Referente notarial. Gabriel Suau Rosselló (1947-2020)

AutorJoan Carles Ollé i Favaró
CargoDecano Presidente del Colegio Notarial de Cataluña
Páginas314-314
314 Obituario pág. 314 LA NOTARIA | | 1-2/2020
Referente notarial*
Gabriel Suau Rosselló (1947-2020)
Notario
3/2015
Obituario
El notario Gabriel Suau nació en el pueblo de Es Capdellà (Mallorca), cerca de la soberbia Serra de Tramontana, cerca de Calvià y Andratx. De muy
joven se le desveló la vocación notarial, atraído por el prestigio que tenía la profesión entre el campesinado de Mallorca. Formó parte de la primera
promoción notarial de la democracia, y después un inicio feliz en Galicia (Castroverde) pronto se trasladó a Cataluña, de donde ya no quiso marcharse
nunca. Su paso por la notaría de Montblanc fue inolvidable para él: siempre recordaba con jubilosa nostalgia que allí había tenido el privilegio de
ocupar el Palau Desclergues de la Plaça Major, y que allí había conocido a la que sería su querida esposa, Eugenia. La prematura muerte de su mujer, al
cabo de unos años, fue un golpe durísimo del que nunca se pudo sobreponer del todo. Después de servir las plazas de Sant Celoni, Sant Joan Despí y
L’Hospitalet, en 1988 se trasladó a Barcelona, donde durante casi veinticinco años se distinguió en el ejercicio de la profesión notarial en su despacho
de la Rambla Cataluña, hasta la jubilación, que quiso anticipar por razones personales en el momento de cumplir los sesenta y cinco años.
Suau tuvo un papel activo en el debate corporativo. Junto a su gran amigo Eladi Crehuet y otros destacados notarios catalanistas, en 1995 fue
uno de los fundadores y después miembro activo de la Asociación Notarial Àpoca, así como de la Revista que lleva ese nombre, de la que ha sido un
logrado colaborador habitual. Los notarios de Àpoca han hecho una muy buena tarea estos años en la defensa y el impulso del uso del catalán en
los documentos notariales, así como en la reivindicación de un tipo de notariado arraigado en el país y próximo al ciudadano. Su ideario siempre ha
tenido una cierta inspiración en el modelo de notario, sabio y consejero, que Josep Pla alabó en sus libros y, de manera especial, en la obra maestra El
pagès i el seu món. Vivimos en una sociedad que cambia vertiginosamente y que cada vez es más global y digital, hecho que obliga a todas las profe-
siones a renovarse en profundidad, pero como bien arman Suau y sus compañeros de Àpoca, eso debe hacerse con delidad a los valores que nos
legaron nuestros ilustres predecesores. Basta un pequeño recorrido por los miles de volúmenes del tesoro que es el Archivo de Protocolos del Colegio
de Notarios, que abarcan del siglo XIII hasta la actualidad, para hacerse cargo de esta herencia notarial de prestigio y responsabilidad.
El año 2010, con ocasión del quincuagésimo aniversario de la Compilación del Derecho Civil de Cataluña, desde la Junta Directiva del Colegio de Nota-
rios le encomendamos a Suau, por su ascendencia y talante de consenso, que presidiera la Comisión encargada de organizar los actos conmemorativos
del acontecimiento. Recuerdo que me dijo: “Decano, muchas gracias, pero preero que no me deis títulos, no me gustan mucho. No te preocupes, yo me
ocuparé y lo haremos bien”. Así fue y, con los otros notarios que integraban la Comisión, impulsaron una serie de brillantes iniciativas que culminaron con
la colocación, por parte de la Consellera de Justícia de la Generalitat, Montserrat Tura, de una placa en memoria de los compiladores en el vestíbulo de la
entrada de la sede de la Calle del Notariado. Lo que seguro que inuyó en la decisión del Gobierno de conceder aquel mismo año al Colegio de Notarios
la Creu de Sant Jordi en reconocimiento del papel de los notarios catalanes en la defensa y desarrollo del derecho civil catalán.
Suau fue un hombre modesto e irónico, inteligente y sagaz, a la vez que tolerante y afable, moderado y conciliador, aunque de convicciones
rmes y profundas, dotado de unos amplios conocimientos jurídicos y culturales. Amó intensamente Catalunya y Mallorca, que veía herma-
nadas y unidas por la lengua, la historia y la cultura. Escribió en un catalán rico y pulcro, de elegante y melodioso tono insular. A menudo dijo
que se sentía notario de pueblo, pero lo cierto es que fue un excelente notario de Barcelona, que se ganó el respeto y la estima general tanto
de su el clientela como de sus compañeros de profesión. Durante más de tres décadas ha sido un notario ejemplar y un referente de ética y
dignidad del Colegio de Notarios de Cataluña. Su recuerdo perdurará.
Joan Carles Ollé i Favaró
Decano Presidente del Colegio Notarial de Cataluña
* Obituario publicado en La Vanguardia el pasado 27 de mayo.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR