Procedimiento registral de la propiedad, de G. Colín Sánchez.
| Autor | José María Chico y Ortiz |
| Páginas | 753-756 |
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COLÍN SÁNCHEZ, G.: Procedimiento registral de la propiedad. Editorial Porrúa, S. A. México, 1972.
Mi corta experiencia de Congresos Internacionales me hace destacar cómo uno de los logros más efectivos-aparte de la convivencia v comunicación humana-el del deseo imperioso de ir conociendo en profundidad los rasgos más salientes de esas normas o legislaciones que han aportado a los mismos sus ponencias y conocimientos. ¿Por qué el representante de tal país opinó en esta forma y no en otra? La razón hay que buscarla en el conocimiento efectivo de una legislación que va a revelarnos la «forma de ser y proceder» de sus representantes.
Precisamente por ser MÉXICO la sede del próximo Congreso Internacional de Derecho Registral doy preferencia a la recensión de este libro, genuina muestra del sistema que allí se sigue. Ya en el Primer Congreso se vio claro que con los representantes de esa nación era fácil el diálogo, pronta la amistad y muchos los puntos comunes. Y es que, como le escribí en una dedicatoria de una publicación mía a Fortino López Legazpi, hablamos un lenguaje que sólo se utiliza entre hermanos..
El autor de este trabajo ostentó la representación de su nación creo que en ambos Congresos. En la nota inicial que encabeza la publicación explica al lector su experiencia registral a través del ejercicio de su carrera-Juez Mixto de Primera Instancia, Procurador de Justicia, Magistrado del Tribunal Supremo, Director de Registro Público-y de las visitas hechas a las instituciones regístrales de España, Italia y Alemania. Lo dice él con más precisión: «Con esta obra no pretendo descubrir nada nuevo ni sustentar bases presuntuosas encaminadas a establecer un deber ser general en esta materia. Lo que en estas páginas indico tiene como base de sustentación lo prevenido por los Ordenamientos jurídicos correspondientes y por la experiencia acumulada en el desempeño de las funciones que antes y ahora me han sido conferidas.»
Yo discrepo un poco del autor, pues aparte de las experiencias que vuelque en el libro entiendo que en él hay una estructuración lógica de materias, una exposición de conceptos que exigen una base científica para ofrecerlos y, por último, unos conocimientos profundos de la legislación que se maneja. Hay, pues, más que experiencias, y el que ya esté pensando en figurar en las listas de congresistas debe tener muy en cuenta este libro para lograr esa finalidad que el autor persigue con su obra: «Un entendimiento más ágil de los problemas propios y esenciales del Registrador y de otros muchos actos que demanda el servicio.»
Choca abiertamente al lector español la denominación que el autor da a su obra, y la razón de ello la explica éste en sus primeras andaduras. De las tres denominaciones que normalmente se aplican para designar la rama jurídica que trata de los problemas regístrales (Derecho hipotecario, Derecho inmobiliario y Derecho registral), el autor no se queda con ninguna. Para él solamente puede y debe hablarse con estricto apego a la realidad de un «procedimiento registral para la propiedad», pero sin pre-Page 754tender jamás instituir una disciplina...
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