Presentación

AutorMaría Jesús Espuny Tomás - Olga Paz Torres
Páginas9-21

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La publicación de las ponencias presentadas en el marco de las IX Jornadas Interdisciplinarias de Estudio de la Diplomatura de Relaciones Laborales realizadas en noviembre de 2008 en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Barcelona, implica la consolidación de un proyecto con ocasión de la celebración de los quince años de la Diplomatura. Ésta es una titulación interdisciplinar, que desde noviembre del año 2000 organiza las jornadas de estudio mencionadas1, en las que se propone el debate académico de un tema de actualidad desde la visión de especialistas en las diferentes áreas del conocimiento social. La experiencia de ediciones anteriores demuestra la numerosa participación de estudiantes y de profesores.

En esta ocasión, las Jornadas estuvieron dedicadas al análisis, tratamiento y discusión de las reformas jurídicas acaecidas en los últimos quince años, tomando como referencia el periodo de tiempo de la implementación de la titulación en la Universidad Autónoma de Barcelona.

El libro que presentamos pretende ser un espacio para la difusión del conocimiento, esencialmente desde la vertiente jurídica. Lo integran un total de catorce capítulos que contienen el estado de las reformas y novedades acaecidas en el ámbito del derecho en sus distintas ramas.

Uno de los capítulos desarrolla un estudio histórico-jurídico (María Jesús Espuny Tomás), el resto aborda temáticas más concretas desde la perspectica jurídica. Los capítulos de Anna Ayuso Pozo y de Crístian Oró Martínez se centran en la vertiente del derecho internacional público y privado, respectivamente. Los estudios iuslaboralistas se centran en el derecho del trabajo europeo (Albert Pastor Martínez), la extinción del contrato de trabajo (Josep María Fusté Miquela), los derechos de información y consulta de los trabajadores tras la Ley 38/2007, de 16 de noviembre (Xavier Solà i Monells) y la protección social de los trabajadores autónomos (Carolina Gala Durán). En el ámbito del derecho privado, se analizan el nuevo modelo de matrimonio (Judith Solé Resina), las reformas en el ámbito del derecho de la persona (María del CarmenPage 10Gete-Alonso) y la importancia del derecho mercantil en las relaciones laborales (Eliseo Sierra Noguero). Finalmente, otros temas tratados son el correo electrónico e internet en la empresa (Antoni Roig Batalla), el derecho al trabajo de las personas privadas de libertad (Carmen Navarro Villanueva), la regulación de la ética de los empleados públicos (Endrius Eliseo Cocciolo) y la perspectiva de género en los últimos quince años (Noelia Igareda).

“De las Escuelas Sociales a la Diplomatura de Relaciones Laborales” es el capítulo escrito por Maria Jesús Espuny, y que abre el presente libro con el objetivo de realizar un recorrido histórico que tiene su punto de partida en los años del llamado reformismo social y que llega hasta hoy día, con la implementación de los estudios de grado universitarios. De esta manera la autora pone de manifiesto la creación de la Escuela Social en 1925, creada en plena Dictadura de Primo de Rivera, destacando la Escuela Social de Barcelona, creada en 1928 y cuyos antecedentes se encuentran en los estudios de Derecho Corporativo. Los planes de estudios de las Escuelas Sociales comprendidos entre 1929 y 1932 también son objeto de atención con un objetivo común: el refuerzo del “campo del mundo laboral sentando unas sólidas bases para el conocimiento de las instituciones y la legislación positiva del momento como el Código de Trabajo de 1926”. En 1930 se crea en Instituto de Cultura Social, con unas finalidades más amplias y del que parte el llamado “Plan Sangro”.

