La regeneración constitucional de la democracia española contemporánea. El papel de la innovación institucional

AutorBernabé Aldeguer Cerdá
Páginas319-338

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I Introducción

El discurso y las alternativas programáticas formuladas al amparo de la regeneración democrática en el escenario político español de los recientes años, proyectan un haz de complejas y variadas propuestas de cambio sustancial en la configuración de los actores y los procesos políticos con inevitables consecuencias e implicaciones de orden constitucional. Se apean en el entramado de las opciones reformistas o rupturistas sobre el futuro político la introducción de cambios con vocación de cristalizar, en cualquier caso, en la propia arquitectura constitucional por medio de reformas de la misma.

Como resultado de la correlación parlamentaria de fuerzas políticas tras las elecciones de 20 de Diciembre de 2015, destaca la incidencia de la masa crítica constituida por las fuerzas políticas que, a través de discursos ora rupturistas (PODEMOS, IU-UP) ora reformistas (Ciudadanos), se ubican en el denominado eje de lo nuevo o de la nueva política, alterando el precedente bipartidismo imperfecto. Se proponen cambios que trascienden allende lo coyuntural, incidiendo en las bases estructurales del

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sistema político por medio de la ampliación y la protección garantista del catálogo de derechos sociales y económicos, así como de los de tercera generación; reforma del Senado y del modelo territorial como respuesta a los retos derivados de las demandas independentistas o federalizantes; así como las reformas que vendrán a orbitar en torno a la regeneración democrática.

Nuevos ejes de fractura aparecen más allá del clásico esquema de la ruptura frente a la reforma, superando incluso al cleavage en torno al cual se posicionan las fuerzas y los discursos constitucionalistas frente al secesionismo. Se consolida así un eje descrito entre los partidos de lo nuevo y de lo viejo. Se trata de una línea no sólo marcada por un criterio de temporalidad o antigüedad en la existencia o en la trayectoria longitudinal de cada partido político en las décadas de vigencia constitucional democrática contemporánea. Se trata de una cuestión relativa al discurso centrado en los posicionamientos articulados en torno a las motivaciones y los límites de la regeneración democrática, remitiendo ello a la estructural cuestión acerca de la tensión entre la continuidad y el cambio, y en éste último, entre la ruptura y la reforma; a saber: entre el cambio estructural y relativamente abrupto en el tiempo, o el dirigido a acometer una gestión de la contingencia y una adaptación institucional o constitucional a las exigencias del entorno cambiante.

La noción aristotélica de la virtud erigida sobre una perspectiva basada en el equilibrio subyacente a toda tensión, bien sea dicotómica (vigencia de un único eje: izquierda-derecha, centralismo-autonomía o independencia) o multidimensional (con la confluencia simultánea de varios cleavages), opera en la inquietud por incidir en el cambio de aquello que aboca al sistema a un punto de tensión en términos de Easton, a partir del cual el propio sistema en sí entra en una quiebra de gestión del conflicto social con eficacia y viabilidad, manteniendo, no obstante, los procesos, los valores y las instituciones que aportan vigencia a la realización de la democracia. En tal sentido, conviene particularmente hacer referencia a la combinación entre las actitudes de cambio y contestación y los de lealtad a las fuentes de legitimidad del modelo democrático de organización política que vertebran la cultura democrática en términos de civic culture conforme a Almond & Verba, base según estos autores, de unas condiciones axiológicas propicias para la democracia.

En el entorno de los actores políticos del modelo español, el discurso regeneracionista queda mayoritariamente vinculado a una apuesta de carácter reformista. A la luz de la secular confrontación entre las tradiciones rupturistas frente a las reformistas esbozadas inicialmente en el propio período de transición a la democracia, y que definirían la evolución del discurso regeneracionista español del período constitucional democrático contemporáneo, se impone un evidente triunfo o preeminencia (mediática y electoral) del esquema propositivo y programático reformista frente al rupturista, sin que ello implique, no obstante, la

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carencia de quiebras o incoherencias inherentes a la aproximación reformista.

El actual escenario político originado tras las Elecciones Generales del 20 de Diciembre del año 2015 brindó un discurso programático en el que la noción de regeneración democrática fue enmarcada del siguiente modo por los principales partidos políticos:

— PSOE. La regeneración democrática solo se conseguirá desde la auto-exigencia de la representación política para cumplir con sus obligaciones, incluidas aquellas que no tienen por qué estar plasmadas en leyes ni reglamentos. Una democracia más cercana a la ciudadanía tiene que promover formas de participación ágiles y efectivas, hacerse más transparente, no renunciar a la autocrítica cuando ésta tiene fundamento e introducir de una vez por todas el hábito de rendir cuentas del nivel de cumplimiento del programa político, sin dejar de dar razones que justifiquen los incumplimientos cuando éstos son inevitables.

