Mesa Redonda integrantes Pacto de Toledo: «El proceso de reforma de la Seguridad Social en el marco del Pacto de Toledo en un contexto de crisis»

AutorIsabel López i Chamosa - Tomás Burgos - Inmaculada Riera - Gaspar Llamazares
CargoGrupo Parlamentario Socialista (GS) - Grupo Parlamentario Popular (GP) - Grupo Catalán (CIU) - Grupo Parlamentario Izquierda Unida
Páginas265-282
MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
ISABEL LÓPEZ I CHAMOSA
Grupo Parlamentario Socialista (GS)
Buenas tardes a todas y a todos. En primer
lugar, me gustaría agradecer a los organiza-
dores del Curso su invitación a participar en
esta mesa redonda, participación que me va a
permitir fijar mi posición y la de mi Grupo
Parlamentario y también, si me permiten
decirlo de esta forma, reafirmarme en estas
posiciones.
Me explico. Si escucho a mi compañero
Llamazares es cierto que lo que dice me es
familiar y me suena bien. Ahora bien, no es
menos cierto que confrontando esas «ideas»,
algunas de ellas tan bonitas, con la realidad,
nos daremos cuenta que ponerlas en práctica
es otro cantar. Si escucho a mi compañero
Tomás me pasa un poco lo mismo, pero por el
otro extremo. Es entonces cuando me digo:
«caray, está claro que los socialistas mante-
nemos la posición adecuada, intermedia, la
que hay que mantener». Me reafirmo, pues,
en mis posiciones.
Lo decía el Sr. Llamazares, en los próxi-
mos meses –ya lo hemos visto– se ha cuestio-
nado que si dentro de 25 años, que si dentro
de… «x» la viabilidad del sistema es insoste-
nible. También escuchamos a aquéllos que
dicen que la Seguridad Social no hay que
tocarla. Todo el mundo puede decir lo que
quiera, pero yo todas estas disertaciones las
pongo en el mismo platillo. Todas me parecen
un brindis al sol. ¿Por qué? Porque no es com-
probable. Lo único certero es el momento.
Miren ustedes, el sistema de Seguridad
Social cada día hay que adecuarlo a la reali-
dad cambiante de un país. La realidad del
país de hoy no es la de hace diez años, y no
será la de dentro de diez años. Y la virtud que
tiene el Pacto de Toledo es que nos da la
herramienta para ir haciendo aquellas modi-
ficaciones del sistema en un marco de consen-
so. Reformas que puedan ser asumidas por
todos, y subrayo ese todos, pues lo que no
podría aceptarse es una reforma donde una
parte importante de la población quedase al
margen. Y dicho esto, sería igual que hiciéra-
mos la reforma en el Congreso de los Diputa-
dos con un consenso político, al margen de los
agentes sociales, o viceversa, que la hicieran
los agentes sociales al margen de los partidos
políticos. Lo más importante para mí es,
pues, el consenso.
¿Hay que hacer reformas? Claro. Miren yo
siempre pongo un ejemplo. En estos momen-
tos, creo que lo decía Inma, tenemos una
Ponencia estudiando la pensión de viudedad.
Cuando la pensión de viudedad fue diseñada
en nuestro país no había divorcio –una vez
que te casabas era para toda la vida– y ade-
más el rol de la mujer se situaba dentro de la
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REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
Mesa Redonda integrantes Pacto
de Toledo: «El proceso de reforma
de la Seguridad Social en el marco
del Pacto de Toledo en un contexto
de crisis»
SUMARIO
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denominada economía no productiva, es
decir, al cuidado del hogar y de los afectos. No
había más posibilidades. Estas circunstan-
cias determinaron la configuración legal de la
pensión de viudedad. ¿Sirve ese modelo para
el día de hoy, para la España de hoy? No, no
sirve. Y no sirve desde el momento, por ejem-
plo, en que una pensión de viudedad derivada
de un salario medio de 1.200-1.300 euros pue-
de repartirse entre 3 o 4 viudas, o entre 3 o 4
viudos.
Por lo tanto no se puede negar que necesi-
tamos reformas y que necesitamos adecuar el
sistema al día de hoy, partiendo de que, yo lo
creo, tenemos el mejor sistema del mundo, lo
digo con absoluta tranquilidad. Ahora bien,
les admito que puede tener dos problemas:
uno, tres millones y medio de pensiones míni-
mas. Este sí es un problema gordo del siste-
ma. Es cierto que se trata de pensiones deri-
vadas de cotizaciones de hace más de 10 o 15
años, donde una parte importante de las mis-
mas lo son de viudedad. De nuestras alrede-
dor de ocho millones y medio de pensiones,
2.300.000 son pensiones de viudedad. El otro
problema real, al que hay que encontrar solu-
ción, son los vaivenes de un mercado laboral
con incidencia directa en las pensiones que de
futuro han de cobrar nuestros trabajadores.
Cuando un trabajador me dice: «me han
jubilado anticipadamente y la Seguridad
Social me ha quitado el 40% de mi pensión».
Yo le digo: «la Seguridad Social no ha sido, ha
sido el mercado de trabajo. Ha sido tu empre-
sa que te ha echado a la calle a una determi-
nada edad. El sistema responde a la situación
en que te ha dejado el mercado laboral y te
aplica los coeficientes reductores que corres-
ponden como consecuencia de tu jubilación
anticipada».
Pues bien, yo creo que son estos dos los
grandes problemas que tiene el sistema. Y
hay que corregirlos. ¿Cómo? Pues habrá que
encontrar la forma. En relación a este último,
¿es verdad que habrá que avanzar en una
mayor correspondencia entre cotizaciones y
pensiones? Pues seguramente sí. ¿Habrá que
tener en cuenta todas las cotizaciones efec-
tuadas a lo largo de nuestra vida laboral? No,
toda la vida laboral no. Pero habrá que bus-
car fórmulas que contemplen más años que
en la actualidad.
Por lo que se refiere a la pensión de viude-
dad en relación con esta mayor corresponden-
cia entre cotización y prestación, el otro día
en la Ponencia de viudedad el Director Gene-
ral del INSS nos recordaba que siendo cierto
que la pensión de viudedad es, en términos
generales, el 52% de la base reguladora que
corresponda, no es menos cierto que la cuan-
tía de la pensión se determina teniendo en
cuenta los dos últimos años de cotización del
causante, mientras que para la jubilación se
tienen en cuenta los últimos 15 años. Quiere
ello decir, que si bien es cierto que es el 52%
de una determinada base, esa base se calcula
sobre la media de dos años, siendo en conse-
cuencia superior a una media de 15 años. Se
ha relativizado el porcentaje en función de los
años de cotización tenidos en cuenta para la
determinación de la base reguladora.
Esto nos ilustra un poco sobre lo complica-
do de nuestro sistema.
Hemos hecho reformas. Y también hay que
poner orden en esas reformas. Nuevamente
me explico, yo escucho a Tomás en el tema de
la jubilación y me digo: «estoy de acuerdo en
que hay que incentivar que la gente que pue-
da siga trabajando más allá de los 65 años».
Yo entiendo, por ejemplo, que nosotros, o un
profesor, podamos seguir trabajando con 66,
67 años. Ahora bien, ¿es lícito aplicar esa mis-
ma edad de jubilación a un conductor de un
trailer que hace miles de kilómetros; a un
señor que está en un andamio; a un señor que
está en una mina; a un señor que está a tur-
nos continuos? Pues no. Entonces, yo creo que
sí hemos de hablar de prolongación de la vida
activa, pero teniendo en cuenta que debemos
articular fórmulas de jubilación flexibles que
tengan en cuenta también la profesión que se
desempeña.
MESA REDONDA
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SUMARIO
MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
Cuando gobernaba el Partido Popular ya
se legisló sobre una jubilación gradual y flexi-
ble. En aquel momento, el Grupo Socialista
pensó, y creo que Grupo Popular también,
que esa jubilación gradual y flexible iba diri-
gida fundamentalmente a aquellos trabaja-
dores que encontrándose en el tope máximo
sabían que al llegar a los 62 años no iban a
cobrar más, entonces se posibilitó que pudie-
ran jubilarse por acuerdos individuales con la
empresa. Pero resulta que se nos «coló gente»
para la cual no estaba pensada la reforma.
Por lo tanto, hay que tener mucho control
de las reformas que hacemos, no vaya a ser
que se consiga lo contrario de lo que se pre-
tende. Ahora bien, reformas sí; reformas sí en
la medida en que puedan ser consensuadas.
Imagínennos a nosotros cuatro negociando en
una mesa. Evidentemente, lo que ustedes
han oído aquí se traduce también en la nego-
ciación. De tal modo que, cuando uno dice
blanco, el otro dice rojo, el otro dice amarillo y
el otro dice verde. Tenemos que encontrar un
color que nos vaya a todos y que además, des-
pués, los agentes sociales también aprecien
adecuado. Las negociaciones son complica-
das, pero me muevo en la confianza de que lo
conseguiremos, y añado, sin tardar los tres
años que duró la reforma pasada.
La reforma del Pacto de Toledo del 2003 la
empezamos a negociar en el 2000. Tardamos
tres años, pero fue positiva. Y esta reforma
que vamos a afrontar también lo será. Esta-
mos trabajando desde el 1 de Octubre de
2008. En ese tiempo hemos tenido que escu-
char a todo el mundo. El profesor que viene y
nos dice que esto es una maravilla; el otro que
viene y que dice que esto no tiene futuro, que
hay que recortar … Al Presidente del Banco
de España, al Presidente de la Patronal, a los
Secretarios Generales de los Sindicatos, etc.,
un largo etcétera. Los hemos escuchado a
todos. Ahora tenemos que concretar.
Miren, yo creo que es verdad que hay cul-
minar la separación de fondos. Hemos de con-
seguir que los mínimos se paguen con los Pre-
supuestos Generales del Estado. Y esto es
una decisión de todos. Dicho esto, en los últi-
mos años hemos pasado de 300 millones de
aportación a los complementos a mínimos a
1.900 millones. Es decir, que algún paso se ha
dado en esa línea de separación.
No creo que debamos permitir ninguna
rebaja de las cotizaciones sociales. No lo creo.
Si hacemos una rebaja de las cotizaciones
sociales –no en 5 puntos como dice la patro-
nal, aunque conociendo a la patronal seguro
que con 2 puntos se conformarían–, debemos
saber que, por ejemplo, con estos 2 puntos de
rebaja estamos cambiando el sistema de
financiación de la Seguridad Social. Y lo esta-
mos cambiando porque esa rebaja supone que
la Seguridad Social entre automáticamente
en déficit y habrá que sacar dinero de otro
lado. Esas son las consecuencias y debemos
tenerlo claro. Y sobre todo debemos ser cohe-
rentes. No se puede pedir rebaja de cotización
y encima estar lanzando el mensaje de que el
sistema en 25 años no aguanta.
Yo creo que hay que ir haciendo reformas.
Hay que ir adaptando contributividad a pen-
sión. Hay que adecuar la pensión de viudedad
a la situación real del momento, teniendo en
cuenta que una cosa son las mujeres que aho-
ra son viudas y que tienen más de 60 o 65
años; otra las mujeres que se sitúan en una
franja de edad de 50 años o más, que puede
que no tengan pensión propia; y aquellas
otras que sí tienen pensión propia. No se pue-
de dar el mismo tratamiento a una viuda con
pensión propia que a una viuda sin pensión,
tiene que haber una diferencia de trato.
Hemos de trabajar pensando que la pensión
de viudedad hoy es necesaria, imprescindible,
pero a lo mejor dentro de 25 años no, siendo
más necesario reforzar la pensión de orfandad
o la protección a los hijos. Dicho esto, remarco:
soy consciente de que hoy hay una franja de
mujeres que todavía en los próximos 20 o 25
años necesitará la pensión de viudedad.
El Fondo de Reserva. Miren, hoy hablamos
del Fondo de Reserva y todos decimos «no
ISABEL I LÓPEZ CHAMOSA
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REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
SUMARIO
MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
podemos ir al mundo especulativo porque…».
Totalmente de acuerdo. Pero es que nunca
nadie pretendió invertir el Fondo de Reserva
con algún tipo de riesgo. Ahora bien, tenemos
que realizar dos reflexiones. Una, tenemos un
Fondo de Reserva de 56.000 millones, cre-
ciendo. No es lo mismo hablar hoy que hablar
hace 2 o 3 años del Fondo de Reserva.
Hace 3 años no podíamos invertir en deuda
pública española, el nivel de endeudamiento
del país había bajado tanto que si la Adminis-
tración de la Seguridad Social invertía sus
activos en esta deuda, en la poca que había,
impedíamos la inversión de nuestros ciuda-
danos. Ésta era nuestra realidad, no es un
invento. Entonces tuvimos que invertir en
deuda francesa, alemana, de los Países Bajos.
Esa situación económica de los años 2005,
2006, 2007 se revierte en 2008 como conse-
cuencia de la crisis económica y, como es lógi-
co, se empieza a deshacer posiciones en deuda
extranjera vencida, sustituyéndola por deuda
española.
Esa era la situación entonces, creo mal
entendida por el Grupo Popular. Como recor-
daran ustedes en aquel momento se estaba
vendiendo ENDESA, y aquí los compañeros
pensaron que lo que queríamos era comprar
ENDESA. Pues no. Lo que queremos es que
un Fondo lo suficientemente bien dotado
como se encuentra ahora pueda ser invertido
sin riesgo. Y esta es la otra cuestión. Se nece-
sita asesoramiento en inversiones, gente que
realmente entienda de inversión, y luego
también ver qué se puede hacer. Y yo digo
una cosa, como reflexión personal de Isabel
López, no tiene ningún sentido que la Seguri-
dad Social, o sea todos los trabajadores, ten-
gamos el dinero invertido en deuda pública y,
por otro lado, el Estado esté necesitando dine-
ro para el desempleo, por ejemplo. Es decir,
habrá que hacer esas reflexiones.
Y hay cosas que decía Tomás… Mira, yo…,
no te replico, no; pero hay cosas que dices que
prefiero interpretar como errores, prefiero
pensar que te has equivocado, porque sino
vamos a tener un poco más de discusión. Por
ejemplo, decías, o parecía que decías, que se
recurre al aumento ficticio de afiliaciones.
Eso hoy, con el funcionamiento de nuestra
Seguridad Social, es imposible. No hay nin-
gún Secretario de Estado, no hay ningún
Director General de Tesorería que pueda lle-
gar y decirle a los funcionarios en cuestión:
«oiga, auménteme 200.000 cotizantes, pónga-
melos donde quiera». No es posible. Los ges-
tores de la Seguridad Social y también el fun-
cionamiento del sistema lo impiden. Por lo
tanto, supongo que pretendías decir otra
cosa.
Mira, yo soy de las que pienso que si los
trabajadores tuviéramos ratos de lucidez
haríamos una gran manifestación pidiendo la
subida de impuestos. Pidiendo una subida de
impuestos en la cual cada uno pagara en fun-
ción de sus ingresos y que contribuyera a un
mayor sostenimiento de los gastos. Pero la
realidad es otra y la realidad es que subiendo
impuestos no se consiguen los votos suficien-
tes para gobernar el país. Esa es la realidad.
Si realmente fuéramos así de inteligentes,
Llamazares tendría 100 diputados en el Con-
greso y debería ser la alternativa al PSOE.
Pero no es la alternativa al PSOE. La alter-
nativa al PSOE la tengo aquí al otro lado, y
este señor no plantea aumento de impuestos,
plantea rebaja de impuestos o distribución
distinta.
Por lo tanto digamos que hay que ir gober-
nando también en función de programas elec-
torales y de compromisos. A lo mejor, si a mí
me hubieran dejado, no hubiera puesto en
marcha la medida de los 2.500 euros por naci-
miento, o lo hubiera hecho de otra manera. Lo
mismo digo de la puesta en marcha de los 400
euros. Pero les puedo asegurar que si el Par-
tido Socialista me presentara a mí de cabeza
de lista en vez de a Zapatero tendríamos tan-
tos Diputados como Llamazares en la actuali-
dad.
Bueno, no me alargo más.
MESA REDONDA
268 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
SUMARIO
MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
Para concluir les digo: Reformas sí. Pacto
de Toledo sí, como el instrumento que nos
permite alcanzar acuerdos. Y vamos a alcan-
zar un acuerdo en su seno porque vamos a
negociar aquellas reformas que entre todos
podamos asumir. Vamos a transmitir a los
jubilados, yo siempre los menciono a ellos,
que las reformas de la Seguridad Social tan
sólo les afectan para mejorarles la pensión.
Les vamos a dar tranquilidad. Y vamos a tra-
bajar para que los que están por nacer hoy
también puedan tener perspectivas de cobrar
pensión el día de mañana. Al igual que yo,
que también aspiro a cobrarla aún quedándo-
me diez años.
Nada más y muchas gracias.
TOMAS BURGOS
Grupo Parlamentario Popular (GP)
Muchas gracias, y muy buenas tardes a
todos. El Grupo Parlamentario Popular se
muestra muy satisfecho de atender a esta
invitación en un momento en el que el debate
de las pensiones es claramente uno de los
puntos que están focalizando la opinión
pública y yo creo que una de nuestras princi-
pales obligaciones hoy aquí es decirles a los
actuales pensionistas que sus pensiones no
van a verse afectadas negativamente, en nin-
gún caso, por cualquier proceso de reforma
que emprenda el Pacto de Toledo, y eso aten-
diendo a una consideración que, como punto
de partida, nos parece esencial, y es que la
renta de 1 de cada 3 mayores de 65 años, en
nuestro país, no supera el umbral de pobreza.
Y en segundo lugar decirles a los pensio-
nistas futuros, y esto también es una obliga-
ción para todos nosotros, que dado el sistema
del que disponemos y los desafíos que tene-
mos por delante, necesitamos nuevos instru-
mentos, necesitamos medidas para asegurar-
les también a ellos una cobertura digna y una
cobertura segura, y que tomar medidas en
este sentido no va a responder a ningún pre-
juicio ideológico, y mucho menos a ninguna
conspiración de carácter especulativo, sino
que irá claramente en su beneficio, en el
beneficio de la sociedad española en el futuro.
La recomendación número 23 del Pacto de
Toledo, vigente, la que se renovó en el año
2003, consideraba oportuno, precisamente,
que el Congreso de los Diputados renovara,
transcurridos al menos 5 años, el grado de
cumplimiento de las recomendaciones conte-
nidas en el mismo. La verdad es que podía-
mos haber establecido, los que estuvimos en
esa renovación en el año 2003, un período
más largo de vigencia de esas recomendacio-
nes, pero establecimos 5 años, y lo hicimos
precisamente porque éramos conscientes,
como lo seguimos siendo ahora, de que en 5
años las cosas pueden cambiar en el entorno
económico y social de manera muy significati-
va, y que el sistema de protección social ade-
más es muy sensible a ello, y la incidencia de
las circunstancias económicas y sociales no
tiene porqué ser necesariamente una inci-
dencia positiva.
Esto ocurrió en el período posterior al año
2003, es decir la incidencia positiva de la
inmigración que tuvo España, que no estaba
prevista en ningún indicador y en ninguna
proyección de las establecidas ni por los eco-
nomistas ni por los demógrafos, ha supuesto,
sin duda alguna, un añadido positivo, en tér-
minos generales, de recursos al sistema. Pero
ahora la incidencia de lo que está ocurriendo
es una incidencia claramente negativa, una
incidencia de la crisis que ha debilitado todos
los indicadores y que ha encendido todos los
avisos.
España tiene o tenía, al menos, una venta-
ja objetiva y era el instrumento, es el instru-
mento del Pacto de Toledo. Yo creo que lo que
debemos de hacer es usarlo bien en este nue-
vo contexto en el que estamos. Si en 1.995, a
las puertas de unas elecciones generales y
desde luego no en el mejor momento político
para ello, se suscribió un acuerdo, si se reno-
vó a finales del año 2003, también a las puer-
tas de unas elecciones generales y no precisa-
TOMÁS BURGOS
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REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
SUMARIO
MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
mente en un clima reposado desde el punto de
vista político, si se hizo entonces, mi Grupo
desde luego está absolutamente convencido
de que podemos y debemos hacerlo ahora
también. Pero para ello no podemos desacre-
ditar la realidad en la que estamos, no pode-
mos fingir que todo va bien, que no hay que
preocuparse, que ya vendrá alguien a resol-
ver el asunto, o esa especie de recurso univer-
sal de que el sistema es solvente porque como
el Estado no puede quebrar, pues ya vendrá
alguien a resolverlo en el futuro.
A mi Grupo, desde luego, le parece que
somos nosotros los que tenemos que sentar
las bases sólidas del futuro de nuestro Siste-
ma, y que eso pasa, precisamente, por ser
muy conscientes del contexto en el que se des-
arrolla este debate que es un contexto de cri-
sis. Y la crisis económica actual nos ha recor-
dado que fueron precisamente el exceso de
optimismo, la mala valoración de los riesgos y
el excesivo apalancamiento, es decir un
endeudamiento muy por encima de las posi-
bilidades reales, los ingredientes que, como
en casi todos los episodios de crisis pasados,
también han desembocado en la crisis actual.
Y esto que es válido para el sistema económi-
co en su conjunto, es extraordinariamente
válido también para el sistema de pensiones.
Exceso de optimismo supone voluntad de
no reconocer la auténtica realidad. El siste-
ma se enfrenta, en estos momentos, no tanto
a un adversario o a un enemigo, como es la
crisis económica, como a otro, que es más ide-
ológico de actitud, que es el negacionismo. El
discurso imperante, en algunos ámbitos, es
negar los efectos de la crisis sobre el sistema,
negar las repercusiones del descenso de la
cotización, del desempleo, de la destrucción
de nuestras empresas, del endeudamiento
que estamos asumiendo, de la deuda pública
emitida. Éste es el auténtico desafío para el
sistema de pensiones en el futuro. Negar los
efectos de la crisis, de la evolución económica,
de nuestras perspectivas de crecimiento
sobre el sistema de pensiones, porque lo van a
tener, nos guste o no nos guste.
El envejecimiento de la población, las ten-
siones demográficas, el incremento desequili-
brado de los costes del sistema, la propia base
sobre la que se asienta un sistema de reparto,
que es la exigencia de que tiene que haber
una evolución pareja entre el número de coti-
zantes y el número de pensionistas. Para
algunos nada de todo esto se considera rele-
vante como amenaza para la sostenibilidad
futura. A mí esto me recuerda algunas claras
afirmaciones, en el sentido de que lo peor de
las crisis económicas, y también y en especial
de ésta en la que estamos, no es tanto las con-
secuencias en sí de la crisis, como las inade-
cuadas reacciones que ante la misma se pue-
den producir, que no contribuyen a otra cosa
que a extender y que agravar, precisamente,
sus ulteriores efectos. Y esto ocurre, por ejem-
plo con el endeudamiento o con la deuda
pública emitida hoy, que la sociedad españo-
la, que aunque a veces no parezca que lo reco-
nocemos así, va a tener que pagar, precisa-
mente, en el peor de los momentos posibles
para el sistema de pensiones, si es que nos
creemos las proyecciones, sean cuales sean
estas proyecciones, que todas indican cuándo
va a descargar, precisamente, en mayor
medida el problema de nuestro envejecimien-
to.
Y si este negacionismo se transforma en
inmovilismo, se transforma en pasividad o se
transforma en antirreformismo, es cuando el
cóctel puede ser potencialmente explosivo
para nuestro sistema de pensiones. Extraer
la conclusión de que el sistema es sostenible
porque se ha sostenido hasta ahora, es fran-
camente una conclusión disparatada. Como
eso ha ocurrido antes, pues volverá a ocurrir.
Puede parecer un planteamiento infantil,
pero esto es lo que se nos dice en algunos
ámbitos. Siempre se podrán subir los impues-
tos, siempre se podrá aumentar, eso sí artifi-
cialmente, el número de cotizantes, siempre
se podrán implantar medidas correctoras,
siempre pero no ahora, es decir, siempre pero
no en el momento presente. El sistema se sal-
vará porque es impensable que algo tan
MESA REDONDA
270 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
SUMARIO
MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
importante como la Seguridad Social y el sis-
tema de pensiones, la cohesión social de nues-
tro país, se desmorone.
Ya conocen ustedes lo que la antigua
leyenda alemana nos cuenta del Barón de
Münchhausen, que salió de un pantano tirán-
dose de los pelos, bien, pues yo lo he dicho en
el Pacto de Toledo en alguna ocasión, lo que
se nos dice es que el sistema se tirará de sí
mismo, de los pelos o de las botas que es otra
de las variables de esta leyenda, y que eso le
sacará del pantano a sí mismo. Pues bien no
es ésa, ni mucho menos, la realidad a la que
nos enfrentamos. Exceso de optimismo, mala
valoración de los riesgos.
Los ciudadanos trabajan menos años, los
ciudadanos están trabajando en menor
número hoy que hace 2, 3 o 4 años, los ciuda-
danos ganan, aunque no lo reconozca Izquier-
da Unida, esperanza de vida, y toda ella ade-
más en vida inactiva, las pensiones son cada
día más en número, son cada día más altas y
han de pagarse por más tiempo, y desde luego
ningún sistema, absolutamente ningún siste-
ma, cuya capacidad de asignar recursos es
limitada y cuyos gastos crecen a un ritmo
varias veces mayor que el de los ingresos,
aguanta mucho tiempo sin reformas. Y en
este momento los gastos de nuestro sistema
de pensiones están creciendo al menos cuatro
veces por encima de lo que crecen los ingre-
sos, eso cuando crecen, porque las cotizacio-
nes sociales ya disminuyen en términos cuan-
titativos en los últimos meses.
La verdad es que esto es tan obvio que su
mera enunciación produce rubor, pero a veces
perder la perspectiva de riesgo del sistema,
aceptando acríticamente que será posible
proveer recursos, no se sabe muy bien de dón-
de, pero proveer recursos adicionales, si son
necesarios, constituye un auténtico error de
previsión. La coincidencia es casi total en el
mundo académico y económico. Yo creo que es
la política la que no presta atención a la ver-
dad, a los hechos y a las realidades, la que
arguye en ocasiones es ya se encontrarán
recursos para hacer frente al incremento de
gasto por la vía de los impuestos, por la vía
del déficit, por la vía de la deuda o por la vía
de todo junto, que es lo que estamos haciendo
ahora, como si los recursos fueran a caer del
cielo por el mero hecho de considerarse nece-
sarios. Esto es puro voluntarismo y esto ade-
más no garantiza en absoluto la viabilidad
del sistema.
Y tercer punto, apalancamiento. Bueno, ya
adelantamos que pagaremos la situación
actual con un déficit impensable para una
sociedad como la nuestra, con una deuda
enorme, enorme, a futuro o con incrementos
generalizados de impuestos. Hay gente que
quiere tanto al sistema de reparto que lo va a
asfixiar a base de adoptar políticas que van a
medio plazo, precisamente, contra él.
En esta situación qué es lo que plantea el
Partido Popular. Pues el Partido Popular
plantea que hay que tomar claramente las
riendas del Pacto de Toledo, no fruto en nin-
gún deseo, por supuesto, de desestructurarlo
o de modificarlo en su esencia, no tenemos
nada que demostrar. El Partido Popular ha
gobernado, ha consolidado el Pacto de Toledo,
lo ha desarrollado, lo ha encauzado conve-
nientemente cuando ha tenido responsabili-
dades de gobierno y por lo tanto nos conside-
ramos tan propietarios del Pacto de Toledo y
de lo que ello supone para la sociedad españo-
la, que ciertamente no tenemos que acreditar
nada, simplemente que creemos que es opor-
tuno seguirlo desarrollando de manera, si
cabe, mucho más intensa dada la situación de
crisis.
Y, por tanto, en primer lugar lo que hay
que devolver es a España a la senda de creci-
miento y de empleo, afrontar las políticas
adecuadas para desarrollar precisamente
todo nuestro potencial productivo, apoyar el
empleo estable y dar oportunidades a nuestra
población en edad y en capacidad de trabajar,
porque es el crecimiento de la tasa de activi-
dad en España, junto al crecimiento económi-
co, el único factor clave para la sostenibilidad
TOMÁS BURGOS
271
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
SUMARIO
MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
futura de nuestro sistema de pensiones.
Parece haber una coincidencia general en los
principales agentes sociales, a tenor de sus
intervenciones, en el Pacto de Toledo en esta
cuestión. Claro, es obvio, si no hay más gente
trabajando, si no hay mayor tasa de activi-
dad, si no hay mayores cotizaciones, no hay
recursos suficientes.
Necesitamos incrementar de forma muy
significativa el número de cotizantes al siste-
ma. Cada año se jubilan, en estos momentos,
alrededor de unas 130-140.000 personas.
Esta cifra tiene que ser acompasada al menos
por un número, 2,3 o 2,5 veces superior en
número de cotizantes, y eso significa que
nuestro país tiene que incrementar el núme-
ro de cotizantes anuales alrededor de medio
millón de personas y eso, obviamente, cuando
se destruye un millón ochocientos mil traba-
jos en nuestro país, claramente es muy com-
plicado de hacer. No es posible seguir afir-
mando que nada de todo lo que ocurre alrede-
dor afecta a la evolución del sistema, y sin
duda este es un principio básico.
En segundo lugar hay que adoptar crite-
rios de austeridad y de máxima eficacia en el
gasto. El déficit excesivo, contraído en el pre-
sente, es una gravísima amenaza para las
pensiones de mañana, porque estas pensio-
nes sí necesitarán, por nuestra evolución
demográfica, en eso coincido con otros inter-
vinientes, sí necesitarán de la imposición
general para cubrir sus necesidades de finan-
ciación, y España debe trabajar hoy para
dotarse de un margen de maniobra que nece-
sitará pronto, no en función de la discreciona-
lidad de un gobierno, sino en función, precisa-
mente, de nuestra propia evolución demográ-
fica. Subir impuestos y subir cotizaciones no
es la solución.
El Gobierno creo que ha iniciado una sen-
da de subida de impuestos, para cubrir el
agujero de la caja estatal y ciertamente nos-
otros no podemos admitir como política para
el sistema de pensiones, positiva para el sis-
tema de pensiones, un recurso de estas carac-
terísticas. Recurrir al endeudamiento públi-
co, ya lo he dicho, tampoco es una buena idea,
dado el volumen tan importante de compro-
misos de pensiones, si se recurriese a más
endeudamiento en el futuro, éste sería de tal
magnitud que no sólo nos situará, claramen-
te, fuera del Tratado de Maastricht, sino que
la presión sobre la calificación de la deuda
soberana en España será tan difícil de sopor-
tar que afectará gravemente a nuestra capa-
cidad de financiación como país.
En tercer lugar, hay que descargar a la
Seguridad Social, claro, de todos los gastos
que no le corresponden y que todavía está
asumiendo hoy, y hay que dedicar todos los
recursos de los cotizaciones a sufragar las
pensiones e incorporar todos los excedentes
reales, reales, en tiempo y forma al Fondo de
Reserva, que nosotros sí pensamos que debe
estar absolutamente protegido y gestionado
con criterios de máxima prudencia. Y como es
un tema de absoluto debate en estos momen-
tos, nosotros no lo decimos sólo en el ámbito
académico, lo hemos puesto, negro sobre
blanco, en nuestras enmiendas al Proyecto de
Ley de Reforma Laboral. No somos partida-
rios de bajar las cotizaciones sociales, mien-
tras no se haya producido la separación de
fuentes de financiación en la Seguridad
Social. Mientras no seamos capaces de cono-
cer y contrastar el margen de maniobra que
tiene nuestro sistema de Seguridad Social, es
un disparate proceder a la rebaja de cotiza-
ciones sociales, lo pida quien lo pida, lo exija
quien lo exija, y mi Partido lo dice con toda
claridad, no solamente, digo, en los ámbitos
académicos, sino en los ámbitos que le corres-
ponden que es, fundamentalmente, en el
Congreso de los Diputados. Hay mucho que
avanzar en materia de separación de fuentes,
mucho que avanzar en materia de adscrip-
ción a la imposición general de sus responsa-
bilidades desde el punto de vista presupues-
tario, hay mucho que hacer, no solamente en
la financiación de los complementos a míni-
mos, que hoy la Seguridad Social paga más de
4.000 millones de Euros todos los años para
MESA REDONDA
272 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
SUMARIO
MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
financiar complementos que no debería
financiar, sino otros muchos elementos que
sin duda contribuirían a generar recursos
adicionales.
Una vez que se conociera el margen de
maniobra de la Seguridad Social, sí seríamos
partidarios de saber si eso permite o no per-
mite y en qué medida una rebaja, una reduc-
ción de las cotizaciones sociales, pero no
hacerlo antes, porque hacerlo antes de cono-
cer ese margen de maniobra, ciertamente, es
ponernos una losa encima, y, por cierto, pro-
bablemente hacer inviable la culminación del
proceso de separación de fuentes.
En cuarto lugar hay que seguir claramen-
te avanzando en la contributividad del siste-
ma, garantizando que las pensiones reflejen y
reconozcan en mayor medida los años y las
cuantías de cotización realizadas, porque éste
es un principio de justicia y de equidad abso-
luto. El sistema, no nos engañemos, sigue
adoleciendo, a día de hoy, de importantes
vicios de inequidad. Lo razonable sería aco-
meterlos, pero al corregir o al intentar corre-
gir, en algunos momentos, la falta de contri-
butividad se nos dice que ello puede afectar,
en media ponderada, a la generosidad del sis-
tema. No aclaramos que la generosidad del
sistema, cuando es injustificada no es genero-
sidad, es injusticia, y por lo tanto todo lo que
sea avanzar en reformas que acerquen la
prestación al esfuerzo contributivo de los ciu-
dadanos será señalar un camino de respaldo
a nuestro sistema de reparto y a nuestro sis-
tema de protección social. Creemos, por tan-
to, que hacer un auténtico chequeo sobre la
contributividad y sobre la equidad del siste-
ma, parece un paso previo y pertinente a la
hora de acometer reformas.
En quinto lugar, hay que acometer clara-
mente instrumentos e incentivos que hagan
efectiva la edad legal de jubilación, apoyando
con más intensidad que en la actual, la pro-
longación voluntaria de la actividad de los
ciudadanos, restringiendo, no de boquilla,
sino eficazmente el abandono prematuro de
la vida laboral y condenando la discrimina-
ción por edad en nuestro mercado laboral.
Nosotros no compartimos que sea el momen-
to para incrementar la edad de jubilación en
nuestro país, como ocurre, de hecho, en la
mayoría de los países de nuestro entorno. No
compartimos esta idea, pero sí nos parece,
nos preocupa mucho, el elemento que tiene
que ver con la prolongación de la vida laboral
y con la evitación de la expulsión anticipada
del mercado laboral de ciertas personas a
determinada edad. Creemos que la frontera
de los 65 años, establecida históricamente, ya
no resulta útil en términos ni de definiciones
sociales ni de definiciones sanitarias, pero
tampoco en términos de definiciones econó-
micas o definiciones laborales. Hay mucho
que avanzar en nuestro país en la cultura
empresarial para la consideración del factor
edad como un factor ligado, también, a la
competitividad, a la innovación, a la expe-
riencia en las empresas. Hay mucho que
hacer desde el punto de vista fiscal, desde el
punto de vista de reforma de la legislación
laboral, desde el punto de vista de flexibilidad
para facilitar la prolongación de la vida acti-
va de nuestros trabajadores, y ése es el paso
que estamos obligados a dar en los próximos
tiempos.
Hay que mantener el nivel adquisitivo de
nuestras pensiones, hay que garantizar la
financiación del Estado mediante la imposi-
ción general, esto sí, a cualquier incremento
adicional superior al IPC en nuestro sistema
de pensiones. Creemos que esto es algo fun-
damental, porque cualquier incremento deci-
dido por las autoridades competentes que
suponga incrementos superiores a lo que
establece la legislación de Seguridad Social,
que es la revalorización automática de nues-
tras pensiones, debe ser asumido por los
impuestos generales. Nosotros creemos que
hay que hacer esfuerzos de solidaridad en el
sistema y que probablemente haya muchas
pensiones que en este momento necesitan
incrementos superiores a lo que establece la
previsión de inflación en cada año, pero son
TOMÁS BURGOS
273
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
SUMARIO
MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
incrementos que como criterio de solidaridad
deben ser sostenidos por la imposición gene-
ral y no por la contribución, no por las cotiza-
ciones sociales, en la medida en que hay que
diferenciar claramente los elementos contri-
butivos y los elementos no contributivos, los
elementos asistenciales, los elementos de
solidaridad del sistema. Si la sociedad espa-
ñola decide que hay que incrementar las pen-
siones mínimas de algunas personas, de algu-
nas pensiones, de algunos colectivos, por
encima de lo que establece la legislación de
Seguridad Social, debe de hacerlo y apoyare-
mos que se haga, pero su financiación deberá
ser con cargo a los Presupuestos Generales
del Estado como expresión de la solidaridad
general del sistema.
Y también, y para nosotros esto es espe-
cialmente relevante, se debería empezar a
tener en cuenta, a efectos de cotización para
la percepción de una pensión contributiva,
aquellas mujeres que, habiendo tenido hijos,
en su momento abandonaron el mercado de
trabajo y no adquirieron el derecho, por no
haber completado el período de cotización que
se establece, no generaron el derecho a una
pensión contributiva. La cotización demográ-
fica, es decir la aportación no en especie, diga-
mos económica, no de carácter económico sino
de carácter demográfico, es tan importante
para el futuro del sistema como la propia coti-
zación en términos económicos y hay países,
como puede ser en estos momentos Alemania,
que reconocen como períodos cotizados el
mero hecho de que una mujer haya tenido un
hijo, dos hijos, tres hijos, etc. Eso es tan rele-
vante para el futuro del sistema como la apor-
tación económica y, claramente, en este país
tenemos un déficit, un déficit, de apoyo a la
natalidad, tenemos un déficit de apoyo a lo
que constituye nuestra demografía, la apor-
tación de nuestras mujeres, de nuestras fami-
lias, al futuro del sistema.
Yo soy una persona soltera. Es decir, no es
lo mismo la aportación que yo hago al sistema
no contribuyendo con hijos para el futuro,
garantizándome una pensión importante o
máxima sin detraer del mismo absolutamen-
te ningún elemento que me sea contrario, que
me sea negativo, que la de una familia que ha
aportado no sólo sus cotizaciones en especie
sino uno, dos, tres o cuatro hijos para el futu-
ro del sistema. Nos parece que esto es un ele-
mento positivo a incorporar de otras legisla-
ciones en el próximo Pacto de Toledo.
Y voy concluyendo, para no extenderme.
Claro que hay que avanzar en la simplifica-
ción de los regímenes en un sistema más sim-
plificado de cotización y ajustado a los sala-
rios realmente percibidos. Claro que hay que
revisar la situación actual de los trabajado-
res autónomos. Claro que hay que establecer
las condiciones para desarrollar el trabajo a
tiempo parcial o el trabajo…, las carreras
discontinuas que en nuestro país van a ir a
más; como hay que revisar el sistema de
bonificaciones sociales que claramente no
está respondiendo a las necesidades de nues-
tro país.
Todo esto y muchos otros elementos dan de
sí suficiente para que en esta ocasión el Pacto
de Toledo no haga simplemente una labor de
reafirmación de los principios que le dieron
origen en el 95 y que lo reformaron en el 2003,
sino que avance sustancialmente en un esce-
nario de futuro que sea positivo para el siste-
ma social, para el sistema económico, para el
bienestar y la calidad de los ciudadanos espa-
ñoles. Gracias.
INMACULADA RIERA
Grupo Catalán (CIU)
Muchísimas gracias al moderador y
muchísimas gracias también a la Universi-
dad Internacional por esta oportunidad sobre
todo de debate y de confrontación también de
opiniones con ustedes en relación con uno de
los temas que, desde nuestro punto de vista,
es uno de los ejes de la política social y tam-
bién de la política económica hoy y del futuro,
uno de los temas que condicionarán y marca-
rán también el futuro de nuestra sociedad,
MESA REDONDA
274 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
SUMARIO
MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
que entendemos ha de ser una sociedad mar-
cada por el bienestar.
Estamos aquí también, desde mi Grupo
Parlamentario, porque desde el año 95, como
impulsores, junto a otras fuerzas políticas del
Pacto de Toledo, creemos firmemente en los
acuerdos del Pacto de Toledo, y fue por ello
también que desde el Grupo Parlamentario
que represento, y yo en aquel momento como
portavoz, impulsamos de manera decidida y
contundente su renovación en el año 2003. Y
creemos también, desde el Grupo Parlamen-
tario, que uno de los logros de la política en
general está en el consenso que conseguimos
en el año 95 y más tarde en el año 2003 con la
renovación y actualización de los acuerdos
marcados en el marco de la política de pensio-
nes por el Pacto de Toledo. Fue un acuerdo
marcado por el consenso político, por el con-
senso entre todas las fuerzas políticas y que
creíamos imprescindibles y que creemos es
un ejemplo a seguir en otros ámbitos.
El Pacto, en sus 15 recomendaciones ini-
ciales y 22 recomendaciones en el año 2003,
estuvo marcado, desde nuestra perspectiva y
tal como nosotros entendemos según los prin-
cipios que han de marcar la política social,
estuvo marcado por los principios a seguir
que eran el de equidad, el de justicia, el prin-
cipio de progresividad y el mismo principio de
sostenibilidad, entre otros. Estos principios
son los que debían marcar, desde nuestro
punto de vista, los Pactos del 1995 y el enfo-
que de la renovación y actualización de los
Pactos que se hizo y se consensuó en el año
2003. Y éstos eran los principios que debían
regir el Pacto y su renovación, y que debían
estar, a nuestro entender en el espíritu y en la
base de toda política social, al menos tal como
la entendemos nosotros y por tanto en la polí-
tica de pensiones. También hemos de decir en
este marco, que las políticas tanto del Partido
Popular como del Partido Socialista han res-
pondido al espíritu y al Pacto de Toledo.
También hemos querido y queremos com-
partir con ustedes, que si los cambios, entre
los años 1995 y 2003, años de renovación del
Pacto de Toledo, fueron muy significativos,
también fueron años en los que aparecieron o
se visualizaron en mayor medida retos muy
importantes que han condicionado la viabili-
dad del sistema y han marcado la política de
pensiones. Aparecieron retos muy importan-
tes que como sociedad tuvimos que asumir y
continuamos asumiendo; retos que debían
traducirse en oportunidades, retos como la
misma inmigración y sobre todo el reto del
envejecimiento, compartido con el resto de
países europeos. Como les decía, ambos retos
marcaban la política de pensiones, y por tan-
to marcaron también las recomendaciones y
la actualización del Pacto de Toledo consen-
suada en el año 2003. Pero si los retos en
aquel momento y los cambios fueron impor-
tantes, entre el año 1995 y el 2003, hoy lo son
aún más. Hoy estamos frente a un necesario
impulso del Pacto de Toledo, delante de una
necesaria, más que reforma yo diría, actuali-
zación de las recomendaciones establecidas
en el año 2003 y sobre todo, estamos en un
entorno distinto al que dejamos en el mismo
2003. Nos enfrentamos a cambios sociales y
cambios económicos, marcados también por
la misma crisis que padecemos, y que afectan
y pueden afectar a la sostenibilidad del siste-
ma de pensiones.
Déjenme emplear unas palabras en rela-
ción a tres importantes factores que han sido,
y son aún hoy, determinantes en la política de
pensiones y en la sostenibilidad del sistema,
y que por tanto debemos mantener y tener
muy en cuenta en el momento de la actuali-
zación y del impulso necesario que debe tener
el Pacto de Toledo. Los tres factores son la
inmigración, como les decía antes, el envejeci-
miento y la sostenibilidad financiera.
En relación a la inmigración, hemos de
recordar que especialmente en los últimos
años hemos vivido cambios demográficos
muy importantes, fruto también de la masiva
incorporación de la mujer en el mundo labo-
ral, y de la llegada de inmigrantes jóvenes en
un contexto de crecimiento económico; un cre-
INMACULADA RIERA
275
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
SUMARIO
MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
cimiento económico sostenido que hemos vivi-
do hasta hace escasos meses. Pensemos tam-
bién que 19 millones de personas aproxima-
damente, han llegado a estar dadas de alta en
la Seguridad Social, y hemos de ser conscien-
tes que esta renovación demográfica que ha
comportado la inmigración, ha ido acompaña-
da por una disminución de las entradas de
pensionistas como resultado de los efectos
también de la Guerra Civil. Todos ellos ele-
mentos que hemos de tener en cuenta.
En relación al segundo elemento, este es el
más importante, el del envejecimiento, más
importante porque es el que condiciona o pue-
de condicionar en mayor medida la sostenibi-
lidad del sistema. En relación al envejeci-
miento les diré que, desde nuestro punto de
vista, es el reto más importante que afronta
cualquier sistema de pensiones, y hablar de
envejecimiento es, sobre todo, hablar de la
combinación de la reducción de las tasas de
fecundidad y el aumento de la esperanza de
vida que transforma la demografía de una
sociedad y altera sustancialmente la relación
entre cotizantes y pensionistas.
El tercer factor que debemos tener en
cuenta es más económico o financiero. Las
finanzas de la Seguridad Social han gozado
de una excelente salud y su visualización está
en el Fondo de Reserva de la Seguridad
Social. Se han incumplido todas las previsio-
nes fatalistas que habían al respecto, de los
primeros años 90 que anunciaban la ruptura
del sistema en los primeros años del nuevo
siglo y esto no ha pasado; y es cierto que el
crecimiento económico, con niveles elevados
de ocupación y la misma inmigración de los
últimos años, explican la buena salud de que
goza el sistema.
Y hoy, en el año 2009 en el que nos encon-
tramos, la salud financiera del sistema públi-
co de pensiones es buena, la relación entre
cotizantes y pensionistas es buena, 2,6, y el
superávit es superior a los 50.000 millones.
Por todo ello, las reformas han tenido sus
efectos. Es en este contexto en el que desde
nuestro Grupo Parlamentario también
entendemos que las reformas importantes y
las recomendaciones que se incorporaron en
el año 2003 a los acuerdos al Pacto de Toledo,
han tenido un impacto y un efecto muy rele-
vante; por ejemplo cuando hablamos de la
separación de fuentes de financiación y tam-
bién en relación a la misma creación del Fon-
do de Reserva de la Seguridad Social con la
perspectiva de margen hasta el 2030; por tan-
to han tenido efectos positivos, y estos son los
elementos que nos deben animar de manera
muy decidida, a nuestro entender, a su actua-
lización y a su inminente y urgente actualiza-
ción.
Es cierto también, desde nuestro Grupo
Parlamentario entendemos que a los retos a
los que me refería antes, marcados por la
inmigración o el envejecimiento, hoy nos
encontramos con nuevos retos, y nos encon-
tramos con retos económicos y financieros,
que repito, en la actualización de los acuerdos
del Pacto de Toledo tendrán una importancia
y una clave fundamental, y marcan también
un elemento diferencial hoy respecto al pasa-
do, porque impactarán en su sostenibilidad.
Es cierto que la crisis y el deterioro de las
finanzas públicas tienen un impacto directo
en la sostenibilidad del sistema, y creemos
que nuestro objetivo hoy ha de ser el de mini-
mizar este impacto y garantizar el sistema
justo de pensiones, que es el objetivo que, en
todo momento,nuestro grupo ha perseguido y
perseguimos. Garantizar un sistema justo de
pensiones y la viabilidad del estado de bien-
estar por el que luchamos y al cual van dirigi-
das todas las políticas que desde nuestro gru-
po parlamentario se impulsan.
Pero entendemos también que la clave y el
fondo del debate sobre el modelo y sobre la
sostenibilidad del sistema continúa girando,
esencialmente, en torno al envejecimiento,
que es un elemento y un factor determinante,
al que he hecho referencia antes y condicio-
nante del mismo Sistema.
MESA REDONDA
276 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
SUMARIO
MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
La magnitud y el impacto del reto demo-
gráfico junto al entorno económico actual, nos
obligan, repito e insisto, a avanzar con la
máxima contundencia y determinación en la
dirección de las reformas si queremos garan-
tizar la sostenibilidad del sistema. Entre el
año 2020 y 2025 se sitúa el momento de
entrada en déficit del sistema.
Decía que entre el año 2020 y 2025, aproxi-
madamente, se sitúa el momento de entrada
en déficit del sistema, si las condiciones actua-
les no varían, y a partir del 2030 se agravaría
por la jubilación de las generaciones del baby
boom, entre el 65, aproximadamente, y el 75. Y
es el éxito del sistema, la capacidad de diferen-
ciación, que hemos tenido y hemos marcado
respecto a otros países europeos, el establecer
un modelo y el establecer unas recomendacio-
nes que marcasen y que fuesen en la dirección
de garantizar el sistema de pensiones. Es este
éxito y este valor diferencial que nosotros
hemos marcado respecto a otros países euro-
peos el que nos ha de obligar a continuar en la
misma línea. Primero en impulsar todas las
recomendaciones del año 2003, en muchas,
aún no hemos avanzado suficientemente y
tenemos margen y tenemos la obligación de
avanzar, y al mismo tiempo de actualizarlas al
nuevo entorno económico, financiero y social
que tenemos. Y desde esta perspectiva cree-
mos que hemos de trabajar de manera muy fir-
me. Y el objetivo es mantener la relación de 2
cotizantes por pensionista, en la actualidad
superamos 2,5, como les decía antes, y es en
este sentido también que desde el Grupo que-
remos evidenciar algunos aspectos claves en
términos de reformas imprescindibles que,
desde nuestro punto de vista, han de abordar-
se con carácter inmediato.
En primer lugar, culminar la separación de
las fuentes de financiación del sistema, tam-
bién establecer la edad de jubilación, el debate
del período, sobre el período de cálculo, la tasa,
el debate sobre la tasa de sustitución de la pen-
sión, los mecanismos de revalorización de las
pensiones, todos son elementos que hoy están
encima de la mesa y que deben abordarse. Y
todo ello en un contexto en el que las políticas
para mejorar las tasas de fecundidad, todas
las políticas orientadas a la conciliación de la
vida laboral, familiar y laboral, y la misma
gestión inteligente de la inmigración, conti-
nuarán siendo elementos y factores claves y
determinantes. Y junto a estos elementos de
debate y aspectos de debate que deben abor-
darse ahora, cuáles son también las reformas
inmediatas que hemos de abordar.
En primer lugar, el reducir las jubilaciones
anticipadas y estimular el trabajo más allá de
los 65 años de manera voluntaria. Hemos
mejorado la edad media real de jubilación,
pero ha sido más por la incorporación de
mujeres mayores al sistema, que no por el
aumento mismo del período de permanencia
como activos de los trabajadores. Éste es un
debate que tenemos encima de la mesa y que
hemos de abordar.
En segundo lugar, está el debate, como les
decía antes, sobre la ampliación del período
de cálculo, de manera gradual, y conseguir en
este sentido una mayor relación entre la con-
tribución y las pensiones, es uno de los princi-
pios a los que también antes hacía referencia
y que para nosotros es clave.
En tercer lugar, compensar la previsible
disminución de la tasa sustitución con más
margen para los sistemas complementarios.
Los sistemas complementarios es un aspecto
en el que hemos de incidir, siempre en la con-
vicción de, y de la garantía del sistema públi-
co de pensiones.