En este recorrido histórico, Espuny se detiene en el régimen franquista, que interviene directamente en la formación de los estudios de las Escuelas Sociales, en cuyos estudios toma relevancia “la nueva legislación laboral” y está fundamentalmente dirigido a los funcionarios dependientes del entonces Ministerio de Trabajo y del Sindicalismo vertical. La autora pone de relieve la existencia de los llamados Seminarios de Estudios Sociales, con funciones análogas a las de las Escuelas Sociales, deviniendo un “foco de interés y estudio en materia social dentro de sus respectivos distritos universitarios”. También destacan los Patronatos de las Escuelas Sociales y las Escuelas Nacional-Sindicalistas de capacitación social. En cuanto a los planes de estudio sobresalen dos a lo largo de la dictadura, los correspondientes a los años 1941 y 1967, este último a diferencia del primero “prescinde de algunos elementos propagandísticos del Régimen franquista y establece un nuevo marco docente”. Ya entrada la democracia en España, Maria Jesús Espuny sitúa al lector en el Plan de 1980 que introduce los estudios de Graduado Social y “futura vinculación a los estudios universitarios”, aspecto que tiene lugar en 1986 con la aparición del título de Graduado Social Diplomado. Este panorama cambia radicalmente con Real Decreto 1429/1990 de 26 de octubre, que ordena el título universitario de Diplomado en Relaciones Laborales: quien lo obtiene, después de darse de alta en el Colegio profesional, se convierte en Graduado Social, experto universitario en materia laboral. Finalmente, los estudios de Relaciones Laborales pasan a constituirse en grado universitario a partir del curso 2009-2010, en un claro sentido de pervivencia de unos estudios que acceden al Espacio Europeo de Enseñanza Superior con la experiencia histórica y reciente que los avala.

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En el capítulo “La OIT en el escenario de la globalización: de la plena ocupación al trabajo digno en tiempos de crisis”, Anna Ayuso parte de la transformación de las estructuras de la producción enmarcadas en la era de la globalización para realizar un análisis de cuál es el papel real de los instrumentos con los que trabaja la OIT. Para ello se basa en un estudio tanto del sistema normativo como del económico, tomando como referencia los distintos informes elaborados por la Organización, que sitúan en el centro del debate “la búsqueda de formulas para la creación de empleo y la protección de los sectores más vulnerables ocupan un lugar central en las terapias anti-crisis”. Del mismo modo, la autora entiende el derecho al trabajo como un derecho humano básico, cuyo recorrido de local a global obliga a la realización de políticas y estrategias de cooperación internacional. Las referencias a las primeras normas en la materia, como la Declaración de Filadelfía de 1944, son el punto de partida de un trabajo en el cual se profundiza acerca de la construcción jurídica y social de una prioridad estratégica de alcance internacional y de sus antecedentes, de la dimensión social de la globalización o de los retos para hacer efectivo el programa de trabajo decente para todos.

En este sentido, Ayuso entiende que la dinámica de la globalización implica una “creciente importancia de los factores externos en los procesos de desarrollo internos”, en alusión a la denominada agenda global de desarrollo donde la OIT y la ONU tienen un papel fundamental. Por otra parte, destaca como entre los Objetivos del Milenio del año 2000 se encuentra el de “conseguir la plena ocupación y el trabajo digno para a todos, incluyendo hombres y mujeres”, aspecto este que está largamente desarrollado en este capítulo incidiendo en aquellas áreas prioritarias en las que es necesario abordar un proceso de reforma, especialmente en los PVD. Este apartado se encarga además de revisar, en fechas recientes, la evolución de dichos Objetivos. Aspectos que se complementan con el estudio de Declaraciones, entre otras, la reciente “Declaración sobre la justicia social para una globalización equitativa” que se presenta como la actualización y renovación de la Declaración de Filadelfia. El trabajo reflexiona ampliamente sobre la necesidad de consensuar globalmente extremos como las oportunidades de empleo, la protección social, el diálogo social, y la necesidad de su consecución a través de la implementación de la Agenda, de la cooperación internacional y del intercambio de información. Estos principios se concretan, en palabras de la autora, en cuatro áreas de intervención: la administración, recursos y relaciones exteriores, la necesidad de comprender las necesidades de los Estados miembros, la asistencia técnica y el asesoramiento y la mejora de los instrumentos de investigación e intercambio de información. Ana Ayuso desarrolla más adelante el abordaje de los retos para hacer efectivo el programa de trabajo decente para todos, incidiendo en la dificultad de coordinar estrategias, en la falta de recursos suficientes para a llevar a término las políticas programadas y...

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