Renovación metodológica y materiales multimedia para la docencia y el aprendizaje del derecho penal: proyecto renova-PID, UV-SFPIE_PID-1640571

AutorTàlia González Collantes
Cargo del AutorUniversitat de València
Páginas137-146
CAPÍTULO 14. RENOVACIÓN METODOLÓGICA Y MATERIALES
MULTIMEDIA PARA LA DOCENCIA Y EL APRENDIZAJE DEL DERECHO
PENAL: PROYECTO RENOVA-PID, UV-SFPIE_PID-1640571
Tàlia González Collantes
Universitat de València
1. MODELOS DE ENSEÑANZA Y APENDIZAJE. MI ELECCIÓN
Tal y como apuntan Gargallo, Garfela, Pérez y Fernández (2010, p. 8), las
investigaciones sobre los modelos de enseñanza plantean dos grandes modelos: el
modelo de transmisión del conocimiento o modelo centrado en la enseñanza, y el
modelo de facilitación del aprendizaje, o modelo centrado en el aprendizaje. Ambos
serían los extremos de un continuum en el que se ubicarían categorías intermedias.
En mis primeros años de docencia puse en práctica el primero de estos modelos,
porque era al que habían recurrido mis profesores, el que había aprendido de ellos, y
teniéndolos a ellos como referente, me esforcé por conocer en profundidad la materia a
impartir, en procurar trasmitir bien la información y facilitar su comprensión a los
alumnos. Asumí la responsabilidad, como profesora, de organizar y transformar el
conocimiento. La adquisición o incremento de conocimientos por parte del alumnado
era lo que entendía por aprendizaje. Recurría, pues, como método básico, aunque no
exclusivo, a la lección magistral. Procuraba que la interacción con el alumnado no fuese
exclusivamente unidireccional. Para mantener su atención, fa cilitar su comprensión de
la materia y no descuidar el pensamiento crítico y reflexivo intentaba sacar tiempo para
formular preguntas. Sin embargo, esto tenía que hacerlo siempre mirando de reojo el
reloj. Me faltaba tiempo. Soy profesora de Derecho Penal. Imparto la parte especial. Solo
dispongo de 75 horas efectivas de clase presencial para impartir un temario complejo y
extenso, para explicar un total de 28 temas. También respondía, obviamente, a sus dudas,
pero las más de las veces los alumnos que tenían dudas no las exponían en el aula sino
que preferían hacerlo en tutorías, utilizadas estas como un periodo temporal en el que
los profesores estamos en nuestro despacho atendiendo a los alumnos que desean hacer
uso de nuestros servicios. El criterio fundamental para aprobar era que los alumnos
fuesen capaces de reproducir los conocimientos adquiridos, bien en un examen escrito
con preguntas cerradas o bien a través de un examen oral, y para preparar este examen
los alumnos estudiaban los apuntes tomados en clase y/o puestos a su disposición y el
libro o libros recomendados.

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