Cuarto, incorporar en el presupuesto gene-
ral la financiación de los complementos a
mínimos. Por tanto, éste es otro debate que
nosotros hemos de abrir y sobre el que des-
pués también podremos abrir el debate.
Y quinto, y muy importante, tenemos enci-
ma de la mesa, y desde nuestro grupo parla-
mentario tenemos las propuestas en el Con-
greso de Diputados presentadas, de reformas
de la pensión de viudedad y la situación de las
personas que viven solas, y en este sentido
INMACULADA RIERA
277
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
SUMARIO
MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
conocerán ustedes las propuestas de nuestro
grupo parlamentario.
Y por tanto yo creo que en su conjunto, y
con ello voy terminando y dejaré luego aspec-
tos concretos para el debate, hemos de ser
capaces de reconducir y resolver los proble-
mas vinculados por ejemplo a la situación de
trabajadores que se han jubilado con menos
de 65 años pero con más de 35 años de cotiza-
ción, la situación de los que no han llegado a
los 15 años de cotización y no cobran nada,
situaciones que en base a los principios, que
desde nuestro grupo parlamentario, han ins-
pirado la política social y la política de pen-
siones que es la equidad y la justicia social,
pues han de ser forzosamente reconducidos.
Y todo ello, les diría, en un entorno más
difícil, en un entorno marcado por una crisis
económica importante, de la que hemos de
introducir e insistir en todas las políticas pro-
ductivas que puedan, sobre todo, garantizar
la ocupación, garantizar la actividad econó-
mica es garantizar la ocupación y hemos de
actuar en defender a todas aquellas personas
y proteger a aquellas personas que quedan en
el paro, obviamente, y hacer, poner en mar-
cha todos los mecanismos y todas las políticas
necesarias para que estas personas que hoy
están en el paro puedan volver al trabajo,
puedan encontrar un trabajo lo antes posible.
Y éste es un objetivo, pero el otro objetivo es
garantizar la actividad económica como unos
elementos que garantizan, en mayor medida,
la ocupación, y garantizar la actividad econó-
mica y garantizar la ocupación son elementos
claves también que marcan las políticas de
sostenibilidad del sistema de pensiones y
marcan las políticas de política social. Muchí-
simas gracias.
GASPAR LLAMAZARES
(Pacto de Toledo y crisis económica)
Grupo Parlamentario Izquierda Unida
Gracias. En primer lugar, pido disculpas
por el retraso. Como componente de un grupo
parlamentario pequeño estoy casi siempre de
retén; por la mañana hablando de la Radiote-
levisión Pública y ahora hablando de pensio-
nes y del Pacto de Toledo.
Tengo la satisfacción de venir a Cantabria
de nuevo, a Santander de nuevo. He trabaja-
do aquí hace casi 20 años en el Centro de
Salud de Cazoña y por lo tanto me ha recor-
dado tiempos no muy lejanos, que 20 años no
es nada, pero tiempos del pasado en todo
caso. Comenzaré con una reflexión en rela-
ción a las pensiones y al Pacto de Toledo.
Siempre se suele poner un título a este tipo
de actos, y en este caso vinculamos el Pacto de
Toledo con la crisis económica. Yo aquí diferen-
ciaría, como los personajes de Cuerda en
«Amanece que no es poco», si alguien, o algo en
este caso, es contingente o imprescindible. En
este caso lo contingente es la crisis, lo impres-
cindible, según nuestra Constitución, es el sis-
tema público de pensiones. Lo digo porque oire-
mos durante los próximos meses, vinculado a
la crisis económica, cuestionar la viabilidad del
sistema de pensiones y mi tesis es que el siste-
ma de pensiones es viable, y que lo que debe
hacer el Pacto de Toledo es mejorar el sistema
de pensiones, no recortarlo. Mejorar el sistema
de pensiones para, por una parte, conseguir un
sistema social más justo, el nuestro es muy jus-
to, y por otro lado, también para hacer, con un
sistema social más justo, un sistema económi-
co más eficiente. Estoy convencido de que
ambas cosas están íntimamente unidas. Un
sistema socialmente más justo, por ejemplo el
sistema nórdico, es también económicamente
más eficiente que los sistemas que podemos
denominar de tradición social mediterránea.
Empezaré por uno de los elementos de la
contingencia, la crisis económica, porque
seguramente no nos vamos a poner de acuer-
do en relación a las características y natura-
leza de la misma. Hay quien dirá que esta cri-
sis es solamente una crisis de especulación,
una crisis del sistema financiero, y por tanto
que basta con algunos elementos y retoques
de regulación para volver otra vez a crecer
MESA REDONDA
278 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
SUMARIO
MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
como crecíamos y a repartir como repartía-
mos. No comparto esta tesis.
En opinión de mi Grupo, y en opinión tam-
bién del Nobel de Economía Paul Krugman,
esta crisis no es una crisis de especulación
financiera. Es en su derivada especulación
financiera, pero en su origen es una crisis de
beneficios, de hiperbeneficios. Es decir, ha
sido durante las últimas décadas la política
neoliberal la que ha generado una gran des-
igualdad provocando que buena parte de los
ciudadanos se endeuden, transformando sus
rentas en el mercado financiero, para que
una minoría de ciudadanos, los mejor situa-
dos económicamente, inviertan y lo hagan
fundamentalmente especulando en el sector
financiero.
El conjunto del endeudamiento, más la
inversión especulativa, es lo que ha provoca-
do la crisis financiera internacional. Conoce-
mos algunos derivados, pero de otros nos que-
da todo por saber. Por ejemplo, en relación a
los derivados de las tarjetas de crédito falli-
das en los Estados Unidos, hay cientos de
miles de dólares por el mundo «volando» con
el respaldo de tarjetas de crédito que no tie-
nen ningún respaldo en términos de fiabili-
dad de sus tenedores. Pero bueno, eso es,
como he dicho antes, el efecto del sistema.
Por tanto, si nuestra concepción de la cri-
sis es que es una crisis de hiperbeneficios y de
desigualdad, no nos pidan a nosotros que
pongamos el acento en la reforma de las pen-
siones o que pongamos el acento en la refor-
ma laboral. Ahí no está el origen de la crisis y
ahí no está la salida de la crisis económica.
En nuestra opinión, para abordar esa crisis
económica hay que abordar el problema
financiero, pero también, en nuestro país en
concreto, hay que abordar la política urbanís-
tica procurando un cambio de nuestro modelo
urbanístico especulador. Hay que abordar
también el reparto de rentas, que en nuestro
país y en relación al resto de los países comu-
nitarios, algo que no se dice habitualmente,
es de los más injustos. Estamos únicamente
en una situación mejor que Portugal. Tene-
mos unas rentas superiores que han crecido,
en relación a las rentas generales de los ciu-
dadanos, de manera exponencial a lo largo de
los últimos años.
Se calcula que en diez años, entre 1995 y
2005, se ha producido una transferencia de
salarios a beneficios de, aproximadamente,
25.000 millones de Euros. Esta distribución
regresiva de la renta se ha mantenido en los
años posteriores de expansión económica.
Crisis, ¿qué crisis? A continuación diría
¿por qué gritan esos malditos? Es decir,
¿cuál es la razón para que cada vez que nos
reunimos los representantes políticos en el
Pacto de Toledo, los ciudadanos se echen la
mano a la cartera, o para que cada vez que
interviene públicamente el Gobernador del
Banco de España también los ciudadanos se
asusten en relación a la viabilidad de las
pensiones? Si consideramos que el origen de
la crisis no son las pensiones, ni tampoco el
modelo laboral, ante lo que estamos es ante
el intento de lanzar una cortina de humo
sobre las responsabilidades de la crisis y
sobre los verdaderos problemas de la econo-
mía internacional y de la economía española
en particular, y buscar además que la salida
de la crisis sea lo más desfavorable posible
para los que menos poder tienen en la socie-
dad española y lo más favorable para los que
tienen más poder.
Es decir, al final, en general en la sociedad,
pero en particular en las épocas de crisis,
como hay menos que repartir se produce una
dura tensión entre los que tienen mucho y los
que tienen menos. En ese sentido se entiende
que en estos momentos en los medios de
comunicación prácticamente no se discuta de
las reformas del sector financiero, salvo cuan-
do se reúne el G20, o que en los medios de
comunicación prácticamente no aparezca
ninguna reflexión en relación al reparto de la
renta que existe en España, en contraste, por
ejemplo, con Estados Unidos, donde habitual-
mente hay una reflexión sobre el reparto de la
GASPAR LLAMAZARES
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REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
SUMARIO
MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
renta. Lo que se discute en los medios de
comunicación españoles es lo que interesa
fundamentalmente a los sectores más conser-
vadores y más poderosos de la sociedad espa-
ñola. Cómo cargarle el muerto, cómo cargarle
la crisis, a la mayor parte de los ciudadanos y
en particular a los más débiles, y en ese sen-
tido se discute de cómo reformar el mercado
laboral, aunque el mercado laboral no esté en
el trasfondo de la crisis, y en ese sentido se
discute también cómo reformar o recortar las
pensiones, aunque éstas no hayan tenido
nada que ver con la crisis y aunque las únicas
pensiones que tengan que ver con la crisis
sean precisamente los fondos privados.
