Reseña del libro «El mundo a través de sus cárceles», de Fernando Gómez

AutorCarlos García Valdés
CargoCatedrático Emérito de Derecho Penal
Páginas887-888
ADPCP, VOL. LXXIV, 2021
Bibliografía 887
G, Fernando: El mundo a través de sus cárceles.
Luciérnaga. Barcelona, 2020, 269 páginas.
El galardonado escritor Fernando Gómez nos presenta un libro cierta-
mente original e interesante, por lo que alcanzo a ver, de no muy amplia
difusión publicitaria. Se trata de su recorrido por unas cuantas prisiones his-
tóricas, ya desafectadas, que formaron parte de la geografía penitenciaria de
diversos continentes durante mucho tiempo y que conformaron el destino de
una cantidad importante de reclusos que allí descontaron condena. Veinti-
cinco establecimientos penitenciarios (en los correspondientes capítulos y un
epílogo) son mencionados por el autor en su largo viaje, inspeccionándolos y
deteniéndose en sus características esenciales. Todas son conocidas, unas
más que otras, y todas dejaron su impronta en lo relativo al dolor personal de
sus inquilinos y a la deshumanización que procuraron en sus vidas. No única-
mente el rigor estaba presente de manera permanente, el sufrimiento también
formaba parte de su esencia pues, a las etapas a que se refieren, la ideología
auténticamente reinsertadora brillaba por su ausencia. La retribución más
estricta y la finalidad del castigo, a veces cruel, como un fin en sí mismo,
constituían su único objetivo.
La inmensa mayoría de los centros penitenciarios citados en la obra son
conocidos, así como muchos de los reclusos mencionados, incluidos algunos
de ficción, como el conde de Montecristo o Papillon. Lo que no son inventa-
das son las prisiones de referencia. Existieron y sembraron de lugares som-
bríos los parajes donde se erigieron. Están descritos en el texto con cierto
detalle, en cuanto quedan supérstites sus muros, galerías y rincones, aunque
sin verdadero entusiasmo pues el autor no recrea su imaginación en cuanto a
lo que dentro podía acontecer, sin duda cosas terribles, sino en el tiempo que
estuvieron en servicio y el papel que como sustitutivo de la pena capital
desempeñaron, teóricamente como ejecución de las cadenas perpetuas, arres-
tos políticos, detenciones ilegales sin proceso, o destino de los deportados de
las naciones que encontraban en sus colonias el alejado sitio de colocación de
los reos.
Comienza y finaliza su libro hablando Fernando Gómez de los verdugos
de distintas épocas que ejercieron su profesión en las prisiones que se men-
cionan. Henri Sanson, Albert Pierrepoint o el español Nicomedes Méndez
figuran entre los citados, siendo ciertamente, los más conocidos. Después de
las dos primeras referencias, se adentra el autor en las cárceles. Algunas de
las mismas es inexcusable relacionarlas con determinados personajes reales,
cosa que se hace con corrección en sus apartados. Así, por ejemplo, Oscar
Wilde en la cárcel de Reading, Giocomo Casanova en Los Plomos venecia-
nos, Nelson Mandela en Robben Island de Ciudad del Cabo, Pablo Escobar
en La Catedral colombiana o Alfred Dreyfus en la Isla del Diablo en la Gua-
yana francesa. Otras veces, Fernando Gómez lo que hace es identificar el
régimen de terror circundante, político o penitenciario, con el concreto centro
carcelario, por ejemplo el de Pol Pot en Camboya, el del nazi Klaus Barbie
en Montluc en Lyon, el del Sah de Persia en Ebrat, Teherán, o el propio de la

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