El presente estudio

AutorAlfonso Serrano Maíllo
Páginas119-134

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1. Justificación

Hasta aquí hemos revisado teorías que hemos clasificado en varias categorías. De entre todas, las más habituales en Criminología, como sabemos, han sido y siguen siendo las que parten de individuos con una tendencia a delinquir (ya sea en términos absolutos, ya relativos), o sea las teorías del delincuente, puras o no1. Si se piensa desde el punto de vista de estas teorías -y la necesidad de pensar desde la perspectiva de las teorías es algo en lo que vengo insistiendo tediosamente- al menos algunas de las cuales tienen un sólido apoyo empírico y una rancia tradición, entonces es como mínimo llamativo que otro conjunto de teorías sugiera que es posible predecir y quizá explicar el delito, por lo menos en alguna medida, ¡sin más atención al individuo (de aquellas teorías) que una mera mención, en el mejor de los casos, de su existencia!

En efecto, de las teorías puras de la oportunidad pueden derivarse hipótesis relacionadas con la idea de que el delito y la victimación pueden predecirse sin saber nada sobre el delincuente. En este apartado testaremos, precisamente, hipótesis de este tipo2. Las mismas, repito, no deben verse (sólo) de modo aislado, sino en el contexto de las heterogéneas teorías conocidas en Criminología -la mayoría de las cuales, no importa repetirlo de nuevo, se centra en individuos con tendencia a cometer delitos. Fuera de este contexto, la idea con Page 120 que se abre este párrafo, en el estado actual de la investigación teórica y empírica, puede no ser más que una obviedad -¡si bien todavía no ha sido suficientemente estudiada en nuestro país! En el marco de dicho contexto, hipótesis de este tipo son relevantes. Es a mi juicio semejante a realizar predicciones en alguna competición deportiva sin saber nada sobre los jugadores que lo protagonizan.

Así las cosas, aunque hipótesis de esta naturaleza son importantes para el test de las teorías de la oportunidad, también desempeñan un rol decisivo para las teorías del delincuente. Concretamente, si es cierto que la oportunidad por sí sola permite una cierta predicción e incluso explicación del delito, ¿qué papel desempeña la misma en las más extendidas teorías del delincuente? Y esto tiene, a mi juicio, un contenido teórico de gran alcance, al cual, de hecho, se dedica esta monografía.

2. Datos
2.1. Diseño muestral y de la encuesta

Para evaluar la idea de que el factor oportunidad es relevante en la predicción y, presumiblemente, en la explicación de la victimación y el delito -tal y como vengo asumiendo a lo largo de estas páginas-, contamos con datos recogidos mediante el procedimiento de encuesta. Los mismos proceden de un estudio más amplio sobre los delitos sufridos por comercios del centro urbano de la capital española, Madrid. La unidad de análisis, por lo tanto, son negocios en establecimientos. Se excluyeron grandes superficies. El diseño de la encuesta siguió lo que algunos autores denominan tipo tradicional, incluyendo varios pasos sucesivos y tratando de minimizar en cada uno de ellos el error3. Page 121

Las encuestas fueron realizadas cara a cara en el establecimiento por 3 investigadoras siguiendo un cuestionario estructurado. No se detectaron efectos diferenciales de este tipo4. Aunque sería deseable profundizar en potenciales influencias de entrevistador, el escaso tamaño muestral impide extraer conclusiones de la falta de efectos encontrados. En todo caso, se insistió en la homogeneidad a la hora de llevar a cabo las encuestas5. Por diversos motivos, se consideró que este modo de recogida de datos ofrecía importantes ventajas y, por ello, se optó por el mismo6. Las encuestas se llevaron a cabo durante el mes de marzo de 2008. Se hizo una distribución por rutas y, dentro de cada una, se seleccionaron Page 122 de modo sistemático los establecimientos7. Se entrevistó en cada caso a algún responsable del negocio.

El tamaño muestral final está compuesto por 138 establecimientos8. Desde hace algún tiempo, yo mismo me he interesado por los tests empíricos de teorías con muestras de tamaño pequeño o moderado9 -como a menudo sería considerada por la doctrina una muestra de 138 comercios. No cabe duda de que, en igualdad de condiciones, muestras grandes son preferibles a muestras pequeñas o moderadas. A la vez, trabajar estadística y analíticamente con muestras pequeñas y algo menos con moderadas es un reto para el investigador. Nuestro tamaño muestral, además, es insuficiente para algunos importantes fines -en los que no hemos hecho hincapié en nuestra exposición10. Sin embargo, «el tamaño de la muestra es una preocupación metodológicamente insuficiente o simplista»11. Concretamente, para el test de las hipótesis de interés, muestras pequeñas o moderadas pueden ser suficientes, y en ocasiones incluso preferibles a muestras mayores12.

Pese a que se entrenó particularmente a las encuestadoras para elevar la tasa de respuesta y, así, ellas aplicaron técnicas específicas y volvieron en momentos posteriores cuando se encontraron con negativas, un pequeño porcentaje de Page 123 establecimientos prefirió no participar en la encuesta (n=17; 10,97%), básicamente porque no se encontraba presente la persona responsable (n=11). En 4 casos se produjo un rechazo definitivo debido al exceso de trabajo; en uno porque «no le gusta hacer encuestas»; y, finalmente, en otro porque «ya he hecho muchas encuestas y no sirven para nada». Esto quiere decir que la tasa de respuesta alcanzó el 89,03%. Resulta claro que una tasa tan elevada sólo puede explicarse, sin excluir otros factores como la preparación y motivación de las encuestadoras, por el gran interés de los comercios en favorecer investigaciones relativas a la prevención de los habituales delitos que sufren y, probablemente, en denunciar la situación que padecen. Entre las variables metodológicas, se incluyó una estimación, por parte de las entrevistadoras, del grado de motivación durante la entrevista de la persona encuestada. Se trataba de una pregunta con 4 categorías de respuesta: «muy buena», «buena», «mala» y «muy mala». En un 31,9% de los casos (n=44), la motivación se valoró por parte de las entrevistadoras como «muy buena»; en un 66,7% como «buena» (n=92); y en el 1,4% (n=2) como «mala». En ninguna entrevista fue valorada la actitud como «muy mala».

El cuestionario utilizado, construido a partir de la teoría, comenzaba por una presentación e introducción y se dividía en 4 secciones, con preguntas, entre otras, relativas a los productos que se vendían, a los empleados y al tamaño, ubicación y otras características del establecimiento y del lugar en que se encontraba; sobre medidas de seguridad existentes en el local; y sobre distintas modalidades delictivas sufridas en los últimos 6 meses, 1 año y 5 años. Como se ve, pues, se trataba de preguntas objetivas sobre hechos13. El cuestionario en su conjunto, con la excepción de una sección relacionada con las denuncias que hubieran podido presentarse, estaba diseñado de modo específico para testar hipótesis derivadas o consistentes con las teorías Page 124 de la oportunidad. Se prestó una particular atención a que la carga para los encuestados fuera la mínima imprescindible14.

Especialmente en los últimos años se ha venido insistiendo por parte de la doctrina especializada en la necesidad de conducir pretests de los cuestionarios. Como era de esperar, existen pruebas empíricas de las significativas mejoras que pueden introducirse en ciertos aspectos de un instrumento cuando éste es, en efecto, pretestado de modo riguroso15. Por otra parte, nos encontramos ante una población de estudio especial, como son los establecimientos comerciales, a los que la literatura ha concedido una cierta atención específica y para la que ha propuesto y desarrollado modalidades de pretest con ciertas especialidades. Willimack y sus colegas señalan que la mayor parte de los pretests para estas poblaciones se llevan a cabo de modo informal o ad hoc, mediante interacciones informales con los encuestados. Junto a esta modalidad, hemos añadido otras formas que evitaban aumentar la carga de los mismos, como es el análisis por parte de expertos16.

2.2. Variables dependientes

El cuestionario incluía mediciones de los siguientes hechos delictivos: «Robos utilizando violencia, intimidación o armas de algún tipo aunque no las hayan utilizado», «Robos rompiendo algo que protegiera el objeto sustraído, entrando por un lugar cerrado, por una ventana, etc.», «Hurtos sin violencia, intimidación o fuerza cometidos por clientes o extraños», «Hurtos sin violencia, intimidación o fuerza cometidos por el personal», «Lesiones», «Vandalismo», «Estafas» y «Otros [pregunta abierta]»17. Como se ha dicho, se interrogó acerca del Page 125 número de cada uno de estos hechos que se hubiera sufrido en los...

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