Revoluciones

AutorNicolás Redondo Terreros
CargoAnalista Político y Ex Secretario General del Partido Socialista
Páginas25-28

Page 25

Existen palabras proteicas, con capacidad para decir lo que cada cual quiera decir. Democracia, Libertad o Solidaridad son algunas de ellas, cada uno de nosotros las podemos utilizar casi sin límites para decir una cosa y también la contraria. Revolución también entraría en ese grupo de palabras con vocación inflacionista. Podemos hablar de revolución cuando hablamos de cambios políticos, económicos o sociales; también cuando aparecen nuevas costumbres o nuevos hábitos que pueden ser de más o menos amplitud. Sin embargo, solemos considerar muy correcto y apropiado este concepto cuando nos referimos a cambios políticos radicales y limitados a un tiempo concreto, generalmente breve si empleamos una perspectiva histórica. La Revolución francesa o la Revolución rusa son dos buenos ejemplos. En las revoluciones, en el sentido clásico del término, el ambiente se electrifica y cambia nuestra impresión sobre el tiempo; lo que ayer nos parecía lejano, imposible y utópico, aparece como posible, accesible…el futuro se conjuga en presente y el pasado no solo es pasado, deja de existir. Como dice Barzun: "se multiplican los debates enconados... la gente común aprende palabras y significados nuevos, olvidan sus intereses habituales porque un solo tema impera: la idea de la Revolución”.

Fueron periodos, el francés y el ruso, de cambios y transformaciones que sus propios protagonistas ni imaginaban hasta donde podían llegar o lo qué influirían en su vida y en la de futuras generaciones. Hoy no son pocos, aún con el debate crítico provocado por historiadores franceses sobre el periodo revolucionario, los que se sienten herederos de aquellos meses en los que la esperanza se mezcló con la sangre, los derechos con el terror, los grandes hitos de la historia -libertad , igualdad y fraternidad- con encarcelamientos y asesinatos. Son menos los que haciendo un paréntesis histórico imposible se erigen en los herederos de la Revolución rusa -se obligan a buscar atenuantes a lo que sucedió después de aquella revolución que no sólo contradicen la historia, como decía anteriormente, también salen de los parámetros de la razón para justificarse-. ¡Bien, así son las grandes revoluciones! Pero yo hoy hablaré de otras más silenciosas, menos definidas, sin tiempo fijo y que sin embargo han cambiado más radicalmente las sociedades occidentales.

Podemos pensar en tres grandes revoluciones que han hecho del mundo lo que hoy es. Entre los siglos IV y V ac. en Atenas aparecieron un sinfín de artistas, científicos y filósofos. Hoy es el día que seguimos nutriéndonos de aquellos hombres que iluminaron no sólo esta ciudad sino en siglos posteriores a todo Occidente.

Popper con mucha elegancia y gran brillantez, nos hace ver como aquella pléyade de precursores de todas las actividades humanas coincidió con la aparición de un primitivo mercado del libro; dice el intelectual alemán: "Cicerón en un informe asegura que es a Pisístrato a quien hay que agradecer la copia de las epopeyas homéricas... Quizás fue -sí, probablemente- él mismo el primer editor de Homero, quien introdujo el material de escribir -papiros de Egipto- y compró muchos esclavos para reproducir el texto de Homero… otros, comerciantes, siguieron su camino... Se sintieron atraídos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR