Prólogo

AutorEusebio Fernández García
Cargo del AutorCatedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid
Páginas11-15

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El título que se ha dado a este conjunto de trabajos, "Los valores constitucionales y el derecho", discurre entre lo pretencioso y lo banal. En el primer caso, lo pretencioso, porque resulta difícil elaborar, de manera completa, una investigación que acumule todos los momentos y situaciones en las que la creación y la aplicación del Derecho se roza con componentes de carácter valorativo. Por ello conviene añadir que mi campo de estudio está delimitado a algunos valores morales introducidos en la Constitución española. En el segundo caso, lo banal, porque pudiera pensarse que no hay que dedicar mucho tiempo a recordar que ese conjunto de normas coactivas reguladoras de la conducta humana siempre están inspiradas y expresan opciones valorativas. Pero, paradójicamente, esto no ocurre así, puesto que, incluso en el ámbito de los profesionales del Derecho, a veces nos encontramos personas que defienden, o dicen pensar en, la neutralidad valorativa. Generalmente suele deberse a que confunden la neutralidad en la descripción y aplicación del Derecho (objetividad, imparcialidad) con la neutralidad de sus contenidos. La dimensión valorativa, que acompaña siempre a las normas jurídicas, impide que podamos hablar de neutralidad en el Derecho. Aunque es necesario tener en cuenta que la falta de neutralidad en los contenidos no debe servir para alentar ni justificar la arbitrariedad.

Los valores morales que aquí van a aparecer en conexión con el Derecho resultan valores integrados y desarrollados en las Constituciones de tradición liberal-democrática. Son valores constitucionales que actúan como principios superiores o fundamentales o valores superiores del ordenamiento jurídico. Es el caso de la autonomía, la dignidad humana, el pluralismo, la libertad o la igualdad. De esta manera, la discusión jurídico-constitucional se convierte también en reflexión moral y debate político. Los inevitables e irremediables retos del constitucionalismo contemporáneo han dificultado, complejizado y Page 12 enriquecido el discurso jurídico. Y ello exige nuevas tomas de postura teórica, otra manera de argumentar y métodos adecuados. Por poner un ejemplo: el desarrollo del constitucionalismo actual ha obligado a los filósofos del Derecho a volver a considerar, con miradas y actitudes nuevas, el tema clásico de las relaciones entre la moral y el Derecho. Nos hemos tenido que desembarazar de algunos presupuestos y prejuicios positivistas, a la vez que volvemos a frecuentar algunas viejas amistades iusnaturalistas. Una vez más podemos...

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