Prólogo

AutorPedro González-Trevijano
Cargo del AutorCatedrático de Derecho Constitucional -Rector de la Universidad Rey Juan Carlos
Páginas9-13

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El presente trabajo de la profesora María Núñez Martínez aborda un relevante aspecto de nuestro constitucionalismo histórico que hasta el momento no había sido, sin embargo, tratado con el rigor y el carácter sistemático debido. En efecto, nuestros constitucionalistas se habían limitado mayoritariamente al examen que el Texto gaditano de 1812 otorgaba a los territorios americanos de la Corona española, así como a la proclamación del principio explícito de la igualdad que en dicha Constitución se realiza respecto a los habitantes de “ambos mundos”. No podía ser de otro modo, tras la tajante afirmación del artículo primero de la Constitución de Cádiz: “La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios”. Las expresiones “reunión” y “ambos hemisferios” no dejaban lugar a la duda.

Lo que se comprende, toda vez que, tras los Textos de Bayona de 1808 y Cádiz de 1812 , nuestras Constituciones no vuelven a ocuparse de tales pormenores sobre los hombres y mujeres de las tierras de la América Española, salvo en la acuñación de, por lo demás, ambigua fórmula de “una ley regulará”. Y asimismo tampoco los particulares historiadores del constitucionalismo patrio vuelven a detenerse en la mentada cuestión. La razón es, a nuestro entender, obvia: el imparable vendaval emancipador que recorrió el continente hispanoamericano, unido a la desafortunadísima intolerancia absolutista fernandina. Unas circunstancias Page 10 que impelieron, sólo diez años después de la promulgación de la bien hadada Pepa, la práctica desaparición del Imperio español con la salvedad de los restos antillanos de las islas de Cuba y Puerto Rico.

Paralelamente a la reseñada pérdida de importancia de los territorios americanos en la Corona Española, se va a unir otra realidad política desgraciada: la creciente miopía de la clase política por el espacio de casi un siglo, tanto de liberales como conservadores, ¡aquí todos son prácticamente iguales de responsables!, encabezados por el mismísimo Argüelles -ponente de dos Textos constitucionales-, cerrada en banda a la concesión no ya de ciertos incipientes principios descentralizadores para la España americana, sino de la extensión de los propios derechos y libertades que las Constituciones españolas proclamaban para sus ciudadanos de la Península ibérica. Como es tristemente conocido, España pagará caro este olvido: las permanentes sublevaciones cubanas, una sangría fratricida de hombres, un enorme...

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