Prólogo

AutorEsteban Mestre Delgado
Cargo del AutorCatedrático de Derecho Penal. Universidad de Alcalá
Páginas29-35
29
Prólogo
I
Nunca en la historia de la Humanidad se han generado, transmitido y alma-
cenado más datos que en la actualidad. Y ello por la conuencia (recíprocamente
autoalimentada) de tres realidades de muy reciente aparición: el desarrollo tecno-
lógico, la proliferación y expansión social de los instrumentos de comunicación
y de tratamiento y almacenamiento de la información, y un relevante cambio de
mentalidad, que prioriza la extimidad, como factor de relación social, sobre el valor,
históricamente preponderante, de la intimidad.
Esta transformación instrumental y de mentalidades ha sido tan relevante
que, si en el siglo pasado Ortega y Gasset llegó a sintetizar que «yo soy yo y mi cir-
cunstancia», en este siglo XXI Duportail ha reubicado esa conclusión, armando
que «nuestra vida digital es nuestra verdadera vida».
Los efectos valiosos de este nuevo contexto vital son incuestionables, y se
reejan en todos los ámbitos de la vida: permiten la adquisición instantánea de
información sobre cualquier persona, lugar o tema que se desee conocer; facilitan
la comunicación y el intercambio de noticias y opiniones entre personas geográ-
camente muy distantes; agilizan extraordinariamente el manejo de archivos y
bases de datos profesionales y laborales; dinamizan la búsqueda, selección y con-
tratación de bienes y servicios, con independencia de la distancia física que pueda
existir entre los contratantes; y enriquecen de manera exponencial las relaciones
interpersonales.
Pero también existe una perspectiva negativa. Prácticamente cada día se
descubren y ponen en práctica nuevos mecanismos de agresión electrónica o ciber-
nética (esencialmente contra la intimidad, la propia imagen, el honor, la libertad e
indemnidad sexuales o el patrimonio), que además se llevan a efecto con cada vez
más perfeccionados sistemas de encriptación o enmascaramiento de autoría. Son
comportamientos que en otro lugar he calicado como alevosos, pues, al mismo
Por ESTEBAN MESTRE DELGADO
Catedrático de Derecho Penal
Universidad de Alcalá

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR