La postura de Cervantes y de Shakespeare respecto a la usura
| Autor | Miguel Ángel Galindo Martín |
| Cargo | Universidad de Castilla-La Mancha |
| Páginas | 587-594 |
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En 2005 se cumple el IV Centenario de la publicación de Don Quijote. Con motivo de tal acontecimiento se van a celebrar una serie de actos en los que se profundizará en distintos aspectos de la monumental obra cervantina. En este sentido hemos considerado que sería interesante dedicar un artículo a estudiar también alguno de los aspectos económicos de la misma.
La justificación de ello es obvia. Tanto Don Quijote como las No velas ejemplares han sido consideradas, con justeza, sus obras más importantes, en las que se mostraba el comportamiento de la sociedad española de acuerdo con la visión que tenía de la misma el insigne escritor. Y, no cabe duda, de que uno de esos aspectos es el económico.
En efecto, especialmente en las obras citadas Cervantes ha expresado sus ideas y conocimientos que tenía como «hombre de negocios» en lo que se refiere al campo de la economía en general y del monetario en particular, aspectos a los que no se les ha prestado tanta atención como a otros. Por ello hemos considerado que sería interesante investigar las ideas que ofrece nuestro autor en el tema de la usura, al que se le prestó gran atención en los escritos clásicos y medievales.
Pero consideramos que una forma de completar la visión cervantina en lo que se refiere a este tema sería conveniente compararla con la expuesta por sus contemporáneos. Y en este sentido hemos escogido a Shakespeare, ya que en su obra El Mercader de Venecia se centra en este tema y además a través de ella tenemos una visión, en cierta medida, alternativa a la de Cervantes.
Para ello comenzaremos exponiendo en el siguiente epígrafe los principales aspectos referidos a la usura, para pasar posteriormente a centrarnos en las ideas expresadas en las obras de los dos escritores objeto de este estudio. Page 588
El concepto usura se suele relacionar generalmente con los pensadores de la Edad Media cuando hacen referencia al préstamo, aunque, como expondremos anteriormente, ya se hacía referencia a esta cuestión en los escritos de Aristóteles, por ejemplo. En este sentido se considera que precio justo y usura son sinónimos, aunque presentan diferencias importantes. En efecto, precio justo, como su propio nombre indica, se refiere a la justicia y a la igualdad, mientras que la usura a lo opuesto, es decir, injusticia y desigualdad.
En concreto, la usura se centra en el préstamo, en la validez de establecer algún tipo de carga al dinero que se presta. Ahora bien, aunque tradicionalmente se hace referencia al dinero, dicha carga podría recaer también sobre cualquier cosa, con la condición de que pueda ser medida y ponderada.
Una vez determinada la usura, la cuestión que se plantea es si debe o no ser permitida. La contestación a esta pregunta depende en gran medida de las ideas que se tenga respecto a cuál es el papel que tiene el dinero en la sociedad, es decir, cuáles son sus funciones. En este sentido, ya Aristóteles señalaba que el dinero era un medio para pagar, y Santo Tomas de Aquino afirmaba que el papel fundamental y primordial del dinero era el de consumo. Así pues, para ambos pensadores la función básica del dinero era la de actuar como medio de cambio.
Al no considerar la posibilidad de atesorarlo y de cederlo para generar más riqueza, era lógico que no se aceptara la imposición de una carga sobre el dinero que se cedía. Aristóteles (2000) va a criticar la actividad del usurero al indicar que lo que hace es obtener un beneficio sobre la propia moneda en vez de emplearla para su verdadero fin, esto es, la de ser medio de pago.
En la Biblia se prohíbe sin lugar a dudas esta práctica. Por ejemplo, en el Éxodo (22,24) se establece que «Si prestas a alguno de mi pueblo, al pobre, vecino tuyo, no serás usurero con él exigiéndole intereses.»...
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