Los rhétores causídicos de la hélade

AutorModesto Barcia Lago
Cargo del AutorDoctor en Derecho, Licenciado en Filosofía y en Ciencias Políticas
Páginas91-182

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El capítulo anterior pretende situarnos en la perspectiva adecuada para comprender el acervo helénico en nuestra parcela, pues, como acertadamente ha enfatizado FARRINGTON, "la investigación seria ha reconocido la justeza del punto de vista griego, de que su propia civilización fue continuación de las más antiguas de Mesopotamia y Egipto"116.

En el ámbito de la Hélade, en efecto, donde van a confluir las viejas tradiciones orientales, se perfila ya con trazos reconocibles la figura profesional del defensor de intereses de terceros, si bien aún no cabe encontrar propiamente institucionalizado un oficio jurídico del patrocinio de causas, que, como tal profesión, sólo adquiriría carta de naturaleza en Roma, donde, junto a la labor de la jurisprudencia, la retórica griega, como ars persuadendi, se impondrá con fuerza desde el siglo II a.c. a la sombra de un movimiento cultural helenístico que eclosionara en el entorno de la potente y expansiva República latina del Mediterráneo occidental a mediados del siglo anterior.

En puridad, como ha señalado D´AGOSTINO, "agli occhi dello studioso del nostro tempo, la cultura greca possiede, tra i suoi presosoché infiniti titoli di merito, quello di avere creato il senso del diritto: non nella prospettiva altissima, ma pur sempre pragamatica quale fu propria ed exclusiva dei romani, ma in quella certamente meno operativa, ma indubbiamente piú significativa filosoficamente della fede Page 92 nella gistizia"117, y ciertamente, como ha estudiado con rigor y apasionada erudición Werner JAEGER118, el genio filosófico helénico reflexionó, desde sus orígenes en el pensamiento mítico que hunde sus raíces en el antiguo entramado cultural del Creciente fértil, sobre un concepto de la Justicia entendida como dimensión ontológica de lo humano, que, en cierto modo de forma paradójica, estará en la base de todos los desarrollos de la sofística y específicamente en el cultivo de la teoría y práctica de la oratoria forense que brilló en los Dikasterios.

Bien se resalta ya en el canto XVIII de "La Ilíada" al describir la ciudad, la Polis, en la paz, mostrando el desarrollo de un juicio en la época arcaica:

Los hombres estaban reunidos en el foro, pues se había suscitado una contienda entre dos varones acerca de la multa que debía pagarse por un homicidio: el uno, declarando ante el pueblo, afirmaba que ya la tenía satisfecha; el otro negaba haberla recibido, y ambos deseaban terminar el pleito presentando testigos. El pueblo se hallaba dividido en dos bandos que aplaudían sucesivamente a cada litigante; los heraldos aquietaban a la muchedumbre, y a los ancianos, sentados sobre pulimentadas piedras en sagrado círculo, tenían en las manos los cetros de los heraldos, de voz potente, y levantándose uno tras otro publicaban el juicio que habían formado. En el centro estaban los dos talentos de oro que debían darse al que mejor demostrara la justicia de su causa119.

También se proclama con especial fuerza esa íntima vinculación en el episodio de la rapsodia IX de "La Odisea", que muestra a Ulises en su Page 93 confrontación con el monstruoso Cíclope, desconocedor de los sagrados deberes de hospitalidad y por ello carente de verdadera condición humana, expresa en su misma deformidad física, y por ello acreedor del castigo que la divinidad le inflingió por mano de Odysseo:

¡Cíclope! No debías emplear tu gran fuerza para comerte en la honda gruta a los amigos de un varón indefenso. Las consecuencias de tus malas acciones habían de alcanzarte, ¡oh cruel!, ya que no temiste devorar tus huéspedes en tu misma morada: por esto Zeus y los demás dioses te han castigado120.

En este sentido, ha observado CONFORD, que, además de las nociones de Dios y Espíritu, la temprana filosofía heredará de la religión la concepción rectora de un cierto orden de la naturaleza, recordado variadamente como dominio del Destino, de la Justicia, o de la Ley; aspectos que pueden rastrearse en las concepciones babilónicas de la Justicia expresadas en el concepto de kittu(m) u misharum, o en la egipcia del Ma´at a las que nos tenemos referido supra. Y así, comenta:

It will soon appear that the reign of Necessity is also and equally a moral rule, a Kingdom of Justice121.

