Prólogo
| Autor | Gaspar Ariño Ortiz |
| Páginas | 11-14 |
PRÓLOGO
Al amparo del liderazgo mundial que ejerce la Unión Europea, España ha ace-
lerado el paso en el camino hacia un nuevo paradigma energético, caracterizado
por la descarbonización, la descentralización y la digitalización del sistema eléc-
trico, basado en fuentes renovables. Esa es la manera más eficaz de luchar contra
el calentamiento global. En ese camino ocupa un lugar especial la Ley 7/2021, de
21 de mayo, de cambio climático y transición energética. A ese tema se dedica este
libro colectivo, que tengo el placer de prologar. En la transición energética hay
numerosas dificultades, que han de sortearse y a cuya superación no siempre con-
tribuye la actuación de los gobiernos.
El Real Decreto Ley 17/2021, de limitación de ingresos y beneficios extraordi-
narios de las empresas eléctricas, ha desencadenado la mayor revuelta empresarial
jamás conocida en el sector. Ha traído consigo también una confusión argumental
sin límites, en la que todo se mezcla: la reestatalización de la actividad mediante
la creación de una empresa pública con multitud de funciones, la recuperación
de concesiones hidroeléctricas, la reforma del sistema marginalista de fijación
de precios en el mercado organizado (pool de la energía), la fijación de límites a
los precios del mercado mayorista, la vinculación de precios a costes de generación
auditados y reconocidos y otros muchos problemas. En el debate se mezclan todos
estos temas y otros colaterales vinculados a ellos. Los razonamientos quedan casi
siempre incompletos y cada uno llega a su propia conclusión. El debate es impo-
sible porque los protagonistas son muchos, los factores determinantes de la crisis
son múltiples, las consecuencias de esta van mucho más allá del sector y alcanzan
a toda la economía, la industria y el comercio. La controversia fue tal que el Go-
bierno hubo de dar marcha atrás unos días después.
Se ha dicho muchas veces que la energía eléctrica es un factor sistémico y afec-
ta a la vida y actividades todas del individuo y la sociedad. Requiere estabilidad y
previsibilidad para ordenar la marcha de la economía. Las inversiones en el sector
son de largo plazo y casi siempre muy cuantiosas, por lo que requieren tiempo
para su maduración y recuperación. Ello exige estabilidad regulatoria y seguridad
jurídica. No se pueden cambiar las reglas en mitad del proceso, ni hacerlo preci-
pitadamente, sin considerar los efectos que pueden tener los cambios, como ha
pasado con el decreto ley de beneficios extraordinarios.
Ocurre, sin embargo, que el sector de la energía está sometido desde su naci-
miento a continuas transformaciones de orden físico y tecnológico. Los procesos
de generación de la energía eléctrica se han visto sometidos a cambios constantes
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