— PP. La regeneración democrática ha sido uno de los ejes principales de nuestro programa reformista de gobierno. Somos el Gobierno que más medidas y más reformas ha acometido para prevenir, perseguir y sancionar la corrupción. Queremos que te sientas orgulloso de la acción y ejemplo de tus representantes políticos. Para ello, vamos a seguir trabajando para hacer de España un país más transparente, más fiable y con un mejor funcionamiento de nuestras instituciones. Todas las reformas en materia de regeneración demo-crática han tenido un objetivo prioritario: garantizar que ‘quien la hace, la paga’. Incluso con su propio patrimonio, hasta devolver lo robado, para que vuelva a revertir en la sociedad.

— PODEMOS. Ley de Paredes de Cristal. Aprobaremos una ley integral para la regeneración democrática de nuestras instituciones públicas, que sirva de marco para abrir los parlamentos a la ciudadanía. Para ello, adoptaremos las siguientes medidas: 1) Publicar en portales web parlamentarios la información relativa a la gestión de la institución, su personal y su presupuesto; 2) Facilitar el acceso a la información relativa a los procesos legislativos, en curso o finalizados, mediante observación directa, a través de la prensa escrita o de las retransmisiones por radio y televisión en directo; 3) Garantizar el acceso, tanto a las sesiones de comisiones parlamentarias como a los plenos, a medios de comunicación, a observadores y a ciudadanos en general, sin trabas administrativas y sin ningún tipo de discriminación; 4) Habilitar un escaño ciudadano desde el que se puedan hacer llegar peticiones ciudadanas al Parlamento, tanto de forma individual como colectiva.

— CIUDADANOS. Se trata de modificar, de acuerdo con los procedimientos de reforma regulados en la Constitución, algunos precep-

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tos de la misma, y añadir otros nuevos, para así superar determinadas disfunciones y mejorar la eficiencia del conjunto. No se trata de cambiar el sistema sino de mejorar su funcionamiento. Esto requiere, aparte de cambios constitucionales, cambios de otras normas (…). Dado el carácter estable de la Constitución, las reformas deben ser sólo las estrictamente necesarias para alcanzar los fines que se pretenden, sin olvidar la ambición de sentar las bases de la nueva estabilidad constitucional sobre unos pilares ilusionantes para la nación (…). Los instrumentos para llevar a cabo las reformas que se quieren promover no serán sólo de carácter constitucional, sino muy especialmente de carácter legal e, incluso, más allá del plano estrictamente jurídico, su intención también es contribuir a transformar la cultura política de nuestro país (...). En Ciudadanos hemos detectado los problemas de funcionamiento más graves de nuestra actual democracia y, en consecuencia, planteamos las soluciones constitucionales y, en ciertos casos, legales que nos parecen necesarias, convenientes y oportunas para resolver tales problemas.
— IZQUIERDA UNIDA – UNIDAD POPULAR (IU-UP). El Nuevo Modelo Productivo para un nuevo País es una alternativa de modelo de sociedad. La salida de la crisis no se dilucidará en el terreno económico, sino en el político. Su contexto global es una democracia política y social avanzada. Con ese criterio, no se trata sólo de generar una alternativa económica. Se trata también de una alternativa política, social, cultural e ideológica, una alternativa para la movilización, la acumulación de fuerzas, la participación y la regeneración democrática.

Las fundamentaciones dogmáticas o discursivas sobre la regeneración democrática se han movido entre la motivación o justificación tecnócrata y economicista, centrada en una innovación que flexibilice los procesos de decisión por la vía de la simplificación institucional como forma de contribuir a la regeneración democrática, o bien una motivación sustentada en la genuina mejora de la representación, los procesos de deliberación, la inclusión social y el fortalecimiento de la cohesión social.

El propósito de la presente contribución radica en abordar una aproximación a la contemporánea relación entre la constelación de las propuestas programáticas que orbitan en el entorno conceptual de la innovación institucional de una parte, y la regeneración democrática constitucional de otra parte. Se valoran así pues, las eventuales oportunidades derivadas de la innovación institucional en términos de democratización e inclusión...

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