La proyección de la vacunación pública como instrumento de aplicación en masa

AutorCésar Cierco Seira
Páginas101-125
CAPÍTULO IV
LA PROYECCIÓN DE LA VACUNACIÓN PÚBLICA
COMO INSTRUMENTO DE APLICACIÓN
EN MASA
1. LA PROPENSIÓN NATURAL DE LA VACUNACIÓN
A LA UNIVERSALIDAD
El recorrido por los principales elementos a tomar en consideración de
cara a la regulación de la vacunación pública me lleva a recalar como tercer
puerto en su proyección masiva.
La vacunación pública aparece, en efecto, concebida como una herra-
mienta de salud pública destinada a ser aplicada en masa o, apelando a un
calif‌icativo habitual en el mundo de la vacunación, de manera sistemática.
Ello es así por muchas razones. Ya se señaló que inicialmente pesó mucho la
inspiración paternalista de un Estado que en su papel tuitivo aspiraba a pro-
teger a su población de un enemigo aterrador como era a la sazón la viruela;
un enemigo que acechaba a todos, sin excepción; que no entendía de edad,
ni de sexo ni tampoco de categoría o clase social y lo mismo se cernía sobre
ricos que sobre pobres. De manera que interesaba a todos poder acceder a la
vacuna y no se hacía cuestión de la necesidad de que el Estado, encargado de
hacer frente en primera línea a las amenazas colectivas, procediese sin falta
a universalizar la vacuna.
La universalización sigue siendo hoy santo y seña de la vacunación.
Eso sí, en el relato de su explicación muchas cosas han cambiado. En la
actualidad, es la concepción de la fusión del rédito sanitario, individual y
colectivo, la nuez que explica la necesidad de hacer llegar la vacunación a
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toda la población; y ello dentro del paradigma de un Estado social que es,
por naturaleza, erogador de servicios.
Sea como fuere, lo cierto es que, dejando a un lado la faz cambiante del
Estado, paternal antes, social hoy, conviene no perder nunca de vista que en
el origen de la masif‌icación de la vacuna anida el carácter indiscriminado
y temible de la enfermedad a la que se combate, así como su capacidad de
propagación. Es la propia idiosincrasia de la enfermedad, bien apurada la
cosa, la que en última instancia explica el hecho de que la universalidad esté
de algún modo ínsita en el régimen de la vacunación pública.
En una primera aproximación, acaso se considere que la universalidad
es rasgo que milita a favor de la obligatoriedad de la vacunación pública. Ya
que ha de llegarse a todos, no hay mejor manera de controlarlo que echar
mano de las técnicas de policía o limitación. Claro que también pueden verse
las cosas de otro modo. Como quiera que la vacunación ha de administrarse
masivamente, hace falta contar con la complicidad del conjunto de la socie-
dad y, a tal efecto, nada mejor que la persuasión por medio de una libertad
de vacunación consciente. Bien se ve, pues, que la universalidad constituye
a f‌in de cuentas un argumento reversible, que tanto puede orientarse en una
dirección como en la contraria. No entraré por ello en lo que puede acabar
siendo un raciocinio de ida y vuelta. Me interesa más, por el contrario, tratar
de identif‌icar los apartados de la regulación de la vacunación pública en los
que la proyección en masa va a dejarse notar de una manera acentuada.
Ciertamente, la vocación masiva de la vacunación pública, por ser un
elemento esencial o vertebrador, afecta a todo el sistema de vacunación pú-
blica. Con todo, si nos detenemos en escudriñar su signif‌icación, no tardare-
mos en aislar algunos apartados en los que la inf‌luencia de este elemento se
distingue especialmente.
2. EL ACCESO UNIVERSAL, EQUITATIVO Y GRATUITO
A LA VACUNACIÓN PÚBLICA. CRÍTICA
A SU MODELACIÓN A PARTIR DE LA CARTERA
DE PRESTACIONES SANITARIAS Y DEFENSA
DE SU RECONOCIMIENTO LEGAL COMO DERECHO
SUBJETIVO
Está, in primis, el tratamiento del acceso a la vacunación pública. Que
sea universal implica que deben darse las condiciones necesarias para que
el acceso de la población a la vacuna sea real y efectivo y no meramente
retórico o ilusorio. Habrá que garantizar, pues, que no se produce discrimi-
nación alguna y remover al tiempo los obstáculos que dif‌iculten el acceso
por parte de las clases más desfavorecidas y de los colectivos más vulnera-
bles socialmente, contando, por supuesto, con la grave cuestión de género.

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