un breve apéndice genealógico de la casa en el período de estudio; una detallada bibliografía y un triple índice onomástico, toponímico y temático muy laborioso y de gran utilidad.

El capítulo 1 «avatares de una herencia» (pp. 29-52) comienza con una definición de casa señorial. Describe el estado de los duques de Medina sidonia a principios del siglo XVI como un espacio de 6.000 Km2 con unas 40.000 almas; situado en buena medida en la costa, entre la desembocadura del Guadiana y el estrecho de Gibraltar. A este núcleo se fueron incorporando territorios gracias a una acertada política de matrimonios, permutas, donaciones o compras; destacando el interés de los titulares iniciales por concentrar el señorío. Establece el autor cinco grandes áreas, en las que ha seleccionado una localidad de cada una de esas zonas para presentarlas como ejemplo de la diversidad de este señorío a lo largo de su estudio («villas de la costa» con huelva; condado de niebla; «la Frontera» de cádiz, con Medina sidonia como cabeza; zona de Jimena de la Frontera; y sanlúcar de Barrameda). Esta división le sirve también para un breve estudio demográfico y señalar la actividad económica de cada zona. Finaliza uti-

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lizando dos antiguas crónicas para reseñar la simbología que en ellas podían encontrar los duques para justificar su poder y posición, al tiempo que le sirven para analizar el desarrollo del ducado durante el período previo al que es su objeto de estudio strictu sensu.

En el capítulo 2 «la corte ducal de sanlúcar» (pp. 53-103) el autor destaca la corte señorial como centro de poder, frente a una historiografía tradicional centrada en la corte regia que apenas se ha interesado por las nobiliarias. Salas desarrolla su análisis en tres aspectos: la corte de los pérez de Guzmán como difusora de un lenguaje de poder; la actividad religiosa amparada por los duques para legitimar su poder; y, por último, la composición y funciones de gobierno de las instituciones cortesanas para la administración del ducado.

Ese «lenguaje de poder», para resaltar la opinión, la fama y el honor, queda plasmado en la fiesta, los grandes fastos ceremoniales, ejemplificados tanto en funerales como en matrimonios o visitas reales. La actividad religiosa y protectora de los duques es un ejemplo del patronazgo que la alta nobleza castellana ejerció sobre la iglesia, desviando en ella parte de sus rentas, quizás como compensación de las que percibían de las tercias y...

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