En efecto, en el crepúsculo matutino de la filosofía, Hesíodo expresa el concepto retributivo que KELSEN habría de colocar en el centro de su especulación jurídica y entendió el Derecho como elemento característico distintivo de la vida humana, cual demuestra en su poética admonición fustigadora de la malévola conducta de su hermano:

¡Oh Perses! Grábate tú ésto en el corazón; escucha ahora la voz de la justicia y olvídate por completo de violencia. Pues esta ley impuso a los hombres el Cronión: a los peces, fieras y Page 94 aves voladoras, comerse los unos a los otros, ya que no existe justicia entre ellos; a los hombres, en cambio, les dio la justicia que es mucho mejor. Y así, si alguien quiere proclamar lo justo a conciencia, a él le concede prosperidad Zeus de amplia mirada; mas el que con sus testimonios perjura voluntariamente y con ultraje de la justicia causa algún daño irreparable, de éste queda luego una estirpe cada vez más oscura, en tanto se hace mejor la descendencia del varón de recto juramento122.

Y personifica en una deidad específica, Dike, nacida del connubio de Zeus con themis según expresa en la "Teogonía", la exigencia del comportamiento correcto:

Y he aquí que existe una virgen, Dike, hija de Zeus, digna y respetable para los dioses que habitan el Olimpo; y siempre que alguien la ultraja injuriándola arbitrariamente, sentándose al punto junto a su padre Zeus Cronión, proclama a voces el propósito de los hombres injustos para que el pueblo pague la loca presunción de los reyes que, tramando mezquindades, desvían en mal sentido sus veredictos con retorcidos parlamentos123.

Tiene razón por eso JAEGER cuando glosa al poeta calificándolo con todo merecimiento de "profeta del Derecho", porque la idea del Derecho era para él "la raíz de la cual ha de surgir una sociedad mejor", y si bien "la identificación de la voluntad divina de Zeus con la idea del Derecho y la creación de una nueva figura divina, Dike, tan íntimamente vinculada con Zeus, el dios más alto, son la consecuencia inmediata de la fuerza religiosa y la severidad moral con que sintieron la exigencia de protección del Derecho la clase campesina naciente y los habitantes de la ciudad", manteniéndose, por ello, Hesíodo dentro de la etapa del pensamiento mítico, es cierto, no obstante, que con él "empieza el dominio y el gobierno del espíritu que presta su sello al mundo griego"124, hasta el punto de que Page 95 VERDROSS pudo ver en él al "infatigable heraldo del Derecho", emparentado con los profetas del Antiguo Testamento e incluso con Salomón, aunque no tuviesen relación espiritual alguna125, y le considere el auténtico padre de la filosofía jurídica europea, resaltando a este respecto que "la idea de un orden jurídico universal resplandece ya en Hesíodo, fundador de la filosofía jurídica occidental, que delimitó el Derecho en cuanto orden humano general frente al orden de la naturaleza irracional"126.

La fe religiosa del bardo de Beocia se expresa también en Solón, pero, al decir asímismo de JAEGER, no ya como una profecía, sino como una "experiencia común de la vida humana", de manera que para el gran legislador ateniense "su Justicia informa el organismo político desde dentro; es un principio inherente al propio orden social" y, en definitiva, "hay en la concepción solónica de la Justicia la nueva conciencia de una conexión necesaria de causa y efecto entre fenómenos sociales, que corresponde a la causalidad en los fenómenos cósmicos, que en tiempos de Solón descubrieron los filósofos jónicos de la naturaleza"127. Es por eso -continúa el autor- que "si la dike de Solón es el orden que sustenta el mundo humano, la dike de Anaximandro es el orden eterno que rige el universo"128; de tal manera que, explica en su magnum opus, la concepción anaximandrea parece anunciar "la prodigiosa idea de una legalidad universal de la naturaleza"129, des-Page 96tacando, por su parte CONFORD que "what specially strikes us in Anaximander´s statement is that the secular process of birth and perishing is described in moral language"130, y así vendría a confirmarlo NIETZCHE, viendo en Anaximandro el primer griego que abordó, con mano audaz, la entraña del profundísimo problema ético131.

La inflexión en el enfoque de los diferentes modos de interrelación en los dominios de la naturaleza y de la sociedad, tenía, por fuerza, que reflejarse en el lenguaje, y no se había de escapar a la atención de los más finos pensadores y juristas. Como aduce CASSIRER, "el logos se convierte para Heráclito en conductor del universo"; pero ya aquí las resonancias míticas suenan de otra manera, pues "la idea fundamental filosófico-especulativa de la legalidad unitaria e inviolable del universo se contrapone por primera vez con absoluta conciencia y claridad a la visión mítica del acaecer universal"; el mundo está sujeto a regla y el de Éfeso sentenciará que "el Sol no sobrepasará su medidas, pues, si no, las Erinias, servidoras de la Justicia, sabrán atraparlo"132. Es la misma tesis de Anaximandro que, además del anuncio de aquella legalidad cósmica, viene a recordarnos con su justicia del mundo, según refiere JAEGER, "que el concepto griego de causa (aitía), fundamental para el nuevo pensamiento, coincidía originariamente con el concepto de culpa y fue transportado de la imputabilidad jurídica a la causalidad física". El helenista considera que "este tránsito espiritual se halla en conexión con la...

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