¿Han oído hablar de los fondos privados de
pensiones? Pues han perdido entre un 15% y
un 30% de su capital inicial. Y las pensiones
públicas, por ahora y que yo sepa, no han per-
dido nada.
Los sistemas que están en cuestión y con
problemas financieros son los sistemas de
capitalización privados, no los sistemas
públicos como el nuestro, pero eso no es obje-
to de debate público.
Paso directamente al sistema de pensio-
nes. El argumento del Gobernador del Banco
de España, que bien podría dedicarse a lo
suyo, a cómo está el sistema financiero espa-
ñol, es continuamente el problema de las pen-
siones y el problema del mercado laboral. En
relación a las pensiones se establece la
siguiente tesis: la esperanza de vida de los
españoles aumenta y se establece un escena-
rio, que yo como especialista en salud pública
no sé de dónde se saca, donde los españoles
irían aumentando un año de esperanza de
vida cada diez años, en los próximos años. Y
en función de esa especulación, se supone que
en el año 2050 podríamos llegar a gastar
aproximadamente un porcentaje del 14% del
PIB en pensiones. Y eso, según ellos, es insos-
tenible, aunque hoy Italia gaste el 14% de su
PIB en pensiones y no tengo noticias de que
haya quebrado el Estado italiano.
El argumento de la esperanza de vida es
doblemente falso. En primer lugar, porque
para cualquier demógrafo y para cualquier
persona que conozca lo que es la esperanza de
vida, no es cierto que en los últimos años en
España la gente viva de pensionista 4 años
más, no es cierto. La esperanza de vida tiene
que ver con la mortalidad infantil, con la mor-
talidad de determinados tramos de edad, con
la vejez y con la muerte, pero la esperanza de
vida es todo el decurso de la vida. No es cierto
pues que se vaya a producir esa dinámica que
ellos plantean con respecto al alargamiento
de la jubilación y, por tanto, la necesidad de
recortar la edad de jubilación.
Tampoco es verdad que eso se pueda afir-
mar de manera generalizada. Aquí quiero
plantear un tema que ayer en el Parlamento,
cuando discutíamos sobre el modelo de finan-
ciación y las Comunidades Autónomas, a mí
me gustaría resaltar. En lo relativo a la espe-
ranza de vida, no hay diferencias entre nin-
guna Comunidad Autónoma española, tene-
mos la misma esperanza de vida; en lo que sí
hay diferencias de esperanza de vida es entre
barrios y entre sectores. El decil de trabaja-
dores de la construcción y el decil por ejemplo
de empresarios de la banca, tiene una dife-
rencia de esperanza de vida de una década y,
por ejemplo, el barrio de Majadahonda y el
barrio de Carabanchel tienen una diferencia
de esperanza de vida de siete años.
Por tanto, aquél que plantee un aplaza-
miento de la edad legal de jubilación, estará
diciendo que los trabajadores de Carabanchel
y los trabajadores del sector de la construc-
ción le van a financiar al banquero, le van a
financiar a las altas rentas una parte impor-
tante de ese excedente de edad que ellos tie-
nen como consecuencia de la distinta edad
media y de la distinta esperanza de vida que
tienen estos sectores o estos territorios.
En ese sentido y en primer lugar, yo no
comparto, mi Grupo no comparte, esta refle-
xión sobre el recorte de las pensiones. Muy al
contrario, pensamos que hay mecanismos
MESA REDONDA
280 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
SUMARIO
MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
para mejorar las pensiones. Por ejemplo, nos-
otros, ahora que se está discutiendo, no pode-
mos consentir, porque no se puede mezclar el
agua y el aceite, que se alarme sobre el futuro
de las pensiones y se proponga al mismo
tiempo que se rebajen en 5 puntos las cotiza-
ciones sociales. Si se rebajan esos 5 puntos,
nuestro sistema sí que tendría problemas
financieros.
En segundo lugar, sí somos partidarios de
consolidar definitivamente la separación de
fuentes de financiación, de tal forma que par-
tidas de gasto que no pertenecen al ámbito
contributivo y que se están financiando con
cotizaciones sociales, sean financiadas por el
Estado, como es el caso de los complementos a
mínimos.
Y, en tercer lugar, no hay ninguna razón
por el lado de los ingresos públicos para que,
si es preciso, el Estado también aporte recur-
sos al sistema contributivo de pensiones. Si
en algún momento las cotizaciones no bastan
para cubrir las prestaciones, la financiación
está asegurada por parte del Estado. Cuando
hablamos de pensiones, hablamos de dere-
chos subjetivos.
Claro está que esto significa recuperar el
debate sobre los ingresos públicos. Pasada y
olvidada, esperamos, la euforia sobre la ilu-
sión de las rebajas fiscales, es preciso confor-
mar un sistema fiscal bajo criterios de sufi-
ciencia, equidad y progresividad.
En el período de gobierno del Partido Socia-
lista las sucesivas medidas fiscales, según ha
reconocido con orgullo el propio Presidente del
Gobierno, han supuesto un coste en términos
de recaudación para el Estado de 30.000
millones de euros. Esos recursos hoy serían
muy valiosos para hacer políticas de gasto
público frente a la crisis. Rebajas impositivas,
además, que han beneficiado en mayor pro-
porción a los mejor situados económicamente.
Hoy nos separan del gasto social de la
Unión Europea muchos puntos del PIB.
España tiene un PIB per cápita equivalente
al 94% del PIB per cápita promedio de la UE-
15, pero el gasto social per cápita es sólo el
72% del promedio del gasto de la UE-15. Si en
lugar del 72% gastásemos el 94%, tendríamos
70.000 millones de euros más para reducir el
déficit social que nuestro país arrastra.
Desde luego que si el camino es continuar
buscando ventajas comparativas en bajos
costes laborales y en un modelo laboral preca-
rio, nuestro sistema de pensiones será frágil.
Si el camino, por el contrario, es mejorar la
calidad del empleo en España y mejorar los
salarios, sostendremos y mejoraremos sus-
tancialmente nuestras pensiones, porque
éstas están directamente ligadas al modelo
laboral. Por tanto, también de modelo laboral
estamos hablando cuando lo hacemos de pen-
siones. Quienes hablen de un modelo laboral
con despido barato y más flexible, estarán
diciendo al mismo tiempo que quieren un
modelo de pensiones más frágil y más preca-
rio. Creo que esto es indiscutible.
Y termino con algunos comentarios sobre
medidas para mejorar nuestras pensiones
que, de alguna manera, ya he ido planteando
en mi intervención.
En primer lugar, es preciso continuar con
la mejora de las cuantías de las pensiones
más reducidas. El principio de contributivi-
dad suscrito en el Pacto de Toledo no puede
leerse por separado del principio de solidari-
dad, ni interpretarse como un mecanismo
para recortar las prestaciones.
En segundo lugar, el retraso obligatorio en
la edad de jubilación es una medida antiso-
cial e innecesaria. Ya existen fórmulas de
jubilación flexible que pueden ser desarrolla-
das y es preciso abordar sectorialmente la
reducción de la edad de jubilación y reducir
los coeficientes reductores para la jubilación
anticipada.
En tercer lugar, hay que procurar que
varios regímenes especiales del sistema con-
GASPAR LLAMAZARES
281
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
SUMARIO
MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
verjan con el Régimen General en los próxi-
mos años y, a ser posible, cuanto antes. De la
misma forma, es preciso avanzar en la corres-
pondencia de las cotizaciones con los salarios
realmente percibidos y continuar con la equi-
paración del SMI hasta el 60% del salario
medio neto.
En cuarto lugar, la naturaleza del Fondo
de Reserva de la Seguridad Social debe man-
tenerse en la situación actual y no debe, como
se pretendió en su momento, permitirse la
inversión del Fondo en activos financieros
privados o externalizar su gestión.
Por último, las medidas en materia de pen-
siones deberían ir unidas a medidas de políti-
ca social y de cambio del modelo productivo y
laboral. Medidas de política social para con-
verger con la Unión Europea y un modelo
productivo y laboral de calidad que apueste
por la sostenibilidad. Hoy se habla de la nece-
sidad de cambiar el patrón de crecimiento de
nuestra economía. Desde luego que un nuevo
modelo productivo con empleo de calidad y
salarios dignos es la mejor base de un sólido
sistema de pensiones.
Nada más y muchas gracias.
MESA REDONDA
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