La psicología del testimonio en menores
Autor | María Milagros Armas Arraéz |
Cargo del Autor | Doctora en Psicología por la UPSA, España |
Páginas | 771-780 |
771
La psicología del testimonio en menores
María Milagros Armas Arraéz
Doctora en Psicología por la UPSA, España
milagrosarmaspsicóloga@hotmail.com
Introducción
La evaluación del testimonio ha pasado de estudiar comportamientos físicos a
través del polígrafo y conductuales asociados a la mentira, donde aparecían falsos
inocentes (psicópatas) y falsos culpables (persona inocente que generaba un respuesta
emocional por estar asustada similar a la que se produce al mentir) en el polígrafo y
aparecía el “error de idiosincrasia” (Alonso- Quecuty, 1993) en la observación
conductual, más tarde al pasar a centrarse en aspectos del contenido semántico y de
memoria, que va a ser diferencial en función de la memoria y la activación emocional
como el estrés o ansiedad sufrido en el hecho vivenciado.
La psicología del testimonio no estudia la exactitud de la memoria, valora el
contenido de las declaraciones, el recuerdo de hechos vividos y las influencias externas
que podían disminuir dicha exactitud, como son los estudios de Binet (1900), en los que
observó las influencias sugestivas a la hora de interrogar a un testigo. El considerado
autor de la investigación experimental de las declaraciones del testigo fue Stern (1902),
comparando los niños con los adultos y estableciendo las diferencias de sus testificales.
La técnica más antigua es el Test de Tensión Máxima (Barland & Raskin, 1973) y en
España es el Test del Conocimiento Culpable (Alonso-Quecuty, 1991) que eran test de
información (Juárez, 2004). El estudio de la credibilidad de aspectos no verbales y
conductuales no contiene ningún protocolo estandarizado, más bien se pone manifiesto
lo que no se debe hacer (Masip & Garrido, 2000).
Se estima que los sujetos que viven un hecho presentan aspectos comunes y
diferenciadores según sus características personales en el testimonio y además influye
en la declaración, la actitud de interrogador y que el relato sea libre (Querejeta, 1999).
Predomina actualmente un estudio de la credibilidad más completo, se estudia: el
contenido semántico y de memoria; la activación emocional del hecho vivenciado; la
huella psíquica y la simulación.
Tres estudios de la carga emocional en la credibilidad del testimonio: el primero,
través de un modelo de control de la realidad “reality monitoring”, que pretendía
diferenciar si la información era de origen interno o externo, daba mayor relevancia a
las atribuciones contextuales y sensoriales, que a los cognitivos (Johnson & Raye, 1981);
el segundo, un modelo de control de fuentes “source monitoring”, que además explicaba
las diferencias existentes dentro de cada uno de esos orígenes (Johnson, Hashtroudi &
Lindsay, 1993); el tercero el control de realidad interpersonal que estaría relacionado con
los juicios que hacemos sobre si las declaraciones de otras personas proceden de un
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