Retos de la participación cívica en Londres

AutorMiranda Lewis
Cargo del AutorInvestigador Asociado, IPPR (Londres)
Páginas231-252
Introducción

Esta ponencia esboza el trabajo del Institute for Public Policy Research (ippr) sobre participación cívica y gobernanza urbana. En concreto, está en deuda con el trabajo llevado a cabo por la Comisión sobre Ciudadanía Activa (Comisión on Active Citizenship), y los comentarios realizados por los miembros del ippr Max Nathan, Ben Rogers y Laura Edwards.

La ponencia define participación cívica como la intervención en la toma de decisiones y disfrute del poder para la rendición de cuentas. Su tesis central es que la singularidad de la demografía de Londres, su sistema de gobernanza y su papel como capital sobredimensionan tanto los retos como las oportunidades de la participación cívica en el resto del Reino Unido. Ésta tesis se realizará mediante la descripción del contexto general de la participación cívica en el Reino Unido, y posteriormente se analizarán los retos y escenarios en Londres. También examina dos ejemplos para ilustrar cómo la participación cívica puede actuar como fuerza para la renovación en Londres.

1. Participación cívica en Gran Bretaña

La participación cívica en Gran Bretaña se describe tanto como un fenómeno en crisis, como que goza de buena salud, pero que se toma poco Page 231 en consideración (Rogers 2004). La presente ponencia argumenta que el estado de la participación ciudadana está en medio de ambos extremos. Existen razones para la preocupación, sin embargo la historia no es simplemente la existencia de apatía en el voto y un incremento del individualismo. Muchas personas están dispuestos a participar, pero no tienen el apoyo necesario para hacerlo de manera efectiva. Otros están interesados en participar pero carecen del tiempo necesario. Ésta ponencia se centrará en las dimensiones relacionadas con el poder y la participación cívica tales como el voto, participación en consejos públicos, o participación en consultas locales, y no en actividades como el voluntariado u otras como ser buen vecino. Es en esos niveles más formales de compromiso donde ha habido cambios tanto en los niveles como en los tipos de participación (Rogers 2004). La ponencia no distingue enormemente entre los diferentes niveles de participación ya que la atención se centra en el contexto más general de compromiso cívico, tampoco en las diferencias entre tipos de compromiso.

1.1. Formas tradicionales de participación cívica y la política de tema único

El reino Unido está experimentando un declive en los medios tradicionales de participación cívica tales como el voto, pertenencia a partidos políticos y sindicatos. Con un 59%, la participación en las elecciones generales del 2001 fue la más baja desde las de la postguerra celebradas en 1918, y la segunda más baja de la Unión Europea. La pertenencia a partidos políticos ha bajado significativamente y los votantes son también generalmente menos cercanos a los partidos políticos en comparación a lo que solían estar. En 1964 el 44 por ciento de los votantes decían que era ?muy fuerte' su identificación con los partidos. Esto ha bajado al 14% en el 2001 (Whiteley 2003). Hubo también un 20 por ciento de bajada en personas que se identificaban como de extrema izquierda o derecha entre 1986 y 2002 (Curtice y Seyd 2003). Los afiliados de los partidos ahora emplean mucho menos tiempo en sus actividades que en el pasado. En 1989, el 10 por ciento de los afiliados del partido Laborista empleaban 10 horas al mes en las actividades del partido -en 1999 esto ha bajado a un tres por ciento (Seyd y Whiteley 2992). El dibujo es similar para los tres principales partidos políticos Británicos. La afiliación a los sindicatos ofrece una tendencia similar, con un tercio menos de miembros en 2001 que en 1983 (Rogers 2004). Ésta declive paulatino en la participación a través de la afilia-Page 232ción se puede también ver en la reducción de los niveles de compromiso de una tercera categoría de organizaciones cívicas como los club de veteranos, las iglesias, los Scouts y los club Rotario (Rogers 2004).

Estas organizaciones de masas han representado tradicionalmente los medios primarios de compromiso con el estado para muchas personas. El declive en la afiliación de éstas organizaciones ha ido parejo con el aumento por el interés sobre las políticas de tema único, como evidencia el número considerable de personas miembros de organizaciones como Amnistía o Greenpeace, o que toman parte en manifestaciones en las calles. Un 10 por ciento más de personas dicen que irían a una manifestación en el 2002 que en 1983, mientras que un 8 por ciento más firmarían una petición (Curtice y Seyd 2003). La suma de los afiliados de Greenpeace y Amigos de la Tierra es ahora mayor que la de todos los partidos juntos. Sin embargo, éstas organizaciones no se relacionan necesariamente de las misma manera con sus miembros que los partidos políticos o sindicatos, buscando los más privados del derecho al voto; hay generalmente mucho menos espacio y tiempo para el dialogo y la discusión, y los miembros no pueden necesariamente influenciar las estructuras de poder de la organización de la misma forma (Rogers 2004). En términos del apoyo y experiencia que reciben las personas involucradas, éstas organizaciones son muy diferentes a los sindicatos o los partidos políticos y no pueden ser vistas como simples sustituciones.

1.2. Niveles de confianza y conocimiento sobre las instituciones políticas y su declive

Gran Bretaña está experimentado también un llamativo y rápido declive en los niveles de confianza de los sistemas e instituciones políticas, con sólo un 18 por ciento de votantes que dicen que ellos confían en los políticos. En contraste, un 82 por ciento confía en el ejército Británico (MORI 2003). Éste declive es aparente en la mayoría de las democracias Europeas, pero es más marcado en el Reino Unido (Strategy Unit). Solamente el 30 por ciento de los votantes Británicos dijeron que estaban satisfechos con la democracia Británica en 2001 -bajando desde el 45 por ciento de 1995- (Dixon y Paxton 2004) y un 60 por ciento dicen también que creen que el sistema de gobierno de Gran Bretaña podría mejorar mucho o en una gran proporción (Curtice y Seyd 2003). La gente tiende a ser de cada vez más desconfiada y cínica sobre reivindicaciones del gobierno; Page 233 por ejemplo, en 2001solo un 15 por ciento de la gente pensaba que el gobierno había introducido un procedimiento rápido de pena para aquellos que cometieran ofensas reiteradas, a pesar que decía que lo había hecho, con un 62 por ciento que no se lo creían (MORI 2001). Éste cambio no ha sido un declive continuo, ya que el ciclo electoral va en correlación con altos y bajos de confianza democrática, pero esa es una tendencia general a la baja.

Hay también una considerable falta de conocimiento sobre sistemas políticos y representación entre los Británicos, con alrededor de un 60 por ciento del electorado que dice que el sistema político es tan complicado que lo encuentran difícil de entender (Curtice y Seyd 2003). La gente se siente también de manera paulatina desenganchada de los procesos políticos, y se inclina menos a creer que son capaces de influenciar el sistema. Por ejemplo, el 56 por ciento del electorado Británico piensa que no pueden hacer nada en los que hace el gobierno (Dixon y Pastón 2004).

1.3. La gente quiere participar

Todos éstos factores significan que la participación cívica en Gran Bretaña puede ser desigual e infectiva. A pesar de ello, hay optimismo. Mucha gente dice que desean estar más comprometidos en la toma de decisiones de lo que actualmente están; el reto es cómo apoyarles y asegurar que todas las secciones de la comunidad son capaces de participar. En palabras del Grupo de Trabajo del ippr sobre Ciudadanía Activa, somos una nación de ?ciudadanos aislados' (?lonely citizens') que necesitan apoyo y ánimo para participar en nuestra vida cívica (Rogers 2004).

En contraste con los votantes apáticos que descritos frecuentemente en los medios de comunicación, muchas personas sienten que les gustaría estar más involucrados en la vida cívica. Por ejemplo, una encuesta de 1999 se encontró que un 55 por ciento de encuestados estarían interesados en involucrarse más en la toma de decisiones de su localidad, (Bromley 1999) y tres cuartos de la población Británica dice que están deseando participar en un jurado (Whiteley y Seyd 2003). Recientes encuestas muestran que más del 66 por ciento de los encuestados creen que los votantes deberían tener una ?cantidad adecuada' o una ?gran proporción de poder' en las elecciones, pero más del 75 por ciento creen que en realidad tienen ?poca' o ?ninguna' (Curtice y Seyd 2003). Sin embargo, es importante destacar que existen limitaciones de tiempo e intereses por parte de la gente - Page 234 incluso aquellos que dicen que quisieran participar quizás encuentran que la propia complejidad de la vida se lo impide.

1.4. La clase social se correlaciona fuertemente con los niveles de participación

El aumento en la política de tema único no implica necesariamente un declive correspondiente en la democracia representativa. La gente que está involucrada en grupos de presión tienden a ser más proclives al voto (Doherty 2003). A diferencia que en otros países, la participación electoral no se ve particularmente afectada por la clase social en Gran Bretaña. En las elecciones generales de 2001, un 77 por ciento de gente con carrera votó, comparado con 72 por ciento de aquellos no tenían ninguna cualificación (Curtice y Seud 2003). Sin embargo, la participación cívica de corte no electoral tal como atender a manifestaciones o ser director de escuela está íntimamente relacionada con la clase social. Es mucho más baja entre la gente sin carrera que con ella (Curtice y Seyd 3002). Los grupos con más...

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