Razones que justifican la configuración de un régimen fiscal del turismo

AutorMercedes Ruiz Garijo
Cargo del AutorProfesora Titular Interina de Derecho Financiero y Tributario. Universidad Complutense
  1. RAZONES QUE JUSTIFICAN LA CONFIGURACIÓN DE UN RÉGIMEN FISCAL DEL TURISMO

El turismo, como actividad económica importante, no se escapa a la fiscalidad y ésta ejerce su influencia sobre este sector de la economía de manera más sensible, incluso, que sobre otros sectores económicos. Podemos anticipar que la fiscalidad y el sector turístico mantienen una relación estrecha, por lo que puede defenderse una verdadera fiscalidad del turismo, concebida como un conjunto organizado de tributos que tienden a establecer un régimen fiscal especial para el turismo (1). ¿Cuáles son, no obstante, las razones específicas que nos llevan a afirmar la necesidad de dicho régimen? Estas razones, a nuestro juicio, son tres principalmente.

1. IMPORTANCIA CUANTITATIVA DEL TURISMO EN LA ECONOMÍA Y EN EL EMPLEO

En primer lugar, hay que tener en cuenta que el turismo es un sector económico importante. Según datos provisionales proporcionados por la estadística de Frontur, en el año 2001 se registraron un total de 75.7 millones de visitantes internacionales (turistas y excursionistas), lo que supone un crecimiento del 1,7 por ciento respecto a 2000. El 65 por ciento de los visitantes pasaron al menos una noche en nuestro país, con lo que el número de turistas asciende a 49, 5 millones, un 3,4 por ciento más que el año anterior, ocupando el tercer lugar tras Estados Unidos y Francia y segundo en ingresos por turismo. Por lo que se refiere al turismo nacional, se estima que entre enero y septiembre de 2001 los españoles han realizado un total de 102 millones de viajes, que generaron 520 millones de pernoctaciones. De estos viajes, el 38 por ciento (39 millones) fueron viajes turísticos que generaron un total de 404 millones de pernoctaciones y el 62 por ciento restante, viajes de corta duración a segundas residencias. Estas cifras se completan con el tipo de alojamiento utilizado por la mayor parte de los turistas llegados a España. En el año 2001 ha sido el alojamiento hotelero, al que han recurrido el 67 por ciento de los turistas (32.9 millones), seguido en importancia de la vivienda gratuita utilizada por el 17 por ciento de los turistas (8.4 millones), la vivienda alquilada utilizada por el 9,2 por ciento de los turistas y otro tipo de alojamientos de importancia relativa menor entre los que se encuentran camping, casas rurales, complejos turísticos, etc. Esta distribución ha permanecido estable durante los últimos tres años (2).

En consecuencia, los ingresos obtenidos por turismo representan aproximadamente el 12,1 por ciento del PIB, siendo desde el punto de vista económico el sector más importante. Si a ello unimos los desplazamientos por ocio (tal y como veremos en la definición del turismo también hay que pensar en ellos) dicha importancia está más que justificada. Todo ello sitúa a España como la principal potencia turística en la Unión Europea, en la que también el turismo es el sector que registra el mayor crecimiento. En efecto, la Unión Europea no se desentiende tampoco del turismo. El artículo 3.u) del Tratado de la Unión Europea dispone que para alcanzar sus fines, la acción de la Comunidad incluirá medidas en los ámbitos de la energía, de la protección civil y del turismo (3). Estas medidas deben reflejar la importancia del turismo para la prosperidad en términos de crecimiento y empleo (4).

Todas estas magnitudes muestran cómo el turismo da lugar a notables ventajas: el incremento de los ingresos económicos y del nivel sociocultural de la población. La empresa turística es una actividad en la que especialmente se manifiesta capacidad económica. Se trata de un fenómeno de masas que provoca importantes flujos económicos y, por tanto, constituye un recurso económico de primer orden. Por este motivo, los poderes públicos no pueden renunciar a establecer una tributación sobre este indiscutible potencial económico. En el mismo sentido, ha de establecerse una política de fomento de las inversiones no sólo para mantener las cifras de turismo anteriormente indicadas sino, en la medida de lo posible, que permitan una crecimiento sostenido del mismo.

No obstante esta importancia cuantitativa, es preciso también atender a las peculiaridades de la empresa turística en España. En primer lugar, ha de tenerse en cuenta el elemento de estacionalidad o temporalidad del turismo (la estancia media de los turistas llegados a España durante el año 2001 se ha situado en torno a los 9,1...

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